Solo hay algo más vacío que haber vivido sin amor y es haber vivido sin dolor. —.Jo Nesbø.
Y entonces, allí estábamos.
Di media vuelta cuando caí en cuenta que su mirada burlona estába dedicada a mi.
-¿Qué estas haciendo aquí? - le reclamé y me crucé de brazos- Se supone que debíamos encontrarte en la puerta de desabordaje.
El soltó una sonrisa y sin responderme pasó por mi lado dirigiéndose hacia nuestro punto de encuentro. Me tomó un tiempo reaccionar y darme cuenta que se estába yendo sin mi.
Cretino.
-¡Hey! Que grosero eres -le dije cuando lo alcancé- ¿Y es que te cortaron la lengua, que no me puedes responder?
No dijo nada. El maldito me estaba haciendo la ley del hielo humorizado.
-Aunque no me sorprendería -susurré ya dándome por vencida. Me adelanté un poco- Se la castraron por mentiroso.
Escuché un suspiro a mis espaldas pero no me giré.
-De hecho, eres la única en el mundo que me llama mentiroso. -contesta con su voz ronca.
Si me puso atención.
Comencé a sentir algo de calor y no tenía que ver ni con el clima o incluso incomodidad. Mi temperamento era el causante.
Estábamos llegando al lugar donde supuestamente había dejado a los chicos esperando cuando recibí una llamada.
Era Lissie.
- Ya estamos llegando. ¿Donde estas? -dije apenas contesté.
- Val, nos dio hambre. Estamos en la zona de comidas -me contestó en medio de un bullicio en el fondo.
Solté un suspiro y comencé a abanicarme.
De pronto el calor dependía un poco del clima.
-Pero tranquila -añade rápidamente- Ya le escribí a Thomas para que nos espere mientras llegamos.
-Ahorratelo -le solté poniendo los ojos en blanco- Me encontré con la celebridad en los baños.
Volteé a mirar a Evan pero él estaba concentrado revisando el celular.
-¿Cómo? -escuché al otro lado de la llamada- Te das cuenta que eso suena nada bien ¿Verdad? -me preguntó con un tono de burla en su voz.
Solté un gruñido.
El calor, sus burlitas y Evan a mi lado no eran la mejor combinación de ingredientes para mi temperamento en ese momento.
-¿Te apuras? -le dije.
-Vamos para allá - colgué la llamada y me giré quedando en frente de Evan - Ya vienen para acá.
El solo asintió y se sentó en una de las sillas de la sala de espera. Lo seguí, pero me senté a unos dos sillas de él.
Duramos unos quince minutos en un desagradable silencio incómodo cuando comenzó a tararear una canción. Se me hacia conocida pero no pensaba preguntarle el nombre.
Me recosté un poco en la silla y cerré mis ojos concentrándome instintivamente en esa melodía desde el fondo de su garganta.
Era algo carrasposa, grave pero suave.
Intenté ponerle letra a la canción. Venían pedazos como "May these words be the first to find your ears..."
Y luego venían seguidos de un na na na mental mientras el cantante a mi lado se sentía mas cómodo subiendo un poco el tono de su voz.
Ya iba en la parte del coro y traté de encontrar las palabras correctas para completar esos vacíos en mi memoria "I'll give you everything I have, I'll teach you everything I know... Nanaaa nananana"
¿Cual era la frase?
¿Cómo era ese pedazo?
¿Por qué diablos estoy tan interesada en saber?
Porque sentía que la había escuchado... ¡Claro! ¡Me acordé!
"Promise, I'll do better"
Esa canción...
Era "La Canción"
Vino a mi memoria aquel día. Era media noche y no había podido conciliar el sueño por culpa de Evan y lo que había visto hace un par de horas antes.
Estaba dolida, enrollada en las almohadas de mi cama, escuchando musica con mis audífonos cuando sentí que entraba algo de frío por la puerta abierta del balcón.
Me levanté para cerrarla y al llegar noté una silueta sentada en el capó de un auto parqueado frente a mi casa, mirándome.
Sentí que una pequeña corriente atravesó mi cuerpo, pero en el momento le eché la culpa al frío de la madrugada.
Sabía que era él, pero no pensaba dirigirle ni una minúscula palabra. Por lo menos no mientras estuviera en este estado de vulnerabilidad.
La silueta se fue acercando poco a poco como analizando los pro y los contra de tal acción. Yo me quedé fija donde estaba. Sentía que a pesar de estar tan lejos y oscuro, podía divisarlo mejor.
Estaba despeinado, con la camiseta negra que hacia unas horas no tenía y uno de sus jeans desgastados.
Todo se veía húmedo. Me imagino que fue por el hecho de estar afuera mientras caía una breve llovizna en ese momento.
Comencé a girarme para entrar a mi cuarto cuando escuché mi nombre susurrado pero lo suficientemente fuerte "Valerie. Por favor".
Me quedé esperando que llegara directamente debajo del balcón y en ese momento comenzó a cantar la melodía. "... Promise, I'll do better".