CAPITULO 8: Un Destino Inminente

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**NARRADOR OMNISCIENTE:**

Aaron es un hombre fuerte y decidido, una figura imponente y confiable, siempre dispuesto a defender a los suyos. Su cabello rubio brilla a la luz, y sus ojos verdes, profundos como los bosques que se extienden bajo su cuidado, tienen la capacidad de transmitir tanto calor como frialdad, dependiendo de la situación. Su físico es envidiable, moldeado por siglos de vida y experiencia, que lo hacen parecer mucho más joven de lo que realmente es. Con el cuerpo de un hombre de 25 años y el conocimiento de un anciano, Aaron lleva consigo el peso de su posición como el "REY ALPHA", alfa de los licántropos.

**AARON**

—Hola a todos, mi nombre es Aaron y soy el "REY ALPHA", el alfa de los alfas —comienza, su voz resonando con autoridad al dirigirse a un pequeño grupo de personas que lo observan con curiosidad y respeto—. Para quienes no lo saben, tengo bajo mi protección no solo a mi manada, sino a muchas otras. Esta noche, al fin tengo la oportunidad de viajar a España.

Aaron mira a su alrededor, sintiendo la energía del aeropuerto, un lugar de encuentros y despedidas, así como de riñas y alianzas que a veces se tejen entre los diferentes clanes. Aunque es un líder fuerte, hay una parte de él que se siente vulnerable al pensar en lo que le espera.

—Estoy buscando a mi "LUNA" —confiesa en voz baja, tanto al grupo que le escucha como a sí mismo—. La mujer que será mi compañera por toda la eternidad. A pesar de haber vivido más de 500 años, luzco como si tuviera apenas 25, y me pregunto si eso tiene un significado especial, si ella estará esperando por mí…

Este viaje se siente diferente. Confiando en sus instintos, sabe que su camino está lleno de enigmas y promesas que podría desentrañar.

Mientras pasa por los controles de seguridad y se dirige a su puerta de embarque, una pequeña sombra de preocupación lo envuelve. El consejo de ancianos le ha encomendado la misión de supervisar a las manadas en España, especialmente a la manada BLACK MOON. Los rumores sobre los Rogers, poderosos adversarios que intentan apoderarse del control, parecen estar alzándose como un oscuro nubarrón en el horizonte.

Al llegar a su asiento en el avión, se desliza los cascos blancos sobre los oídos y, poco después, se deja llevar por el sueño, agotado por la mezcla de emociones que lo invaden.

**Dos horas más tarde:**

Despierta con un ligero temblor en su interior, al sentir que el avión comienza su descenso. Abre los ojos, sintiéndose renovado, pero también intranquilo.

—¡Por fin llegamos! —grita su lobo interior, Leo, con un fervor que parece resonar en cada fibra de su ser—. No sé por qué, pero hay algo en el aire. Una energía inminente… me siento nervioso.

Aaron, consciente de que su instinto es tan fiable como un reloj, asiente para sí mientras se esfuerza por calmar su creciente inquietud.

—Yo también siento eso —responde, antes de intentar cortar la conexión con Leo—. Quizás sea solo el nerviosismo del viaje.

Pero esas palabras a menudo ocultaban una verdad más profunda. Con una sonrisa forzada en los labios, intenta restarle importancia a la sensación inquietante que lo invade.

A su lado, Mickael, su Beta, esboza una sonrisa burlona.

—Aaron, ¿qué te pasa? —pregunta, notando la sombra de preocupación que oscurece la expresión de su amigo—. Estás muy pensativo.

La atención de Aaron se centra en él, reconociendo en los ojos de Mickael la complicidad y la preocupación genuina.

—No —contestó, intentando evitar el camino profundo de su propia psique—. Es solo que Leo y yo nos estamos sintiendo raros. Como si algo inminente fuese a suceder.

Mickael se ríe, la confianza en su mejor amigo inquebrantable.

—Lo que realmente pasa es que, sin duda, encontrarás a tu mate —afirma con tono juguetón, dejando que una chispa de esperanza ilumine la mirada de Aaron.

Las palabras resuenan en la mente de Aaron como un eco, pero no pueden eliminar fácilmente el torbellino de preocupaciones que se arrastra detrás de él. ¿Cómo sería ese encuentro? ¿Me aceptará tal como soy? ¿Me amará? ¿Mi vida cambiará para siempre al tenerla a mi lado? ¿Qué pasará si no estamos destinados el uno para el otro?

Mientras las preguntas empiezan a multiplicarse en su interior, una mezcla embriagadora de emoción y ansiedad lo envuelven. Con cada momento que pasa, el viaje parece transformar su destino, una cerradura que puede abrir innumerables puertas. Algo en su ser le dice que este viaje no es solo un cumplimiento del deber, sino el inicio de un nuevo capítulo que podría cambiarlo todo.

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