— ¿Entonces? — me preguntó impaciente — ¿A qué momento irías?
— Es por eso el álbum — dije agarrándolo el álbum de sus manos.
Lo abrí, todo comenzaba desde que había terminado la universidad; seguía con mi boda, el nacimiento de mi hijo, hasta llegar a la última foto que sacamos en Navidad.
Cada uno de los recuerdos en esas fotos, significaban mucho para mí sin duda, pero no sentía que anhelaba volver a ellos. Después de todo, disfruté mi vida. .
— Abuela… ¿Quieres ver al abuelo de nuevo?
Que mi nieta me preguntará eso sabía que era lo más lógico, pero hizo que mi corazón se hiciera chiquito. Su abuelo había muerto hace unos años, pero…
sí, para mi nieta debo ser la abuela perfecta. pensé
— Querida nieta, lo siento. No estoy de humor para esto.
No, no deseaba recordar ningún momento. Mi esposo fue un buen marido, pero él solo pensar que debería vivir otro momento, me hace pensar en aquellos en los que no la pasamos tan bien.
En mi mente, resuena su inseguridad, su inferioridad, su falta de amor propio. Aunque me amaba con todas sus fuerzas, él no sabía cómo amarme sin herirme.
De sólo pensarlo, sentí que quería llorar. Sacudí un poco mi cabeza, alejando cualquier evidencia de tristeza y miré a mi nieta.
— Pero… —sus brillantes ojos me miraban, esperando encontrar la respuesta en mi mirada. Por supuesto, lo hizo—, sabes abuela… papá me contó que el abuelo muchas veces no fue bueno contigo.
Me quedé en silencio, tomé su mano y simplemente le sonreí.
— Tu abuelo pasaba por muchas cosas, más de las que él podía soportar. Ciertamente no fue perfecto, pero luchó con eso hasta el día que se fue.
— No niego eso abuela, pero estuviste para él, sin importar que tan hiriente fue contigo. Aunque es de admirar —Veronica agacho su rostro para evitar mi mirada—, también es muy triste.
— Lo fue, tu abuelo era un hombre testarudo e inseguro, que siempre creía tener la razón. Sin embargo, también fue comprensivo y amo a nuestra familia desde el primer día.
Nos quedamos en un breve silencio, hasta que ella me devolvió la sonrisa y me dijo:
— Es increíble, abuela.
— ¿Qué cosa? —le pregunté.
— Que hayas dedicado tu vida a un solo amor.
Me reí por su inocencia, aunque su abuelo había sido mi último amor eso no quería decir que fue el primero.
— Querida nieta, ojalá eso hubiera sido cierto.
— Cuenta, cuenta —la vi acomodarse en el sofá, esperando ansiosa mi historia.
— No es una historia muy larga —comencé a contarle—. En mi adolescencia, antes de conocer a tu abuelo, yo era una niña muy revoltosa y enamoradiza, fue así que en lo que sufría por un amor no correspondido, lo conocí a “él”.
Ella me interrumpió.
— Yo sé que quieres ahorrarte los detalles, pero cuéntame lo que más recuerdes — no pude evitar emocionarme al escucharla.
— Bueno, aunque no tengo tantos detalles que recuerde. Te puedo contar de cómo me sentí atraída a él inmediatamente, este chico parecía solitario pero tenía una sonrisa y unos ojos que me mantenían cautivada —hice una pausa para tomar aire y atraer mis viejas memorias—. Sinceramente es la única persona con la que sentí que hice una conexión real.
— ¿Y que paso?¿Salieron?
— Luego de muchas idas y vueltas así fue.”Él” era un chico valiente, cariñoso, cobarde y fuerte. Con él me molestaba y también, me sentía un poco torpe con mis sentimientos —dije riéndome suavemente—. no podía explicarlo en aquel entonces, pero simplemente me había enamorado por primera vez.
— Entonces….
— Si, salimos. Pero con el tiempo terminamos,después de unos años conocí a tu abuelo y no seguí nunca más contacto con él. Para mi tu abuelo era más importante que mis recuerdos junto a ese chico.
— Cuéntame cómo terminaron… ¿Era un traidor? ¿Te falló? — preguntó Verónica.
— Realmente no. Nosotros teníamos problemas con nuestra relación a distancia. Nosotros fuimos amigos por tres años y cuando empezamos a salir tuve que continuar con mis estudios en otra ciudad. Sin quererlo el tiempo pasó, personas pasaron y nos perdimos hasta el punto de no encontrarnos.
— Sufriste mucho por eso… pero, parece que fuiste muy feliz, tus ojitos se iluminaron — ella me dio una gran sonrisa y yo cerré mis ojos haciendo lo mismo.
-— Fui feliz, pero también con tu abuelo.
— ¡Abuela! no debes justificarte por nada. No trato de comparar el amor que sentiste por el abuelo. Fue tu primer amor… no puedes compararlo.
— Me avergüenza admitirlo, ya que tu abuelo se sentía inseguro, por eso comencé a dejar de nombrarlo… comencé a olvidarlo. Muchas veces me pregunté: ¿Qué hubiera sido, si esa última noche… —me detuve.
—¿Qué? - Ay, dije algo que no debí. No hay marcha atrás.
— ¿Qué hubiera pasado si yo le abrazaba?¿Si hubiera cortado nuestra distancia con algo tan simple como eso? —cerré mis ojos y sentí que la nostalgia invadirme.
— Abuela… tienes otra oportunidad —enfoque mi mirada en ella, seguía con eso—. Puedo cumplir tu deseo, aquel que seguro esperaste por mucho tiempo.
— ¿Qué diría tu padre si escuchará esto… o tu abuelo? —me afligía de sólo imaginarlo.
— Este secreto siempre estuvo guardado en tu corazón, compártelo conmigo y déjame cumplirlo —dijo decidida.
Si por fin me acercaba a esos recuerdos… mis lágrimas se hicieron presente, desbordándose por mis mejillas; me sentía apenada a mi edad deseaba lo que de joven quería. Mis labios temblorosos no me dejaron pronunciar palabra, así que sólo asentí y nos fundimos en un cálido abrazo.
#632 en Ciencia ficción
#9643 en Novela romántica
primer amor love romance amor mariposas, drama amor adolescente dolor y perdida, segundas oportunidades de amor
Editado: 13.04.2024