Capítulo 50

Después de haber desayunado, de terminar de arreglarme para ir a la oficina salgo de la casa, no me quedaré con los brazos cruzados, iré con Thiago y arreglaré esta situación, asumo mi responsabilidad, fui una completa estúpida, en cuanto llegó a la parada del auto bus, luego de unos minutos estoy de camino hacia la oficina, la ubicación de la casa es muy cerca del edificio y eso está perfecto porque no me tomo ni más de 20 minutos en llegar, en cuanto entro al edificio, tomo el ascensor esperando dentro de él que este suba, segundos después estoy en el nivel y empiezo a recibir felicitaciones por la boda por parte de mis compañeros de trabajo.

Me dirijo a mi oficina y me pongo a trabajar, estoy esperando las solicitudes que tiene recursos humanos para el puesto de auxiliar administrativo, necesito ayuda con todo, al medio día tengo que irme para poder llegar hasta la organizadora para ayudar a Brett con algunas citas que hay para hoy, tomo el teléfono y marco la línea de recursos humanos para saber si hay alguna novedad con respecto a este tema.

— ¿bueno? — escucho la voz de Roxana al otro lado de línea.

— soy Rebeca, quería preguntarte sobre la oferta de trabajo de auxiliar, ¿hay novedades? — pregunto acomodándome en mi silla.

— Rebeca Armitt, primero, déjame felicitarte — contesta.

— Muchas gracias — sonrió sin que pueda verme.

— segundo, hay algunos interesados, los he seleccionado como los más probables, así que te pasare las hojas de vida para que puedas elegir. — musita, sonrío al escuchar que ya hecho el reclutamiento y la selección limitada para que pueda escoger entre los seleccionados.

— sí, estaría muy bien y muchas gracias — respondo.

— te mandare el correo dentro unos minutos. — anuncia.

— gracias. — contesto y cuelgo la llamada y como bien lo había dicho luego de unos minutos el correo llega a mi bandeja de correos y empiezo a indagar un poco entre los posibles potenciales para la plaza; tarde aproximadamente 30 minutos para poder analizar cada detalle en sus hojas de vida, tengo la seleccionada y se llama Lori Cox, tiene 25 años y estudio lo mismo que yo, aparte de eso ha trabajado en áreas similares, eso la convirtió en mi seleccionada sumándole que sabe mucho sobre sistemas operativos, eso es excelente, en cuanto he decidido marco inmediatamente a Roxana para que pueda hacer el respectivo proceso, las pruebas necesarias.

Al terminar con ese tema, salgo de mi oficina para encaminarme hasta la oficina de Thiago, me acerco a Marie para averiguar si no está ocupado con algo.

— Marie — la saludo sonriéndole.

— Señora Armitt — usa el mismo tono esbozando una sonrisa.

— ¿el señor Armitt está ocupado? — le preguntó, ella niega con su cabeza.

— no que yo sepa, la señorita Lambert está con el y supongo que es de su interés. — comenta, le sonrió agradeciéndole y camino hacia su oficina, no me limito en tocar la puerta y tiro de la perilla encontrando a la rubia castaña sentada en una de las sillas que Thiago tiene enfrente de su escritorio logrando interrumpir por completo su pequeña reunión.

La mirada de Thiago se desvía por completo de la rubia para enfocarse en la mía, con cierta confusión se pone de pie provocando que la chica copie su acción, empiezo a entrar en una línea de incomodidad y empiezo a jugar mi collar canadiense.

— Rebeca, un gusto volver a verte — me extiende su mano y sin ser maleducada la acepto una sonrisa amigable se firma en sus labios.

— El gusto es mío Lourde — musitó con una sonrisa. — lo siento por interrumpir. — enfocó mis ojos en los de color verde pero él simplemente tiene la mirada cabizbaja sin ni siquiera inmutarse en elevar su rostro. — Pero, necesito hablar con mi esposo — me refiero esta vez a ella, sus ojos azules se agrandan lo suficiente para hacer notar su sorpresa.

— ¿se cansaron? — pregunta sorprendida.

— Si — ambos decimos al unísono con una sonrisa levantando nuestras manos en donde descansan nuestros anillos.

— estoy sorprendida, creí que salías con Alex — un bufido de fastidio se escucha en el ambiente por parte de Thiago.

— no, para nada. Ella jamás saldría con él. — habla esta vez Thiago, me impresiona que esta vez sí quiera intervenir.

— se veían muy bien juntos, cada que los veía me daba envidia.  — comenta, ¿porque mierda está diciendo esas cosas?, lo único que provocará es que mi jefe se termine molestando más conmigo.

— ¿brillarle los ojos? — suelta una carcajada irónica. — le brillaban porque quería llorar no sabía cómo escapar de ese idiota, es obvio. — ruedo los ojos, la terminara llorando aquí es la rubia si no se sale de esta oficina. ¿Porque comenta esas cosas?

— como sea. Me permites hablar con mi esposo, por favor — hablo esta vez de nacerá autoritaria, ella asienta y sale de la oficina, en cuanto escucho la puerta cerrarse suelto un suspiro. — tenemos que hablar. — digo, el se acerca hasta la orilla de su escritorio para poder sentarse ligeramente, lleva sus desafíos hasta el tabique de la nariz cerrando sus ojos por unos segundos.

— te escucho — alza su rostro para poder verme a los ojos, en ese momento busco el sofá café o como yo lo llamo nuestro confidente, siento como su mirada sigue mi acción hasta que me ve sentada en el cómodo sofá, aún sin decir una palabra palmeo ligeramente el otro lado indicándole que se siente conmigo, el logra captar y suelta una pequeña sonrisa, sin despegar sus ojos de los míos se acerca obedeciendo a mi petición.

— quiero pedirte perdón. — su mirada es fija sin ninguna expresión. — no debí ocultarte algo como esto. Si quieres puedo dejar de cuidarme para que tengamos un bebe — digo sin pensar con claridad lo que estoy diciendo, en realidad no me gustaría pero si eso es lo que lo hará feliz estoy dispuesta ha dejar todo por ocuparme de nuestro hijo.