Hay ocasiones
en las que la mejor forma
de salir de un colapso
es saliendo de la rutina.
Sí, suena muy sencillo,
pero con el estrés
al que estamos sometidos,
sacar tiempo
para nosotros mismos
se convierte
en un verdadero dilema.
Vivimos tan rápido
que nos olvidamos
de nosotros mismos.
Queremos inmortalizar
tantísimas experiencias
que luego solo
tenemos eso, fotos,
fotos y recuerdos vagos
de cuando las realizamos.
Paseamos por el presente
pensando en el futuro,
y cuando éste llega,
tenemos nostalgia
de ese presente
que duró un instante
y que no supimos apreciar
al que llamamos pasado.
Y pensando sobre ello,
me doy cuenta de que
vivimos entre contradicciones,
dudas, sueños, estrés,
frustración,
y algunos momentos
de alegría; es así.
VIVIMOS, pero rodeados
de esas condiciones,
y me pregunto:
¿Acaso eso es vivir?
Es contradictorio
pensar que todos los males
vienen solos
y que los momentos
alegres hay que buscarlos,
hay que cuadrar agendas...
Nos cuesta percatarnos
de los bonitos detalles
del día a día,
esos que no todo el mundo
es capaz de apreciar
o que a veces nos es difícil
por el hecho de pararnos
un momento a saborear la vida:
Ver un lugar bonito,
alguien que sonríe por la calle,
(llámame loco, pero
eso me alegra.
Me alegra ver gente
(SONRIENDO)
ver a algún animal adorable,
unas nubes traviesas
que dibujan unas formas
extrañas pero bonitas,
el olor de las páginas
de un libro nuevo...
Busquemos el verdadero
sentido y significado
de lo que llamamos vivir,
en vez de pasar el tiempo
"viviendo" y lamentandonos
por no haber vivido.