Bueno, aquí vamos.
-Abrí la puerta-
"Ya llegué." -Dije con desganas-
...
No se ni el porqué lo intento.
Piso de color marrón cálido, paredes pintadas hasta las esquinas de color blanco, muebles acolchados muy bien colocados en cada rincón, cuadros colgados en el medio de cada pared del lugar, así era el ambiente en el 1er piso de esta casa.
-Caminé hasta la sala principal-
Sentada en el sofá mientras mira la televisión, así estaba ella.
"Ya llegué." -Repetí-
-Mi progenitora ni se inmutó-
Mi Madre, una mujer de unos 39 años de edad, altura bien proporcionada, cabellera larga de color negro, un rostro muy hermoso para muchos, labios marcados a la perfección, curvas bien definidas, una característica a resaltar, sería que, sin importar su edad, fácilmente la confundirías con una de tus compañeras, su piel muy bien tratada junto a la inexistencia de arrugas hacía que todo esto fuera posible.
"Me voy a mi habitación."
Soy la única que conoce el otro lado de mi madre, con otras personas ella actúa como una verdadera celebridad, un alma negra que posee problemas de identidad, su odio solamente es dirigido hacia mi de forma innata, como si fuera la única que merece su desprecio.
Por eso no lo entiendo, no es como si yo tuviera la culpa de las idioteces que hizo mi padre, no es como si yo hubiese querido llegar a este mundo solo para joderle su maldita felicidad ficticia.
...
"Bueno." -Agregué-
-Volteé la mirada y me dirigí a mi cuarto-
"Vaya día." -Dije entre dientes-
El ambiente en el 2do piso es un poco diferente, las habitaciones de esta planta tienen una pintura distinta al de abajo, en vez de un cuadro, un espejo es el que está colgado en medio de la pared del pasillo, además, el piso cuenta con un tapiz azulado el cual termina haciendo un recorrido por cada habitación, aunque, mi cuarto es el único lugar que no cuenta con aquel tapiz.
-Entré a mi habitación y cerré la puerta-
******
Mi cabeza empieza a zumbar, susurros comienzan a entonarme las mismas palabras de siempre, mi cuerpo rechaza mi propia voluntad, mi respiración cada vez se dificulta más, un sentimiento de soledad comienza a invadir cada esquina de mi mente, mi pecho empieza a sentirse cada vez mas apretado, el calor de mis manos termina por extinguirse a paso firme, este es el momento donde mis penas y frustraciones del día, se suprimen por si solas.
Son las 6:59 pm, como es costumbre, es hora de que baje a preparar la cena, sinceramente, es la parte del día que más odio, y no es porque me desagrade cocinar, la cosa es que tengo esperando a un cliente muy exigente el cual no lleva ningun bozal con el que me sienta segura ante sus hirientes palabras.
-Bajé a la planta baja-
Con que sigue ahí sentada.
-Me acerqué a ella-
"¿Que quieres comer hoy?"
...
"Sabes, no quiero cocinar algo que se va a desperdiciar."
...
"Podrías responder de vez en cuando, Hana."
...
"¿Si me escuchas?"
"Cualquier basura sabe mejor que lo que preparas."
Por esto es que no quiero cocinar.
"Podrías intentar cocinar alguna vez." -Añadí-
Mi madre no ha cocinado ni una sola vez para mi desde que nací, no lo hizo antes, por eso se que tampoco lo hará ahora.
"No te mereces nada de mi, ni mis palabras, ni mi tiempo y mucho menos mi esfuerzo."
"Pediré comida a domicilio, ya malogré mi paladar lo suficiente como para saber que eres una inútil para la cocina, pero claro, tú puedes seguir comiendo ese estiércol que preparas."
"Hazlo como la mendiga arrastrada que eres."
-La miré con impotencia-
"¿Eso quiere decir que desde ahora dejaré de cocinar?"
"Si es que te quieres morir de hambre, por mi está bien, me harías un gran favor al quitarme un molesto peso de encima."
-Volteé la mirada y me dirigí a la cocina-
Esto es cosa de cada día, tratar de comunicarme con ella solamente es un despilfarro de esfuerzo, intentar razonar con una persona ignorante solo te convierte en un idiota que trata de abrir los ojos a una persona ciega de por si.
En fin, solo prepararé un poco de sopa para mi.
...
"¡No hay nada con que cocinar!"
...
...
Ahhhhh
-Saqué mi telefeno del bolsillo-
Son las 7:14 pm, creo que aun puedo ir a comprar algunas cosas a la tienda.
-Me dirigí a donde estaba mi madre-
"¿Tienes 3 dolares para comprar algo?"
...
"¿Tienes 3 dola-
"Ya te di lo suficiente para este mes." -Dijo-
"Bien."
-Me puse mi abrigo-
"Ya regreso." -Comenté-
...
-Abrí la puerta y salí rumbo a la tienda-
Gotas comenzaron a caer desde el cielo, el viento poco a poco se hacía más intenso con el paso de los segundos, la luz del sol comenzaba a mermar su vigor, los arboles comenzaban a moverse al ritmo de la brisa.
La lluvia no tenía un momento mas preciso para hacer su aparición, pero, no importa, me viene bien sentirme fresca, libre y relajada en momentos como estos.
******
-Llegué a la puerta de la tienda-
´Promoción del 2x1 en la compra de huevos´, es lo que decía el cartel que estaba mojándose poco a poco afuera del local, bueno, no es mi problema.
-Entré a la tienda-
"Buenas noches." -Dije-
"Buenas noches, en que le pue-do..., a eres tú, Ayako."