Redimidos [saint Seiya]

Capítulo 7 | Seguridad

Enio

—Partiré en unas horas—Informó Macaria, en sus ojos se veía la determinación, aunque su rostro denotara inexpresividad—. Mataré al Oráculo y así enterraré las respuestas que Athena necesita.

Negué con la cabeza.

—El Oráculo ya no se encuentra en el Templo de Delfos—Informé, observando como el enano de cabellos azules dormía en el espacioso aposento, en el que nos hallábamos planeando una estrategia para la guerra—. Ha viajado, custodiada de la diosa Niké y de dos caballeros dorados, junto a sus Pitias, al Santuario de Athena.

—¿Cómo lo sabes?

Mis ojos se desviaron del enano durmiente a los ojos verde-azulado de Cimopolia, antes de sonreírle ampliamente con diversión.

—Abrí una ventana para observar sus movimientos, sin embargo, cuando Niké llegó al templo de Delfos y se adentraron a uno de los aposentos, perdí la abertura, como si alguien hubiese sellado la habitación—Elevé una mano cuando observé que Macaria quería tomar la palabra, para que no me interrumpiera—. Después de su junta comenzaron a recoger unas cuantas pertenencias y así marcharse, quizá hubiese podido observar más de no ser por un gato.

—¿Un gato?

Asentí ante la pregunta de Cimo.

—De pelaje castaño y ojos esmeraldas, para ser precisa—Me mofé—. Pero, dejando a un lado este trágico hecho, quiero que sepan que el Oráculo tiene conocimiento de Lesath.

Maca soltó un jadeo con sorpresa.

—¿Qué?

Y, por si el momento no fuera dramático ya, se levantó abruptamente de su asiento, apoyando un puño contra la mesa de mármol.

Era fácil hacer que perdieran la compostura.

Realmente fácil.

¿Dónde habían quedado las diosas sin sentimientos que éramos? ¿Esas que se divertían juzgando, destruyendo y matando a los míseros mortales?

La respuesta era sencilla: El enano se las había llevado. No quedaba ni un rastro de ellas porque ahora éramos capaces de sentir simplemente para protegerlo.

Y eso era realmente peligroso.

—Tranquilízate, Maca—Resoplé con diversión—. Era necesario.

Iba a replicar, estaba segura; sin embargo, nunca llegó a hacerlo pues fue Cimopolia quien la interrumpió.

—¿Por qué?

A comparación de las preguntas anteriores, esta sí que tenía su grado de complejidad.

Y, justo ahora, no quería responderla.

Al menos no del todo.

—Necesitaba saber que papel pinta el enano en todo este embrollo—Miré los ojos de Cimopolia unos momentos a la vez que una sonrisa se alzaba en mis labios, recordando lo que le había mencionado horas antes e indicándole con la mirada que no dijera ninguna palabra al respecto—. Y, para eso, el Oráculo tenía que tener noción de él.

—Esa no era tu decisión, Enio.

¿Qué no se daban cuenta de que todo lo hacía para protegerlo?

No iba a permitir que algo le ocurriese, mucho menos cuando sabía quién podría estar detrás de él.

—Esta vez estoy de acuerdo con Macaria—Musitó Cimo—. Porque, ahora que Delfos y, posiblemente, Niké y Athena, saben de Lesath, no dudarán en venir hasta los Elíseos por él.

Negué con la cabeza, soltando una pequeña risa con la acción, pero no respondí.

—Necesito hablar con Kurai—Soltó la diosa de la muerte—, pedirle que refuerce la seguridad para que nadie pueda pasar.

—Necesitamos que logren entrar, Maca—Le repliqué, ganándome una clara mirada de advertencia por parte de ambas—. Cuando lo hagan, habrán perdido su tiempo.

—¿Por qué?

Mi sonrisa se amplió ante la pregunta de Cimo.

—Porque nosotras no estaremos aquí.

Los tintes de confusión fueron notorios en los ojos oscuros de la diosa de la muerte y dudó.

Dudó porque era de su hijo de quien hablábamos.

De ser otra persona, estaba segura de que no lo habría hecho.

—¿Te estás refiriendo a que nos marchemos?

Más que una pregunta, fue una afirmación con el fin de confirmar lo que rondaba por su cabeza.

Y yo se lo confirmé.

—¿Y a donde iríamos? —Preguntó Cimo con cautela.

 

—Al Santuario, o, al menos, a la aldea que nuevamente se está levantando a las afueras—Revelé—. Nos infiltraremos en ella mientras Athena y Niké vienen a buscarnos aquí. Y se enfrentan a Melínoe.

 

🌠🌠🌠

¡Hola! ¿Cómo están!<3

La verdad es que yo estoy que le beso el cerebro a Enio. Es jodidamente ingeniosa y ya lo verán;)

¿Teorías del siguiente capítulo? ¿Quién creen que lo narre?

¿Resultará sus planes?

¿Por qué quieren a Lesath?

¿Quién creen que sea el verdadero enemigo? ¡Me gustaría leerlos!

Muchas gracias por seguir aquí.💙

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