Realities | Draco Malfoy

Capítulo 29

𝕽| 𝒄. ₀₂₉
—𝓒.𝓑─

Alva Archibald fue por nosotros tal y como lo hizo desde que aquella invitación llegó. La mujer actuaba con indiferencia acerca de los sucesos que me hicieron temerle en cierto punto, a pesar de que mamá le reclamó sobre sus actitudes hacia mí. El ambiente no fue diferentes de todas formas, ella aún insistía en instruirnos como se debía.

Ahora mismo, llegamos a un lujoso hotel en Paris gracias a la aparición. Llevábamos arduos días practicando el vals principal del evento; claramente fue difícil para mí, pero debía de darle gran mérito a Draco, ya que acoplarme a él y a sus pasos no era trabajoso, aunque el hacerlo frente a personas conocidas y desconocidas, sí.

—Iré a reunirme con Bea. Te veo luego, preciosa —Se despidió mi abuela dando un pequeño beso en mi coronilla—. Te la encargo, Draco —agregó mordazmente, palmeando su hombro.

Alva era una de las organizadoras del evento, al igual que la tal Beatrice. Fue cuestión de tiempo notar que su inesperada visita no fue más que un recordatorio a mi madre que el dichoso baile estaría a la vuelta de la esquina, y claro, regañarla por permitirme rechazar otros bailes.

Reconocí a varias personas cuando llegamos el primer día, desde compañeros de casa, hasta algún invitado de Dumstrang que se hospedó en el castillo por el tema del Torneo, e inclusive un muchacho de Gryffindor que podría asegurar haber visto en los pasillos.
La verdad es que no me esperaba que tantas personas llegasen al Baile de debutantes; subestimé su acogida entre la comunidad por completo.

—¡Ya se quién es! —susurró Pansy golpeando mi brazo enérgicamente, cuando Draco se fue con a Blaise y Theo—. Daph, dile —ordenó con entusiasmo a la muchacha rubia que acababa de llegar acompañada de su familia.

—¿Qué cosa? —Frunció el ceño. Su hermana pequeña miraba con curiosidad el salón entero— Astoria el baile está por empezar, puedes ir con mi mamá cuando gustes. No estarás pegada a mí mientras practique con Theo ¿o sí?

La menor de los Greengrass se sonrojó y negó con la cabeza con timidez. Sin poder decir algo, se alejó a pasos rápidos hacia sus padres.

Pansy atacó el brazo de Daphne esta vez y ella pareció captar el porqué de su insistencia cuando rodó los ojos y miró cansinamente a la pelinegra.

—Cormac McLaggen, Gryffindor de sexto año —declaró ella, volteando a ver al muchacho de cabello rizado, que no dudó en quitar la vista de su encantadora acompañante y sonreírle pícaramente—. Se me acercó luego de la práctica de ayer; fue bastante imbécil.

Eso pareció ser como un fuerte recordatorio para Pansy, ya que su expresión cambió por completo, y esta vez, miró asqueada al tal Cormac, como si este fuese lo más horrible que sus ojos hayan visto.

—Es un Gryffindor, no esperes menos —murmuró con fastidio, para luego resoplar fuertemente y volver la mirada hacia nosotras.

—¿Y cómo es que se encuentra aquí? —pregunté con curiosidad, observando al muchacho unos segundos y luego a Daphne, quien parecía ser la portadora de toda la información.

—Eso es lo interesante...

—¡Bah! Nada que unos buenos contactos no resuelvan. A mi padre le sorprende como es que las cosas han cambiado tanto, jamás se cansa de decir que, si la familia hubiera seguido al mando, cada cosa y persona estaría en donde merece estar... y no es que tu abuela lo maneje mal, pero ya sabes cómo son las cosas ahora. La verdad, no me hubiera sorprendido ver a Potter aquí, parecía ser bastante cercano al ministro, ¿no es así?

—Ese torpe no es más que un títere sin valor —repuso Draco uniéndose a la conversación—. También me pregunté lo mismo que tú; todo arroja a que su tío y familia —que al parecer son bastante influyentes— lograron meter su apellido luego de dificultosas formas de probar que lo suficiente dignos para ser invitados. Aunque su padre fuese el mismísimo Fudge, no sería invitado si simpatizaran con los asquerosos sangre sucia... como Millicent, por ejemplo, corrió el rumor que se le vio a su madre sacando los pies del plato con un nacido de muggles. ¿Te imaginas cómo fue la reacción del comité? Mi madre dijo que la echaron de todos sus clubes. Así que tranquila, Pansy, el prestigio del baile sigue siendo nuestro.

—Ugh, sí, ni me lo recuerdes. La pobre lleva escribiéndome todas las vacaciones quejándose sobre que no podrá asistir al baile —bufó Pansy rodando los ojos—. No la culpo, su madre siempre fue muy blanda con todo mundo. Y tienes razón, que la hayan invitado hubiera sido bastante escandaloso para la imagen del evento y lo que menos quieren en su familia, son más humillaciones.

—Ni lo digas frente a... ¡Alva Archibald! ¿Por qué no comienza la práctica? Siento que llevo horas esperando —Theo se acercó a mi abuela riendo jovialmente, dándole un amistoso abrazo cuando la mujer estuvo cerca de nosotros.

Ella sonrió educadamente y se separó de Theo, no sin antes dejar un beso en las mejillas ahuecadas del muchacho.

—Justo a eso venía. Parece que Viorica e Ivantie no vendrán a hoy, así que —Dio dos aplausos y las voces que se oían charlar cesaron al instante, llevando su atención hacia mi abuela—. Los maestros no podrán asistir a la práctica de hoy, por lo que a nombre del comité, les pedimos que demuestren que tanto han aprendido.

Al finalizar, los murmullos volvieron y en menos de un minuto, nos encontrábamos formados en dos filas, a la espera de que la música empezara.

—Espero que hoy me pises un dedo menos. Creo que dejé de sentir el meñique —musitó Draco, justo en cuando los melodiosos movimientos de violín abrazaron mis oídos.

—Muy gracioso —rodé los ojos, golpeando suavemente su pecho.

Cuando nos tocó comenzar, Draco me dio una vuelta hacia él, con mucha delicadeza y elegancia, posicionando su mano derecha bajo mi hombro, un poco más arriba de la cintura.

El vals era largo y lleno de giros alrededor de un círculo formado entre todas las parejas. Me sorprendía el no haber terminado mareada a este punto, y claro, toda tenía una explicación: Draco es un bailarín nato. La forma pulcra y elegante con la que él bailaba me hacía sentir como una niña observando lo más entretenido que su poca experiencia de vida le haya puesto en el camino. La pasión, el descaro y delicadeza que había en cada uno de sus pasos era alucinante: desde un acercamiento prudente y delicado hasta un juego de distancias y sonrisas fugaces. Lográbamos tener una conexión tan íntima que me hacía sentir expuesta cuando tenía que pasar a bailar con la persona a mi lado, que era Theo.



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En el texto hay: draco malfoy, dracomalfoy, realidaddeseada

Editado: 31.08.2024

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