2004
Martina trataba de concentrarse en el libro de matemática que tenía en las piernas mientras escuchaba el sonido de las zapatillas frenando y el de la pelota rebotando en el suelo de parquet. Odiaba trigonometría y aunque intentaba con todas sus fuerzas poner atención en la definición del seno y coseno, su cerebro no podía dejar de rememorar una y otra vez todo lo que Elias le habia dicho el fin de semana en la fiesta de 15 de su hermana Abigail.
-¿Estas bien? - le pregunto Elías mientras se sentaba a su lado.
-Sí, son estos zapatos - respondió Martina señalando las sandalias plateadas - Son divinas pero no estoy acostumbrada a usarlas y me duelen los pies.
-¿Porque las usas si te lastiman? - pregunta Elias un poco confundido.
-Por que asi me veo mas linda - responde Martina.
-No necesitas unos zapatos para verte linda- le dijo -Vos sos linda .
-Gracias Eli. Pero vos no entendes -dijo Martina, su voz sonaba calmada pero su corazón y cabeza estaban de fiesta.
-¿Que no entiendo? - pregunto cambiando su habitual tono a uno mas serio.
-Mirame-
Elías le hizo caso y miro desde la punta de su cabeza rubia , pasando por sus ojos verdes esmeralda, siguiendo por el cuello dónde colgaba una cadenita con un dije rojo que hacia juego con el vestido del mismo color, paso por el escote, siguió por la estrecha cintura y termino mirando sus piernas decoradas con las sandalias plateadas. Volvió a mirar esos ojos verdes que tanto le gustaban - Sigo sin entender.
-No puedo usar una zapatillas o los zapatos del colegio con este vestido Elias.
-¿Quién lo dice?-
-El buen gusto - responde
-¿Qué hacen ustedes acá sentados? - la mamá de Elías, Nora, los interrumpe - ¿Dónde está su juventud?-
-Estamos descansando un poco- contesta Elías - Ademas a Martina le duelen los pies por usar esos zapatos-
-Sacatelos entonces. Mira - se levanta la pollera para mostrarle el pie desnudo -
-Mamá sos una genia - dice Elías y comienza a desabrocharle las tiras de una sandalia y Martina hace lo mismo con la otra. Una vez que terminan, le tiende la mano para que se incorpore.
-¿Mejor ahora?- pregunta Elias
-Muchísimo mejor - responde y gira para mirar a Nora - Mis pies te lo agradecen.
-Vamos, vayan a bailar - le guiña un ojo .
Mientras Elías la lleva devuelta a la pista de baile le susurra -Te lo dije, no necesitas unos zapatos para verte hermosa. Podrias usar una bolsa negra como vestido y botines de futbol y aun asi te diria que sos la chica mas hermosa de todo el mundo.
Su mente cambia rápidamente de escenario y la lleva a otro momento de la noche:
Se encontraba bailando con sus amigas cuando sintió que un par de manos la agarraba del pequeño cinturón que tenía su vestido y la tiraba para atrás. Seguidamente un par de manos le envuelven la cintura haciendole cosquillas.
-Elias - dice tratando de zafarse de su agarre -Sabes que no me gustan las cosquillas
-¿Martu? - la voz de Elías la sorprende y levanta la mirada para encontrarse con su cara , la cual tenía una expresión asesina .
Sorprendida se da vuelta- Agustín ¿que estas haciendo? - le dice dándose tratando de separarse de su compañero de clase.
-Nada , solamente quiero bailar con vos.
-Pero yo no quiero -
-Dale, no seas mala - responde acercandola a el - Es una cancion nada mas.
-Te dijo que no - dice Elias a sus espaldas - Asi que dejala en paz antes que te rompa la cara.
Martin mira por un momento a Elías y luego a Martina. Al final levanta las manos y vuelve con su grupo de amigos.
-Lo tenía todo bajo control -
Elías no le dice nada, solo le da un beso en la frente.
Luego de ese pequeño incidente, bailaron juntos durante casi toda la noche y Martina no cabia en sí de la felicidad. Hacia rato que sus sentimientos por Elias habian cambiado y estaba comenzando a sentir ciertas cosas que nada tenian que ver con la amistad. Pero, no se animaba a decirle a Elías acerca de ellos.
Tenía miedo de haberse confundido y malinterpretado sus actitudes protectoras hacia ella y perderlo como amigo. Aunque una vez Abigail habia dicho que Elias también sentía cosas por ella, no sabía si creerle o no ya que después se habia reído aunque su cara estaba roja como un tomate. Ademas el era mayor por 3 años y Martina siempre tenía la duda de porque se habría de fijar en ella cuando tenía varias chicas interesadas en el que iban a los partidos de básquet solo para verlo y festejaban cada punto que anotaba como sí fuera una final mundial.
-Hola Martina - la voz de Elías la trajo devuelta al presente y levanto la vista. La práctica habia terminado y por el aspecto de Elias hacia tiempo que habia salido de las duchas.
-Hola - lo saludo mientras agarra la mano que le tiende para ayudarla a levantarse.
-¿Que libro trajiste hoy?- le pregunta.
-Trigonometría - responde mostrandoselo - Encima tenemos examen y no entiendo nada .
-A ver - Elías abrió el libro y con el ceño fruncido empieza a ver las fórmulas que le sonaban un poco conocidas. Aunque muchos no le creían, tenía buena memoria y facilidad para aprender, no necesitaba llegar a su casa y ponerse a estudiar porque con solo prestar atencion en clases le bastaba para aprobar - No prometo nada pero algo me acuerdo. Si queres, puedo explicarte.
-Seria genial - responde Martina.
-Veni, vamos a sentarnos - se ubicaron en una mesa que estaba ubicada a un costado de la cancha y Elías usó el libro para manejarse en la explicación mientras Martina intentaba seguirlo aunque cada tanto tenía que volver porque la notaba distraída.
-¿Estas bien? - dijo luego de que la notara con la mirada perdida.
-Sí - mintió Martina. La verdad era que desde que habia visto a Elías practicando en la cancha no habia manera de concentrarse. Todo en el la distraía desde sus fuertes manos, su voz baja y un poco ronca, la forma en que se reía echando su cabeza hacia atrás y sus ojos un poco arrugados, hasta el desodorante que llevaba puesto la distraía.
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Editado: 30.05.2020