prólogo

Adeline tenía un corazón roto, una alma deprimente y una mirada que lloraba a cada paso. Su ex, Luke, había hecho lo impensable, había terminado la relación sin más. Ella no entendía, no sabía por qué le había ocurrido esto, no encontraba explicación y se sentía desvalida y sola. ¿Qué haría sin su amor?

Pensaba en cada momento en el rostro de su ex y recordaba cada acercamiento, cada mirada, cada caricia. Pero entonces, Morgan, su mejor amigo, poco a poco, comenzó a darle luz a su estado de ánimo sombrío. Aunque al principio no estaba convencida de la bondad de su amigo, poco a poco fueron apareciendo indicios de que no era una persona cruel o insensible, sino todo lo contrario.

Morgan era más que un amigo, era un amigo que se convirtió en un guía que le mostraba la belleza de la vida, el bienestar que a veces necesitamos encontrar, y el amor que siempre puede regresar. Aunque Adeline intentaba resistir, cada vez le resultaba más difícil no dejarse llevar por la mágica magia de la amistad de Morgan. Pero, ¿En qué momento pasaría la amistad por otra cosa? ¿En qué momento daría una vuelta de tuerca y convertiría en algo más especial lo que ya era especial?

No se podía determinar con exactitud cuándo eso ocurriría, pero Adeline empezó a preguntarse sobre esto. ¿Lo sabía Morgan? ¿Se estaba dando cuenta de los sentimientos de Adeline? Ella se resistía a admitirlo

—Es que ... Creo que me estoy enamorando de alguien, pero no si quiero. ¿Es posible sentirse así, enamorarse cuando no quieres?

El silencio rondaba por la pequeña habitación.

—Por supuesto que es posible. A veces podemos sentir cosas sin poder controlarlas, y enamorarse de alguien no es algo que se pueda controlar por completo

"En algún momento, la verdad suelta los cuerdones de nuestra mente y la libera de las cadenas del miedo".

—Kate McGahan

Esta frase representa la idea de que a veces es necesario dejar fluir las emociones y sentir lo que uno realmente siente, en lugar de resistirse. Adeline se siente confundida, y no sabe qué hacer. Entonces, la frase representa la posibilidad de ser libre, de ser sincera consigo misma, en lugar de resistir a las emociones que siente.