El reloj ha marcado las 12:54pm,
La familia se encuentra en un estado de desolación y desesperó que no los has dejado sin siquiera recostarse.
Unos días antes la Madre de familia, se había despertado aterrada, las ventanas estaban abiertas lista para dar una bienvenida a los demonios que afuera con ansias se encontraban listos para abrirse paso hasta el punto de Llegada, ella ya sabía que algo maligno se acercaba a la velocidad que viaja una bala.
No fue sino horas más tardes, que el patriarca no había regresado de su pesca anula en el lago azul, jamás se había ausentado con tanta demora en llegar a casa. Pues el último beso que Madre le dio a padre a eso que culminaba la cena, se quedó retumbando como el último avistamiento de su ser, su cabello canoso y reluciente quedaron plasmado en los recuerdos de entonces pequeños hijos.
Así pasaron horas, días y semana
Toda la familia se revolcaba de esperanza, se le dio a conocer que su padre fue hallado con vida, sana y salvo, aquel momento de desesperación no había sido más un pequeño dolor de muelas, según contó se había perdido en el bosque, su equipo se dañó y de un momento a otro estaba perdido en la inmensidad del bosque. Madre no podía creerlo, literalmente, sabe con certeza que su esposo conocía el bosque como la palma de su mano; decidió no amargarse, es presentimiento lo atribuyó a qué su esposó había sucumbido a los estragos de la vejez.
Con el paso del tiempo, madre seguía con el mal presagio, ese hombre que ella creía que era su esposo, no lo sentía como tal, ese semejante tenia dichas características, caminaban igual, era zurdo y tenía la misma carisma de aquel hombre que conoció en la feria gitana del pueblo.
Madre siguió con sus sospechas, pero este ser que llegó a su hogar con historia coherentes y lógicas era idéntico a aquel , pero parecía que todo esto era nuevo para él, se impresionaba con facilidad con cosas que ya conocía, decidió no sobre analizar y volvió a su idea que su esposo esta sucumbiendo a la vejez.
Solo decido no hacerse mente y dejo que todo fluyera.
Varios cumpleaños, bodas, nacimientos llegaron después, los siguientes meses fueron fugases.
Un 27 de marzo, padre abrazo su destino y con calma se había ido.
Ante los consejos médicos, madre persistió sobre una autopsia aún en su mente estaba segura que algo raro e inverosímil pasaba.
Tan sólo de un momento a otro sus sospechas fueron reforzadas, aquel hombre que llegó a su casa con una historia cliché de su desaparición y que compartió los últimos meses de vida, nunca fue al que hombre que conoció una tarde de otoño, ni siquiera tenía su tipo de sangre.
Helada y para evitar horrorizar a su familia decido enterrar ese secreto y llevarlo consigo hasta el final de sus días.
Solo le pregunto a la Luna, Que fue de aquel hombre que tanto amo y porque su desaparición trajo consigo a un usurpador, que con tanta naturalidad supo cómo actuar ante la familia...
Editado: 25.05.2020