Ellos aparecieron con el mundo, y su existencia es un misterio. Quizás el primero desde que todo existe. Al principio eran quince, mas ninguno de los que les sucedieron después se equipararon en su poder. Estos fueron los Animales Espirituales Primigenios, tres de los cuales se separaron del grupo y tomaron su propio camino; por su parte, se sabe que los que quedaron mantuvieron una estrecha y extensa convivencia con los elementos hasta que terminaron por asimilarlos, incorporándolos a ellos mismos. No obstante, el destino del resto es desconocido.
O lo era...
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"Erant bestiae ingentes, quales nemo antea viderat aut scripserat.
Et ille in bestias factus est, et bestiae in illum factae sunt.
Itaque illa nocte, antequam apud Zelam pugnaret, Caesar illas alas aquilae quae ei in dorso creverant extendit et volavit, super castra sicut stella lucida volans. Multi eorum qui hoc signum viderunt magnum omen esse credebant, atque ita animi militum surrexerunt".
(Eran bestias enormes, como nadie antes había visto ni escrito.
Y él se convirtió en las bestias, y las bestias se convirtieron en él.
Entonces, esa noche, antes de luchar en Zela, César extendió las alas de águila que le habían crecido en la espalda y voló sobre el campamento como una estrella brillante. Muchos de los que vieron esta señal creyeron que era un gran augurio, y así se levantó el ánimo de los soldados).
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—Me alegra que mamá y papá hayan decidido que tomara esas clases particulares en casa de latín —expresaba Élise con fascinación y, al mismo tiempo, algo confundida por lo que podía leer en aquel desgastado y amarillento trozo de papel en donde aún podía verse una letra legible de la época—. Quién diría que en el sotano habría un pasaje oculto que me llevaría hasta aquí. Mmm... Me pregunto qué más habrá en esas estanterías, y por qué se encuentran en un lugar tan apartado. —Bostezó—. Ya es tarde, quizás deba venir mañana después de la escuela, estoy segura que tendré suficiente tiempo para limpiar este sitio.
Aún así, luego de salir y poner la baldosa de nuevo en el suelo, su cabeza no hizo más que formularse más y más preguntas sobre aquel misterioso texto. Mala noche para dormir.