Becca abrió débilmente sus ojos, tardó un poco en reconocer el sitio en donde se encontraba y seguidamente captó que PAZ estaba como un niño pequeño, recostado en su asiento. La habitación era bastante acogedora a diferencia de las habitaciones de los hospitales, ésta estaba pintada de color gris perla, estaba decorada con flores rosadas y algunos cuadros abstractos que reflejaban tranquilidad, el suelo era del más costoso mármol que podía existir y su camilla era básicamente una cama ordinaria, salvo que con control remoto y algunas que otras funciones demás.
No tardó en darse cuenta de que su pie había sido envuelto en vendajes y que sus muñecas tenían instaladas varias tomas intravenosas por la que le suministraban medicamentos.
Ella omitió por completo lo que había sucedido horas atrás y se enfocó en admirar a su cansino y humilde Abdías.
Grandes historias de romance podrían haber salido de ellos dos desde que se conocieron, pero lamentablemente ambos habían aclarado que su relación no serviría de nada con los peligros de allá afuera, así que se dedicaban a estar siempre juntos como amigos desde entonces.
La joven recordó como un Flashback una tarde del enero del 1998 cerca de la casa de Peter Martinez, aquella escena en donde escandalosamente conoció a PAZ (nombre que recibió Abdías por ella debido a las iniciales de sus apodos)
Ella tenía aproximadamente 16 años, era una jovencita muy hermosa que llamaba la atención en todos lados, pues su parecer no lo tenía ninguna otra.
Becca caminaba por la urbanización con su bicicleta dañada a rastras, a pesar de tener la ropa sucia de lodo y su larga melena azabache enredada, la joven lucía como si estuviera en sus mejores momentos.
A las afueras de la enorme urbanización se encontraba nuestro guapísimo Zacariah, con su mal humor y sus chistes sin gracia, corría a gran velocidad con otra bicicleta.
Becca se detuvo por un momento a admirar el paisaje en medio de la calle, pues al lado de la lujosa urbanización se encontraban montañas y paisajes silvestres que dictaban canónicamente la caída de otro día. Se distrajo más al ver una extraña figura negra volar por el cielo, pero claro..., talvez hubiese descubierto qué rayos era esa cosa si Abdías...
-¡Santo Evangelioooo! -un joven había caído del cielo..., o al menos eso pensó ella antes de ver la sortija que llevaba en su mano, resulta que el joven había desviado su bicicleta para no aplastar a Becca mientras se atravesaba en su camino.
Becca se acercó al joven que se hallaba en el suelo y lo miró como a un espécimen de otro planeta.
-¿Y tú que miras? -le dijo Abdías bufón.
-Puesss, a ti..., se supone -le respondió con sinceridad.
-Pues no me mires.
-¿Por qué? Ven... levantate, estás hecho un desastre -le tendió su mano gentilmente.
-NO
-¿Por qué? -preguntó ella aún más confundida.
-Porque soy rarito -dijo levantándose con la sorija de oro en la mano.
-Pues más que yo no lo puedes ser -se encogió de hombros mientras Abdías la miraba extrañado.
-Ya veo, eso explica por qué estabas mirando al sol en medio de una carretera transitada, creo que tú más bien sufres de retraso -Becca se alarmó
-¿¡Qué dices!? El retrasado serás... -un balón de fútbol golpeó la cabeza de Abdías y éste se tumbó nuevamente.
-Ahh Abdías -era el joven John Patrick y su mirada picarona -¿Qué acordamos sobre no ocultarnos nada? ¿acaso no es ella Becca Solíz? ¿Es tu novia? -Abdías abrió los ojos como platos mientras John llamaba a todos los jóvenes de la urbanización.
-¡Espera! Eso que tienes en la mano ¿¡Es un anillo!? -Replicó Peter que apareció de la nada detrás de Patrick.
-¡Oigan chicos! ¡Oigan, Abdías tiene novia! ¡y es Becca! ¡Le pillé con un anillo de compromiso, se nos casa Abdías! ¡Saluden a la pareja Zacariah Solíz! -todos cuchicheaban a su alrededor mientras que Becca y Abdías estaban rojos como cerezas.
Fin del Flashback.
-¿Bec? -dijo recién levantándose el pastor.
Becca estaba sumida en sus recuerdos, pero al oír la voz de Zacariah rápidamente volvió en si.
-Dime. -respondió
-¿Qué hora es? -dijo refunfuñante.
Becca tomó su móvil de la mesita de noche y lo encendió.
-Sólo son las dos de la mañana. -éste refunfuñó respondiendo -Debo ir a orar.
-PAZ, las intercesiones comienzan a las 4, no a las 2.
-No, quédate tranquila..., oraré yo solito..., por John y por Pet... -Solíz lo interrumpió
-PAZ, Peter está muerto... -Abdías abrió los ojos de golpe y miró fijamente a Solíz como si le hubiesen echado un balde de agua fría.
Editado: 28.08.2018