De alguna manera, sé que estoy soñando.
Sé que nada de esto es real. Sé que todas estas imágenes y todas estas sensaciones han sido creadas por mi subconsciente, posiblemente influenciado por siete largas e ininterrumpidas horas de juegos de rol online. Sé que podría despertar en cualquier momento si quisiera hacerlo.
He leído sobre esto en esos libros de ciencia ficción que Makoto suele recomendarme. Si quisiera, podría hacer aparecer una linterna en mis manos, una luz que me sirva como guía para avanzar a través de esta densa niebla oscura.
Podría imaginar que tengo puesto un par de zapatos, y así dejaría de ir descalzo sobre este terreno fangoso. Podría pensar que llevo encima una chaqueta, pues esa camiseta de mangas cortas y los pantaloncillos con elástico no son una buena combinación a la hora de recorrer un sitio tan frío.
Frío y solitario.
Desolado.
Y aunque sé que es solamente un sueño, mi mente es golpeada por una fuerte oleada de dudas.
¿Por qué no puedo controlar lo que ocurre en mis sueños?
¿Acaso es mera ficción esa teoría acerca del poder que todos poseemos sobre nuestras mentes?
¿Acaso es mentira todo eso acerca de que nosotros tenemos el control sobre nuestros propios sueños?
¿Por qué me siento tan a la deriva?
¿Por qué de repente tengo la impresión de que esto no es un sueño y en realidad estoy caminando sin rumbo a través de un banco de niebla?
¿Por qué?
¿Por qué?
¿Por qué?
No puedo ver nada. Mi única iluminación es la luna llena. La niebla es tan densa que incluso dificulta la respiración. El frío aumenta. Debo abrazarme a mí mismo para conservar el calor de mi cuerpo. El silbido del viento pareciera ser más que eso. ¿Desde cuándo el viento puede reír? ¿Por qué el viento tendría una risa tan siniestra?
¿Por qué de repente siento tanto miedo?
Mi caminata se detiene cuando mi pie derecho pisa algo pequeño, sólido y un tanto helado. Dirijo mi mirada hacia el suelo. Un diminuto resplandor alcanza a verse en el punto donde antes ha estado mi pie. Intento tomar el objeto con mis manos, tomando también un poco del fango que lo rodea. El objeto emite su propio brillo, así que me es fácil observarlo sin tener que buscar la ayuda de la luz de la luna. Es un dije de oro que cuelga de una cadena. Tiene palabra grabada.
No comprendo lo que dice, sólo sé que lo he visto antes. Es como si mis recuerdos se hubieran esfumado de repente. ¿Qué es lo que significa esa palabra? ¿Por qué no puedo recordarlo, si estoy seguro de que lo sé? El miedo comienza a apoderarse nuevamente de mí. Es como si una voz interna estuviese intentando advertirme que pasará algo malo.
Quiero despertar, pero no puedo hacerlo. Algo me lo impide.
—Akira…
Ahí está esa voz espectral que dice mi nombre.
Es grave, cavernosa y demoniaca.
¡Quiero despertar!
Intento responder al llamado, pero he perdido la capacidad de hablar. Tampoco puedo moverme. La oscuridad comienza a hacerse más densa. Me absorbe. Me arrastra hacia el mundo donde reinan mis peores pesadillas… Pero el collar emite un brillo inusual. Un brillo que me da paz. Tan cálido que me infunde valor. La oscuridad retrocede conforme el brillo va ganando intensidad. El banco de niebla, sin embargo, no se esfuma.
Escucho esos pasos que se dirigen hacia mí. Se acercan lentamente. No sé si debería confiar o escapar. Siento esa mano, femenina y delicada, posándose sobre mi espalda y…
Y despierto en mi habitación. Sobresaltado. Con el corazón acelerado.
¿Qué demonios acaba de pasar?