Me levanto con cierta pereza, adiós a todas las mañanas en las que me levantaba tarde, busco mi playera y unos jeans, salgo de mi habitación para dirigirme a la cocina, esta tarde traerán lo que falta para hoy si terminar por completo mi mudanza, meto dos panes de rodaja a la tostadora y empiezo a preparar mi café, en ese preciso momento escucho mi puerta sonar, dejo mi café y salgo directo a la puerta, un poco sorprendido.
En cuanto abro la puerta veo a una mujer para nada feliz con un ceño fruncido, pero sin duda una buena manera de recibí bien el domingo.
— Beca, vecina ¿cómo estás? — elevo una ceja y dejo caer mi cuerpo sobre la orilla de la puerta, de admitir que me encanta molestarla y usar ese tono con ella.
— Usted es un completo imbécil — sentencia molesta, frunzo mi ceño muy confundido pero rápidamente entiendo porque esta atacándome.
— Entiendo porque me dices eso — sonrío, me causa gracia recordar lo de ayer, su madre y su tía me cayeron tan bien y son muy especiales. — pero... Al menos tu familia no te tachara de soltera y amargada — suelto de golpe, es preocupante que a una mujer tan bella la traten de esa manera, pero yo seré quien me encargue de que consiga un novio guapo con ojos verdes y muy atractivo
— A ti no te interesa saber si soy o no soy soltera — vuelve atacarme, es un fastidio cuando está en ese punto ira.
— me encanto conocer a tu madre y a tu tía son muy... Peculiares — musito con una sonrisa, tratando de relajar su carácter.
— Eres una persona irritante y sabes que más eres un... Fastidio — dice exasperada, ¿qué le pasa?, porque me dice esas cosas, no le he hecho absolutamente nada, debo decir que me hace sentir sensible sus palabras y creo que en verdad estoy fastidiándola con solo que ella me vea sin decir nada, es desesperante, por más que trato de acercarme ella me patea el trasero directo a la basura. ¡Mujeres!
— Lo siento beca — musito, dejando caer mi vista al suelo
— ¿qué? — Pregunta un poco confundida.
— Lo siento, a veces suelo ser muy infantil y me gusta molestar a los demás — miento, es obvio que la manera en la que me estoy acercando le molesta mucho, admito que soy un tanto infantil y también debo admitir que la he molestado en muchas ocasiones y eso me da la marca de que debo de dejar de hacerlo para que ella pueda conocerme. — Pero no lo hago contigo, solo mi presencia te molesta — junto mis labios tratando de sonreír, estoy desanimado, porque soy bueno con las chicas, pero no lo soy con ella y eso me da a entender que ella no es igual a las otras mujeres con las que he lidiado.
— Acepto sus disculpas — dice con formalidad — debo irme — se despide de mí.
— ¿y seremos amigos? ¿O huyes de algo Beca? — me atrevo a preguntar, ella me observa con detenimiento sin saber que responder, sus bellos ojos azulados me hipnotizan por un momento y me hacen darme cuenta que son los ojos que quiero ver siempre, soy un completo cursi, pero es verdad, es mirada es la que quiero ver todos los días.
— No me gusta tener relación con alguien diferente a mí — suelta de golpe, sacándome de mi transe y mi fantasía. ¿Qué es lo que acaba de decir?, ¿diferente?, no entiendo esa frase o al menos no quiero percatarme de la fuerza con la que me la lanzo, acaso esta, ¿humillándome?
— Eso sonó muy bajo de tu parte — pronuncio molesto, que se cree para ofenderme de esa manera, estoy seguro que cerraría su boca si le planto un beso, pero no lo hare, pero, cerraría su boca supiera que yo soy su jefe. — ¡no creas no quiero ser amiga de una amargada, de una Grinch! — farfullo insultándola lo mal cruel que puedo, ella se gira y se aleja de mí, azoto la puerta con enojo, no suelo enojarme tanto, pero ella no debería actuar de esa manera, se me hace muy patético y demasiado vil y cruel.
En cuanto un olor se extrañó se cuela por mis fosas nasales me percato que mi pan tostado a muerto, está completamente negro.
— Maldición —suelto tirando el pan al bote de basura. —quiero ver tu rostro mañana Rebeca Moore, en cuanto te des cuenta quien soy yo — musito para mí mismo, sin duda es un dolor de trasero, un grano en mi trasero, pero aun así, sigo teniendo atracción por ella. Estoy muy mal y eso lo sé.
Llegaron mis cosas por la tarde y eso fue genial, al fin todo en su lugar, no suelo tener ropa formal en mi closet pero me toco que comprar trajes y toda esa basura, odio la ropa formal, pero admito que se me ve muy bien y debo presumir mis dotes.
Muy temprano por la mañana, tomo una ducha rápida, me pongo mi camisa azul y mi traje gris, busco mis mocasines y me los coloco, estoy nervioso por todo lo que me espera con mi padre, pero también estoy ansioso por saber cuál será la reacción de Beca, hago mi café rápidamente, veo mi reloj y ya es tarde, me matara mi padre si no estoy allí temprano.
Al salir de mi apartamento sin olvidar mi maletín, me percato que no estoy solo, la señora Pops y Beca están en el pasillo.
— ¡buenos días Thiago! — sonríe la señora Pops con una sonrisa llena de picardía. — ¿al trabajo? — cuestiona elevando una ceja, yo asiento con una sonrisa muy emocionado.
— No creo que vaya a un trabajo señora Pops — exclama con su mismo tono desagradable de siempre. Paciencia Thiago ten paciencia
— parece que sí porque mira cómo va — habla su seductora voz, estoy sonrojándome gracias a la señora Pops, ella voltea a verme muy sorprendida de verme vestido así, me escanea con su mirada de manera rápida
— ¿te sorprendes? — alzo una ceja.
— Me voy — dice ignorándome por completo, niego con mi cabeza cansado de su actitud y sale de allí sin despedirse, le regalo una última sonrisa a la señora Pops y entro al ascensor con ella, es incómodo estar con ella aquí sin decir nada, pero no por mucho, unos minutos para que esa actitud que tiene hacia mí se vaya por completos, se abre el ascensor y ella sale de allí con prisa