Rechazada

Capítulo 32


 


Ethan Brown :

Despierto al sentir a Camily moverse ente mis brazos, abro los ojos lentamente y la veo moverse hasta quedar más cerca de mí, quizá tiene frío así que la rodeo con mi brazo por la cintura y la cubro más con la sabana.

Quito un mechón de cabello que cae sobre su cae sobre su frente y beso su mejilla

—Vaya, quién lo diría, el niño nos salió muy romántico —se burla Mark a través del enlace

—¡Ay! ¡Cállate! —bufo

—Al menos me alegro de que estés feliz —comenta

—¿Ya conoces a su loba? ¿Mía? Creo recordar que menciono su nombre —digo tratando de recordar su nombre

—Si, un poco —comenta —solo he hablado con ella lo normal, lo que se habla con cualquiera de la manada, a través del enlace.

—Ohhh—me limitó a decir, pues se que no me dirá nada

—Me calló muy bien, solo que es un poco sarcástica

—¡Uy si! Habla un lobo muy humilde —está vez soy yo quien se burla. Mark cierra el enlace

Cierro los ojos un momento y los recuerdos de la noche anterior comienzan a dispararse en mi cabeza. Sus suaves labios sobre los míos y su sonrisa avergonzada.

Sonrió al pensar en eso; Camily es tan tierna. Al menos ayer confirmé que no me es indiferente y que corresponde mis sentimientos. Creo que siempre lo hizo, pero ambos nos  hacíamos los tontos y buscamos pretextos; por el miedo de nuevamente salir lastimados.

Tomó mi celular de la mesa de noche y veo que aún es muy temprano por lo que cierro los ojos nuevamente dispuesto a dormirme.

                     *********

—¡Buenos días Ethan! —saluda con energía Camily —mira donde esta, papá —dice con tono meloso, abro los ojos rápidamente al sentir un peso sobre mi abdomen y veo a Toby sobre mi.

—Buenos días —saludo y comienzo a acariciar a Toby

—¿Qué quieres de desayunar? —cuestiona sonriente

—Lo que sea esta bien —respondo bajando a Toby y poniéndolo sobre él pisó

—Bien, voy a cocinar —dice volteándose

—¿Te ayudo? —sentándome en la orilla de la cama

—¿Puedes cocinar? —me devuelve la pregunta

—Claro y cocino delicioso —hablo guiñando le un ojo

—Bien, te espero en la cocina —responde divertida saliendo de la habitación

Sonrió y me dirijo al baño a ducharme. Se siente muy extraño tener que usar la ropa del padre de Camily pues me queda algo grande.

En estos momentos agradezco a mi tía que desde muy pequeño me haya enseñado a cocinar. Sonrió al recordar una vez que ayude a mi tía a cocinar la cena y confundí la canela con la especia y la comida sabía raro.

Me apresuró a bajar a la cocina, encontrando a Camily cocinando cantando y tarareando las partes que no se sabe

Al verla tan distraída no puedo evitar rodearla por la cintura haciendo que de un pequeño salto

—Me asustaste —exclama, yo me rio y dejo un pequeño beso sobre su mejilla

—¿En qué puedo ayudarte? —cuestionó separándome

—Hay que batir esto —dice dejado e el lugar que ella ocupaba, yo asiento —yo voy a picar la fruta —comenta

—Pica bastante fruta —digo

—¿Por qué? Solo es para nosotros dos —habla confundida

—Es que creo que no consumiste suficientes frutas y verduras cuando eras niña y por eso eres tan pequeña —digo tratando de no reírme, Camily me ve incrédula y sigue picando la fruta

Se acerca a mi y ve el recipiente donde estaba mezclando los ingredientes

—Te hace falta harina —informa, yo niego pues para mi está bien.

Toma la harina  y cuando pienso que se la va a hecha a la mezcla toma harina y me la tira a mi, me quedó pasmado un momento, pero reaccionó al escuchar su risa, abro los ojos viendo como de mis pestañas cae harina.

Camily se agacha un poco tratando de parar de reír y antes de que se dé cuenta tomó harina ente mis manos y se la tiro causando que deje de reír y volteé a verme, ahora soy yo quien ríe al verla toda cubierta, al menos yo solo tenía cubierta la cara y parte de la camisa

Camily me ve muy sería y cuando pienso que me dirá algo comienza a reírse nuevamente y yo la acompañó, nuestras carcajadas resuenan por toda la casa.

Nunca pensé que momentos tan pequeños e insignificantes  como estos podrían llenarme tanto y hacerme desear que nunca terminarán.

Nos limpiamos la cara y las manos y nos disponemos a seguir cocinando.

—Camily —digo mientras me siento a su lado para empezar a comer

—¿Si? —pregunta observándome

—Nunca terminaste de contarme ¿la moneda cayó de mi lado? —cuestionó recordando el tema

—No —responde sencillamente, la observó confundido —nunca supe el resultado —agrega mientras se lleva la comida a la boca

—¿Entonces? —cuestionó

—No era el resultado el que me importaba —paro de comer y la observó — cuando la moneda estaba girando en el aire, deseaba que cayera de tu parte, por lo tanto ya sabía cuál era mi decisión ¿me explico? —asiento no muy convencido

Terminamos de comer en silencio, pero un silencio cómodo, al terminar de comer ambos nos quedamos en la mesa sin ánimos de levantarnos

—¿Sabes lo que Connor me regalo para mi cumpleaños? —cuestiona divertida, yo niego —un libro —comenta tratando de no reír ¿qué tiene de raro que le regale un libro? Le gusta leer ¿no? —pero me regalo el segundo libro de una trilogía —comenta divertida

Yo niego divertido, pobre Connor, él siempre ha sido malo escogiendo regalos, ya quiero ver cuando encontré a su mate.

Estoy por decir algo, cuando suena el timbre asustándonos a ambos Camily se levanta dirigiéndose a la puerta, yo la sigo, pues tengo curiosidad sobre quien es, cuando me acuerdo que Ashton me aviso que hoy vendrían a dejarnos las maletas que olvidamos.

Camily abre la puerta, dejándonos ver a Ashton y Jazmín tras la puerta, ellos abren mucho los ojos sorprendidos al vernos cubiertos de harina

—¿Por qué están así? —pregunta señalándonos, yo sonreí avergonzado, nunca pensé que Ashton me vería en una situación igual



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En el texto hay: mate, rechazo, romanace

Editado: 27.04.2022

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