Hubo un silencio prologando entre ambos, no entendía porque no me sentía bien con mi nueva relación.
― Eso no importa ahora Samuel ¿En serio estas con ella?
― Si volvimos.
― ¡Ay no pude ser Sam! ― Mi amigo parecía decepcionado.
― ¿Qué pasa? ― Pregunto preocupado porque no entendía porque estaba de esa manera.
― Tú sabes que Lizbeth es un remplazo de Cathy.
― Claro que no, los dos somos felices. ― Dije muy convencido.
― Si claro. ― bufo mi amigo del otro lado del teléfono.
― ¿Qué ocurre ahora?
― Ahora le juras amor eterno y crees que es la mejor mujer del mundo.
― Si ― Conteste poco convencido.
― Terminaste con Cathy, ya estabas hablando y saliendo con ella, literal engañaste a Cathy con su suplente y ahora dices amarla, tú sabes que aun sientes cosas por Cathy.
―No yo ya no siento nada por ella. ― mentí, una parte de mi la extrañaba, incluso intente escribirle, pero nunca me contesto.
― Si Sam, eso no te lo crees ni tú mismo, pero en fin el que se va a lastimar eres tú.
― Sabes que esta es mi vida y hare lo que quiera. ― Colgué furioso. Pero Cesar tenia algo de razón aun en mis pensamientos estaba Cathy, a veces cuando estaba con Lizbeth pensaba en ella, la verdad Cathy tenia cosas tan increíbles, siempre que podía estaba dispuesta a todo, se arriesgaba, probaba cosas nuevas, a pesar de tener problemas o tener malos días no hubo una sola vez donde no me sonriera y me dijera “que todo iba a estar bien” si me hacía mucha falta.
Estaba seguro que Cesar le conto a Lucas lo que había pasado, no me hablaron por dos semanas, solamente esperaba que algún día mis amigos me perdonaran, seguían enojados por lo que había pasado con Cathy en especial Lucas, él se enteró que mientras estaba con Cathy la engañe con Lizbeth y al cambiarla tan rápido me insulto por el teléfono por un buen rato, me enoje muchísimo con él por su forma de tratarme pero en cierta parte creo que si me había portado muy mal.
Iba a regresar a casa después de trabajar cuando me llego un mensaje de Cesar, la verdad ver que mi amigo se comunicaba conmigo me hacía alegrarme un poco.
“Mañana vamos Lucas y yo a tu casa, hace mucho no nos vemos.”
No dude en contestar que los esperaría con ansias, esa idea si que me gustaba, por todo el recorrido hasta mi casa me fui muy contento al llegar, encontré muchas cosas sucias, me moleste un poco Lizbeth me había dicho que se encargaría de todo eso, la llame y no me respondió el departamento era un asco, dure arreglándolo durante más o menos una hora hasta que por fin.
― ¿Dónde estabas? ― Le pregunte algo molesto.
― Estaba con mis amigas, fuimos a comer.
― Dejaste el departamento vuelto una nada. ― Puso sus ojos en blanco.
― ¡Ay Sam! ― Refunfuño. ― No es para tanto.
― Liz, no lavaste los platos de ayer, la ropa casi toda estaba sucia.
― ¿Qué con eso? Ya lo hiciste tú entonces no hay problema.
― Oye aquí vivimos los dos y tenemos que encargarnos de todo los dos, no solo yo.
― ¿Otra vez Samuel? Siempre te estas quejando de que no limpio, de que no hago nada.
― No es quejarme es que tu viven en esta casa también es tu obligación mantener el departamento bien.
― Con Cathy no pasaba esto. ― Susurré para mí mismo o por lo menos eso pensé.
― ¿Que dijiste? ― me había escuchado.
― Nada. ― Me gire para ir a la cocina.
― ¿Por qué no regresas con tu estúpida ex? ― Me lanzo su bolso contra la cara, lo pude esquivar, pero estaba furiosa. ― Siempre me estas comparando con ella, que ella cocinaba, limpiaba, que te ayudaba en todo.
― Y no vivía conmigo. ― sentencie molesto.
― ¿Por qué mierda terminaste con ella?
― Por ti. ― Soy una basura de ser humano, me sentía muy mal en ese momento.
― Entonces si estas conmigo no la vuelvas a nombrar. ― Recogido sus cosas y se metió al baño, sabía que no me ayudaría con las demás cosas. Pasaron dos horas y salió del baño, no sé qué tanto hacía, pero necesitaba entrar.
― ¡Liz! ― dije cuando vi el baño.
― ¿Ahora qué? ― Pregunto, cubriéndose con la toalla.
― Mira el baño.
― Disculpa. ― limpio el espejo con la mano. ― Ya está, ya te puedes ver. ―
― No es eso, el baño está inundado.
― No cerré la puerta al ducharme, por eso se mojo un poco. ― ¿Un poco?
― ¿Puedes traerme el trapero?
― No se donde esta, búscalo tú me voy a cambiar. ― Suspire, pero me estaba comenzando a enojar, después de secar el baño y dejarlo presentable, me puse a cocinar, intente hacer algo rico para la cena de nosotros dos, quería tener una relación sana con Lizbeth así que le prepare pasta que era lo que más le gustaba; las serví y la llame.
― No podré cenar contigo, mis amigas me están esperando solo vine para cambiarme, nos vemos más tarde. ― me dejo con la comida servida, no me molestaba que saliera con sus amigas, pero me hubiera avisado estaba demasiado furioso, agarre su plato y lo tire contra la puerta, de verdad había acabado con mi paciencia.
Llego alrededor de las 3:00 a.m. la escuché entrar, no me moví de la cama solo le di la espalda a la puerta, no tenía ganas de verla. Se me acostó a lado y se quedo profundamente dormida. Me desperté muy temprano, no había podido dormir, algo me mantenía muy intranquilo.
― Buenos días. ― Dijo Lizbeth poniéndose encima de mí.
― Me tengo que arreglar por favor bájate. ― Me empezó a besar, no me sentía para nada bien, cómo para tener relaciones con ella. ― Liz ahora no tengo ganas. ― Se bajo furiosa y se metió en el baño. Durante todo el día no me hablo para nada, en realidad estaba muy molesta.
― Hoy van a venir mis amigos. ― Dije para rompe el largo silencio que había entre nosotros desde la mañana.
― ¿Quiénes?
― Lucas y Cesar. ― Hizo un gesto realmente molesto. ― ¿Qué pasa?