QuizÁ En Otra Vida

CAPÍTULO 13

Mi corazón se detuvo por un momento del susto que me dio mi madre al descubrirme besando a un muchacho y más a uno extranjero. Mi mamá alguna vez me dijo que era muy importante para ella que yo me casase con un hombre indio, que estar con alguien de afuera no era válido, que nuestra cultura tenía que prevalecer y seguir por generaciones.
Realmente no sabía dónde meter la cara de vergüenza, mi mamá avanzaba hasta nosotros a paso rápido.
- Tienes que irte por favor,es mi madre- dije con nerviosismo en la mirada.
- Pero Alisha no hay nada que esconder, deja que hable con ella.
-No, créeme que ahora no es un buen momento, deja que hable yo primero con mi madre y luego veremos. ¡Vete!- lo empujé como apurandolo a irse.
- Okay, escríbeme por favor- se giró y se esfumó.

Mi mamá llegó hacia donde estaba, realmente estaba muy enojada, podía ver la decepción en sus ojos.

- ¿Qué crees qué estás haciendo? Mostrandote, besándote con un muchacho que ni siquiera es de acá. Estás loca o qué Alisha- alzó la mano como para tirarme una bofetada.
- Mamá perdóname por no haberte dicho antes pero esto recién pasó, no tenía idea que me iba a enamorar de él- empecé a llorar.
Al verme así mi madre bajó la mano y respiró hondo.
- ¿Sabes lo que Satish nos haría si se entera?- me limpió las lágrimas.
- Sí mamá, tengo muy claro eso pero el amor no es algo que se puede controlar o evitar.
- Vamos a casa para que me cuentes como fue qué pasó y ver qué hacer, chalo chalo.

Caminamos a casa, estuve en silencio durante el camino ordenando mis ideas y pensamientos. Me daba vergüenza tener que hablar de eso con mamá, era la primera vez que me enamoraba y estaba con un chico. Sobretodo me sentía triste por no haber conversado con mamá desde antes ya que siempre le he tenido mucha confianza y ocultar algo como esto definitivamente hería su corazón.
Al llegar nos sentamos en el tapete del suelo, mamá preparó un poco de chai para pasar el trago amargo de aquel momento.

- Me duele que me hayas ocultado las cosas, siempre te di la suficiente confianza para hablarme de lo que sea o ¿no es así?- dijo con decepción en los ojos.
- Sí mami, lo siento mucho en verdad- atiné a decir con la cabeza gacha.
- Quiero saber desde cuándo pasó todo y no quiero mentiras por favor.

Empecé a contarle todo en orden cronológico, cómo lo conocí y cómo fue que empecé a sentir cosas por él.

- Él es el muchacho que vimos cuándo fuimos a lavar ropa al río, ahora lo recuerdo.
- Sí mamá, de hecho hoy me di cuenta que lo amo, él estaba por irse pero al saber eso fue cómo si un vacío embargara mi corazón y una tristeza llegara al alma. Tuve que ir a verlo y saber que es lo qué me pasaba antes que se fuera de nuestro país. Cuándo me dijo que me amaba, sentí muy bonito y cuándo sentí sus labios fue como magia, algo que nunca había sentido, esa magia subía de mi estómago a mi pecho- suspiré profundo.
- Ay niña, te entiendo porque yo lo sentí alguna vez. No puedo culparte de enamorarte pero tampoco puedo permitir que siga sucediendo por tu propio bien hija, tienes que entender que por nuestra cultura si no te mata tu padre, seguro lo haría la sociedad, para ellos tienes que casarte con un dalit, uno igual a nosotras- me agarró el rostro suavemente.
- No mamá, no voy a dejarlo porque la sociedad, mi padre o tú me condenen, yo lo amo. Entiende por favor, él es importante para mí- me eché a llorar a sus pies.
- Si sabes que él es un ave de paso, se va a tener que ir en algún momento porque no pertenece aquí, debe tener una vida allá afuera. Además no sabemos nada de él, a qué se dedica por qué está aquí, qué costumbres tiene y su cultura debe ser muy distinta a la nuestra hija por todos los dioses piensa en eso por favor.
- Madre es la primera vez que alguien además de ti me quiere, yo imagino que el amor no es color de rosa. Sé que mi situación no será fácil y sé que algún día ha de irse y ese día se irá una parte de mí con él pero al menos tendré el recuerdo y el saber de qué alguien me amo y yo lo amé. Yo prometo no faltar a nuestra cultura, prometo respetar mi cuerpo por amor a mí misma ante todo, no me entregaré a él- dije con firmeza mientras agarraba sus manos.
- Al parecer no te haré cambiar de opinión verdad- dijo con resignación.
- Tú me conoces más que nadie mi shasha. Gracias por entenderme- la abracé muy fuerte.
- Es mi deber hija mía, pero eso sí a partir de ahora no me ocultes más cosas.
- No mamita querida. Lo prometo.

Después de tomar el té chai con un poco de galletas, me apresuré en escribirle a mi chico de ojos azules.
- ¡Buenas noticias!
- Niña al fiiiiin, me tenías preocupado.
- Disculpa por recién escribir, estuve conversando con mamá y bueno ella me entendió.
- ¿Así que ya sabe de mí?
- Sí, le conté todo y al final aceptó que te vea.
- Está bien niña, me alegra que todo haya salido bien. ¿Entonces nos vemos mañana?
- Sí, mañana iré a tu casa ¿oke?
- Hasta mañana entonces.

Cocinamos con mamá algo de comer y pasamos el día juntas. Gracias al cielo no llegó el viejo Satish, debía estar ebrio por algún lugar. Al fin en muchos años tuve un día tranquilo y con el corazón felíz.
A la mañana siguiente, salí con mamá muy temprano a trabajar para poder alimentarnos durante la semana.
Fuimos a limpiar algunas casas.
Durante el día no tuve ningún mensaje de Zac, eso me intrigaba un poco.
Por la tarde le dije a mamá que iría a verlo y que no se preocupara por mí, que volvería a casa pronto.
Al llegar a la casa de mi chico, toqué la puerta.

- Alisha- dijo con sorpresa mientras fumaba un cigarrillo.
- Hola- sentí su frialdad.
- Pasa, olvidé que vendrías perdona- dejó el cigarro en el cenicero.
- Ayer quedamos en vernos Zac pero bueno si no es buen momento puedo irme, disculpa- me dirigí a la puerta.
- Quédate por favor, ahh- se agarró la cabeza con ambas manos.
- No supe de ti en todo el día, ¿está todo bien?- traté de descifrar lo que había en su mirada.




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