Axan.
Acomodo a Eileen en la manta, de modo tal que pueda dormir cómoda y abrigada, Clara me mataría si me viera aquí a estas horas y sin muchas cosas para abrigarme, pero de todas formas no lograría hacerme cambiar de opinión ni desear estar en ningún otro lugar en este momento.
Sus pestañas largas y crespas descansan en sus mejillas que ahora están un poco rojas debido al frío de la noche.
Se ve tan dulce y tan tranquila, me gusta verla así, no es justo para nadie tener tantas preocupaciones acumuladas que poco a poco se adieren en tu corazón y crecen como hierba mala evitando que florezca el hermoso jardín de tu interior.
No soy tonto, se que algo le pasó, y se que fue tan malo que se aisló a sí misma del mundo solo para no tener que exponerse y sufrir.
Su modo de pensar me hace creer que el mundo la defraudó, sin embargo, mientras estemos vivos siempre habrá una nueva oportunidad de cambiar tu perspectiva de la vida.
"Si no puedes cambiar lo que pasa a tu alrededor al menos cambia como reaccionas tu a esa situación" cuando era pequeño mi madre siempre me decía eso, era un niño pero ella siempre procuro enseñarme muchas cosas preparándome para el mundo que ella no iba a compartir conmigo.
"nuestra vida siempre esta en nuestras manos, Axan" es irónico que aquella mujer que siempre dijo que eramos los amos de nuestra vida y los dueños de nuestra historia, se dejará llevar por la corriente y terminará abandonando a su único hijo solo por un hombre que le cruzó el destino.
No la juzgo, no estoy en condición de culparla ya que por mucho tiempo ambos sufrimos el mismo dolor solo que reaccionamos de maneras distintas.
Eileen se acurruca a mi lado y pasa su brazo encima de mi cuerpo, apretandome contra ella, abrazándome como si fuera un peluche.
El perrito que revolotea por la azotea se queda quieto un momento analizando la escena y luego sin más pasa por encima de nosotros y se acurruca en Eileen buscando calor y cariño.
Eileen deja de abrazarme y pasa a acurrucarse con el perrito en sus brazos que me mira feliz como si supiera que acaba de ganarme la pelea.
O pequeño cachorro esto es la guerra.
Me levanto y me acerco al balcón mirando la ciudad, es entonces cuando la puerta de la azotea se abre y aparece Clara con cara de pocos amigos y unos cinco sacos en sus manos.
Clara mira a Eileen y aunque su cara dice más que mil palabras, de su boca no sale absolutamente nada.
¿Qué estas intentando hacer Axan? - es lo primero que dice en cuanto se acerca al balcón justo a mi lado.
Miro a Eileen y respondo simple.
Quiero hacerla feliz Clara - me encojo de hombros y vuelvo mi vista a la ciudad.
¿A ella o a ti? - hay algo de irritación en su voz, de las personas que conozco que han compartido con Eileen en los últimos años, Clara es la persona que más se preocupa por ella.
No respondo, si bien es cierto que mi objetivo principal era simplemente acercarme a ella y descubrir porque una chica tan bella se veía tan triste, ahora las cosas han cambiado y su felicidad se ha vuelto tan contagiosa que en parte también se ha convertido en la mía.
No se que tan egoísta me hace el hecho de que quiero verla feliz porque a mi también me hace feliz.
El tiempo no está de su lado Axan - dice Clara mientras me pasa una de las mantas que trae en sus manos.
No digo nada, lo se, pero no me gusta pensar en eso.
¿Acaso el tiempo está del lado de alguien, Clara? - pregunto mientras la miro a los ojos.
Clara desvía la mirada.
Ninguno de nosotros tiene asegurado cuanto tiempo estara en este mundo, si lo miras así, el tiempo no está del lado de nadie, aún así, la certeza de que algún día moriremos es la motivación suficiente para que podamos lograr lo que queremos - vuelvo mi vista a Eileen, el perrito sigue en sus brazos y parece que se ha quedado dormido.
No es justo que le hagas esto, Axan, le quitas la oportunidad de estar más tiempo con nosotros y también te lo quitas a ti mismo ¿Crees que no se sobre su escapada y su "encuentro secreto" de cumpleaños?¿Que no tenía conocimiento de la pequeña bola de pelos que Eileen trata de esconder de mi a toda costa? No la hagas amar la vida si luego vas a arrebatarle las esperanzas con tu partida- dice Clara, con un notable tono de reproche y preocupación en su voz.
No quiero volverme su esperanza de vida - respondo.
Clara me mira con confusión, y sin pena dice lo que le pasa por la cabeza desde que le pregunté quién era la chica que todas las noches venía al balcón.
¿Entonces que quieres con ella, Axan? - su postura y expresión dejan en claro que no me dejara ir sin una respuesta.
Quiero que ella sea su motivación, Clara - recuerdo la charla que tuve con Eileen el día que salimos del hospital y le reafirmó a Clara lo mismo que alguna vez le dije a Eileen - no quiero que se enamore de mi y su vida gire entorno a lo que yo puedo brindarle, quiero que se enamore de ella, de la vida y la luz que la rodea, y que sea tan feliz que aún si me voy ella encontrará en cada cosa que hemos vivido la fuerza y la belleza que implica estar vivo.
Mis ojos se dirigen al cielo estrellado sobre nosotros.
El que estemos aquí es muestra de que Dios nos dio un propósito, de que tenemos un motivo, de que nuestra existencia tiene un sentido, quiero que ella vea eso, quiero mostrarle eso - puedo notar la mirada de Clara sobre mi, pero no me giro solo sigo mirando al cielo deseando que me dé el tiempo suficiente para cumplir con mi promesa.
El aire se vuelve aún más frío, Eileen empieza a estornudar y yo me giro hacia ella para cubrirla con la manta que tengo en las manos.
Mañana saldremos, quiero mostrarle algo a Eileen - digo.
Por tu tono, puedo decir que no me estás pidiendo permiso - responde Clara, cansada.
Estás en lo correcto - acepto
Solo espero que sepas lo que estás haciendo - Clara me deja las mantas que aún estaban en sus brazos, a un lado de Eileen y justo cuando llega a la puerta de la terraza y se dispone para irse se gira me mira y me dice - confío en ti Axan, pero por favor tú también cuídate.