En el silencio de la noche estrellada,
Se eleva mi voz en gratitud sincera.
Por los lazos de amor y luz entrelazados,
Mi corazón rebosa de alegría verdadera.
Gracias por el sol que cada mañana brilla,
Por el susurro del viento que acaricia mi piel.
Por las risas compartidas bajo la luna brillante,
Por el amor que en cada latido puedo sentir.
En cada paso dado, en cada abrazo recibido,
Se teje la red de agradecimiento eterno.
Por las manos amigas que sostienen en la tormenta,
Por la esperanza que guía mi camino interno.
En el eco de la gratitud, mi ser se expande,
Agradeciendo cada instante de vida vivida.
En el canto del corazón, en la danza del alma,
La gratitud se convierte en luz compartida.