Reencuentro (edición y actualización)

CAPÍTULO X

Para esa tarde me pareció perfecto usar algo cómodo, el verano estaba casi culminando, así que opté por una falda hasta las rodillas color amarilla con estampado de flores, una camiseta gris sencilla y unas sandalias planas. Llevé un bolso pequeño también color gris y unos lentes de sol negros; Exactamente a las tres en punto, cuando se abrían las puertas del ascensor del primer piso, Marcus ya estaba esperándome. Siendo sincera, era extraño para mi verlo con un pantalón de mezclilla y camiseta luego de que la noche anterior estaba vestido de traje. Aunque la camiseta que tenía era cerrada, estaba adornada con dos pequeños botones al final del cuello, los llevaba abiertos dejando entre ver un poco su pecho. Además, su cabello lo llevaba recogido, lo que lo hacía parecer más natural y al mismo tiempo, más atractivo.

Al vernos, nos saludamos de manera informal al tiempo que hizo un ademán de su brazo para que yo me sostuviera, le di un par de palmaditas en el brazo, en señal de rechazo, lo último que quería era que se llegara a malpensar el gesto. Sin decir nada entendió todo y procedimos a salir.

La tarde era soleada, pero fresca. Paseamos por el parque central de la ciudad que quedaba por esos mismos lares, luego pasamos por un bar-café en el cual nos detuvimos para tomar algo. Al llegar el mesero, pedí un café frío normal y una rebanada de pastel red velvet con crema, Marcus solo pidió un simple café descafeinado.

Pasamos unos minutos hablando de lo apetitoso que se veían algunos postres del mostrador, hasta que de nuevo el mesero llegó, esta vez con nuestros pedidos. Di un sorbo a mi café, que normalmente tomaba sin azúcar, lo saboreé y recordé por un instante los que tomaba cuando estaba en casa, con café propio de mi país, sin duda era algo que ya estaba extrañando.

-¿Solo vas a tomar eso? -pregunté sin pensarlo mucho.

-No suelo tomar café porque me afecta a la hora de dormir, por eso lo descafeinado – confesó-. Además, hace apenas un rato que almorcé, así que no tengo hambre.

-Te pido disculpas.

-¿Y cuál es el motivo?

-Nunca sé cuando es prudente preguntar algo -expresé llevando mis manos a las rodillas -, es un pequeño defecto que tengo, te lo digo para que me entiendas las próximas ocasiones.

-No te preocupes por eso, es decir, tengo confianza en ti. A decir verdad, Noah ya me había hablado de ti, ya sé que no viene al caso, pero quería decírtelo.

-Me has dejado sin palabras.

-¿En serio? -rió.

-La verdad es que no había escuchado de alguien antes que habían hablado de mí, quizá no soy tan importante.

-Para Noah si lo eres -comentó serio -, ahora para mí también.

Me quedé en silencio y le di un bocado a mi pastel. Marcus me miraba fijamente manteniendo un halo de intriga entre los dos. Luego rompió el incómodo silencio.

-Te preguntarás por qué eres importante ¿verdad?

-Sí, ya que lo dijiste.

-Quiero proponerte algo, pero no quiero que lo rechaces.

-Yo solo quiero saber de qué se trata.

-A ver, todo esto es referente a mi matrimonio.

Yo lo miraba sin entender que quería decir, era como si intentara decirlo, para que yo adivinara y me estaba poniendo nerviosa por no saberlo.

-Anteriormente he hablado con otros chicos, se trata de una presentación. Me encantaría que nos ilustraras con tus habilidades, eres buena.

-¿Me ha visto usted antes?

-Eso no es lo importante -indicó rápidamente y continuó -. He sabido por otras personas de tu talento, solo eso.

-¿Y… la propuesta es…?

-Vas a estar con otros bailarines en el baile principal, en medio, Rachel y yo. Todos van a quedarse todo este mes para los ensayos, ahí les explicaré todo.

-¿Y mis amigos?

-Solo te elegí a ti para esto. Tus amigos se van el miércoles normalmente. Pero tranquila, yo estoy a cargo de toda su estadía.

-¿Continúo en el hotel?

-No, van a quedarse en mi casa, más exactamente, en… luego verás. Tampoco te preocupes, todos van a recibir pago por sus servicios.

-Le agradezco que me haya tenido en cuenta.

-Parte de esto fue gracias a Noah. -sonrió.

Estaba emocionada, pero no quería demostrarlo completamente. Desde hacía varios días había pensado en utilizar el dinero de mis ahorros para hacer algo que había querido desde hacía mucho tiempo: viajar a lugares que nunca había tenido el placer de ver sino en fotos. Así que el dinero extra me ayudaría mucho en mis planes.

Continuamos hablando otro rato y mientras pedí un poco de agua para calmar lo dulce del pastel. El reloj estaba a punto de marcar las cinco, cuando Marcus me invitó a conocer su casa y de paso el próximo lugar de mi estadía, pero ya había agendado otros planes con Noah y después con Meli. Estábamos de vuelta en el parque donde le dije a Noah que me recogiera, a pesar de que no me había dicho hasta el momento a donde iríamos, quise ver que tenía preparado; en alguna ocasión mencionó que se comporta así, le gusta ser detallista y siempre quiere sorprender a todos de la mejor manera. Nunca antes había conocido a alguien que me tratara así y me parecía una gran persona, tanto como para pasar momentos inolvidables juntos.




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