Allí estaba yo, esperando, aunque sabía que no servía de nada, no pude evitarlo, estaba jugandome todo a una sola carta, una llamada, solo eso se me había concedido, no había alternativa, me costaba creer que a esto se resumia todo, suspiré pesadamente, no lo podía creer. Siempre había intentado permanecer en mis trece ante cituaciones tensas y al límite, nunca perder el norte, pero aquello era demasiado, no estaba acostumbrado a esperar tanto por alquien. Por qué debía creer sus palabras? Para mí, solo era un crío, tan simple como eso, nada más, pero se merecía una oportunidad.
- No fue lo más sensato lo que hiciste, que dirán si descubren que alguien encontró esa foto en el buzón.
No pude evitar lanzarle una mirada asesina, odiaba que se creyeran superiores a mi.
- Sabias que el lobo era su animal favorito? -Pregunté como quien comenta el clima-
- Que? Aquello no es posible! -Dijo sin dar credito-
- No me hace gracia -Encendí un cigarrillo- Deberías saberlo.
- Quien eres? -Preguntó finalmente-
No pude evitar sonreir, la diversion estaba asegurada, al menos, por esta noche...