Red de amor

Capítulo 2

Quien iba a decir que estoy aquí metida en el apartamento de mi vecino, estaba explicándole como era que se colocaba el agua tibia, caliente y fría en la regadera.

— ¿entiendes? — le pregunte, él miraba muy atento a mis acciones.

— Lo puedes dejar en tibio — indicó, rodee mis ojos y lo deje como el indicó.

— Tengo una buena vecina — dice recorriendo cada parte de mi cuerpo con su vista, sabía a lo que se refería.

— gracias, de nada y adiós — espetó saliendo de ese apartamento.

— Hasta luego vecina — se despide con esa estúpida actitud.

Hubiera preferido los pleitos de la familia Johns que de este tipejo, mi imaginación creía que iba hacer un vecino adulto normal, no un adulto irritante, tratare la manera de no tomarle mucha importancia al vecino y no ser su amiga, eso sí lo tengo por segura.

Regrese a mis labores y seguí pegada a la computadora unas horas más, me dieron las 8:00 de la noche y la mala noticia es que no he acabado aún, así que seguiré mañana, ya era hora de dormir para mí, siempre me acuesto a esta hora ya estoy acostumbrada por mi puntualidad en el trabajo.

Estoy lista y muy cómoda en mi cama apuntó de apagar todas las luces, cuando mi puerta se escuchó un golpe, me levante de prisa para averiguar quién era

Ni más ni menos que mi vecino.

— ¿y ahora qué quieres? — espetó molesta, odio que me molesten cuando estoy a punto de dormir.

— Que humor vecina, solo quería molestarte — y vaya que lo logró. — Quería una taza de azúcar — rodee mis ojos otra vez y le quite la taza de las manos, para luego cerrar la puerta; empecé a llenar la taza de azúcar y fui directo a dársela para que se largara de mi puerta.

— Toma — digo apuntó de cerrar la puerta.

— debes de estar en tus días, disculpa por molestar vecina — escucho su risa, eso causó molestia en mí y antes de decirle algo, él había salido corriendo de allí.

¡Que estúpido! Quien se cree que es para indagar cosas que no es de su incumbencia, estoy a punto de ir a buscarlo y darle una buena bofetada, pero no me voy a desgastar solo por él, volví a mi cama sin más interrupciones.

Daba los últimos bocados a mi desayuno, tome mis cosas y salí de mi apartamento con dirección a mi trabajo, cerrando mi puerta me encuentro nuevamente con la señora Pops y con ¿el vecino? Entablando una conversación.

— Sales a tiempo beca — sonríe picara a mi dirección.

— tengo que ir a trabajar — anunció, pero su voz hace que no dé un paso.

— así que te llamas Rebeca, mucho gusto Beca, soy Thiago — extiende su mano hacia mí, en ese momento recuerdo lo que dijo ayer por la noche y en vez de extenderla mi mano cayó justo en su mejilla derecha causando un gran estruendo.

— ¡Beca! — exclama la señora Pops llevando una de sus mano a su boca.

— ¡a la próxima trata de acomodar bien tus palabras! — bramó, lo único que recibí de su parte fue una sonrisa de burla, salí de allí lo más rápido que puede y volver a mi rutina sin ningún problema.

— ¿cómo estás? — dice Lizzy ya adentro abriendo la puerta de mi oficina sin llamar a ella.

— Odio que hagas eso — farfullo, regreso mi vista la computadora.

— Deja tu amargura para otro día — dice tomando asiento en unas de las sillas que tengo enfrente de mi escritorio. — vengo a enseñarte una foto, es sobre lo caliente que está nuestro jefe — comenta mientras busca en su tableta lo que imagino es la foto sobre nuestro jefe.

— Lizzy no me interesa — niego con la cabeza. — hay una cosa que quiero contarte — cierto mi laptop para hablar mejor con ella y contarle sobre la locura que me pasó el día de ayer.

— Que es más importante que este tipo — suspiró pesadamente — Okey te pondré atención — ríe guardando su tableta.

— Ayer llegó un tipo solo con toalla a mi apartamento — Lizzy suelta un jadeo de sorpresa.

— Wow, tuviste sexo al fin, pero no entiendo, vienes más amargada de lo normal — rápidamente se pone de pie y empieza a caminar el línea recta — el sexo cura todo tipo de amargura, estimula tu cuerpo y reduce el estrés y...

— ¡no! — espetó. — Siéntate, te acuerdas de mis vecinos, se mudaron, y mi nuevo vecino es un tanto peculiar.

— ¿tiene marcado su torso? — pregunta de golpe, la veo con el ceño fruncido. — no te hagas la loca, lo viste. — suelto un pequeño gruñido.

— sí, está marcado y tiene tatuajes pero... ¿Qué con eso? — suelto, ella sonríe con ironía y sigue con sus estúpidas preguntas

— ¡tatuajes! Eso hace que me excite con tan solo ese detalle ¿es guapo? — eleva una ceja acompañada de una mirada pícara, no puedo creer que me esté haciendo estas preguntas.

No voy a engañar a nadie, ese tipo si esta guapo un cabello caramelo lacio perfectamente peinado hacia atras de tez blanca con unas facciones muy marcadas y detalladas con unas grandes y largas pestañas junto con sus labios finos y rojizos, y un peculiar lunar cafe pequeño que resalta en su menton, un hombre muy varonil, y como dijo la señora Pops muy sexy, tuve la dicha de verlo solo en toalla y apreciar toda la tinta en su torso, aunque no me haya fijado muy bien en que eran, no es que tenga la gran suerte porque el tipo resultó ser un completo estúpido.



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En el texto hay: novela romántica, amistad, novelacontemporanea

Editado: 12.09.2020

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