Capitulo 1

Un chico iba por las calles de la ciudad Mirando todos alrededor apurados ajetreados de la vida moderna y pensaba que el mundo qué tan aburrido gente hipócrita estoy siguiendo la misma rutina diaria día a día, no hay amor en lo que hace todo es común con personas superficiales en este mundo que sólo le importa el dinero, estatus social, viven y trabajan para obtener algo que jamás conseguirán.
 

El chico suspira por todo lo que está pensando el tipo sumido en sus pensamientos no se percata que mientras cruza la calle la luz está en verde para los autos, cuando de repente viene un auto a toda velocidad que no le da tiempo para frenar en ese momento, se escucha el chirrido de los gauchos con el asfalto negro y escuchó gritos.

Un cuerpo tirado en la calle ensangrentado muerto, su muerte fue instantánea.

• Albers

Abrí los ojos y me encontré con un cuarto blanco era tan brillante que casi no podía abrir los ojos en cualquier dirección que miraba todo era blanco.

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¿Donde estoy? ¿Que hago aquí? ¿Acaso... estoy muerto?

Escucho una voz fuerte y clara que retumban mi cabeza y se esparce a lo largo de cuarto.

- ¿Quién eres? ¿quien anda ahí? – digo asustado.

- Soy el que tu mundo llama Dios – responde con voz neutra.

- ¡¿Dios?! ¿tú fuiste el que creo mi patético mundo?

- ¿patético? No hay más nadie que sea más patético que la persona que cree que el mundo en el que vive es patético.

- Pues seré patético porque si tú eres mi Dios tú me creaste, por ende soy una creación patética de ti – me río de manera sarcástica.

- ¿por qué crees que el mundo que cree es patético?

Le cuento lo insatisfecho y aburrido que se sentía en el mundo.

- Hmm. ¿Te sentirías feliz y emocionado en un mundo más emocionante?

- ¿Qué acaso piensas ponerme en otro mundo? – digo sorprendido.

- Puede ser, todos se merecen una segunda oportunidad de vivir una vida más placentera a sus emociones.

- ¿Qué ganas tú con mandarme otro mundo?

- Pues eres mi hijo eres mi creación patética y quiero ser de ti una creación más capaz...

Al terminar esa frase, todo se empieza a oscurecer. Abro los ojos y mi vista se comienza a adaptar a la oscuridad en la que me encuentro.

Solo escucho el sonido de mi voz agitada. Estoy en un cuarto lleno de objetos con polvo, la poca luz de la luna se cuela por una ventana, localizo un interruptor y camino hacia el, trato de encenderlo pero nada funciona, localizo la puerta y me digno a salir del raro lugar.

Veo que todo es como un hospital viejo y abandonado, escucho algo detrás de mi, se escuchaba como algo arrastrándose pesadamente pero a gran velocidad, al voltear mi ritmo cardíaco se acelera inmediatamente, el ambiente comienza a sentirse amargo y pesado, trato de calmarme y seguir caminando en busca de alguna salida pero se sigue escuchando y sintiendo igual y acelero el paso, me sostengo de una pared y busco por todos lados buscando lo que hiciera ese sonido, veo al final del pasillo y choco con unos horribles ojos rojos, grandes y deformes, me estaba detallando muy detenidamente.

Busco desesperadamente una puerta o alguna salida pero todo está sellado, el extraño ser se comenzó a acercar, pero mucho más rápido esta vez. Era asqueroso y espeluznante, parecía un gusano enorme con piel humana y muchos brazos largos y deformes a sus costados, su boca era como la mandíbula de una araña con colmillos gigantes, botaba una baba roja que parecía estar ligada con sangre. Corro lo más veloz que me dan mis piernas y me encuentro con una puerta, forcejeo para abrirla pero es casi imposible, comienzo a golpearla, mis nudillos sangraban pero no sentía nada, era más fuerte mi adrenalina.

Pasan segundos hasta que esta por fin cede, entro pero el monstruo fue muy rápido y antes de cerrar la puerta por completo, logró penetrar una parte de su cuerpo la cual luchaba para abrir la puerta, forcejeo contra el y veo un alambre, trato de arrastrarlo con mi pies sin dejar de presionar la puerta, cuando lo logro acercar intento amarrar la perilla contra un tubo de metal para intentar cerrarla, aprieto el alambre y cierro la puerta lo mejor que puedo para evitar que el monstruo entre por completo.