Capítulo 07
Era viernes por la noche y Andrés me había invitado a una reunión que tenia con sus amigos y familiares, le dije que si, pero no le había pedido permiso a papá, así que aquí estaba en su despacho para convencerlo de que me dejara ir.
- Hola, papá - me adentré y me fui acercando a una de las sillas que se encontraba frente su escritorio
- Hola, cariño, ¿necesitas algo?
- Si - respiré profundo y lo solté - pudieras por favor darme permiso de salir con un amigo a una reunión en su casa
- ¿Un amigo? - como le decía que se trataba de Andrés
- Si papi, un amigo
- ¿Lo conozco?
- Amm... si - se quedo pensativo
- Es Andrés, ¿verdad? - Wow, que asertivo es mi padre
- Si, pero antes de que empieces con tus discursos de siempre, te digo desde ahorita que solo somos amigos, nos hemos llevado muy bien y...
- Tienes permiso - dijo sin mas volviendo la vista a sus papeles
- ¿De verdad? - él asintió - AHHH papi eres el mejor ¿acaso no te lo han dicho?... llegare temprano, lo juro - me pare de la silla y fui directamente a abrazarlo, pero me detuve - ¿pero porque aceptaste así sin mas?
- Porque sé que no tienes amigos, necesitas socializar un poco mas, aparte de que él fue quien te ayudó el día de ayer con tu ataque - suspiro, al parecer andamos iguales en eso - pero no quiero que pase nada mas aparte de esa amistad Alessandra Antonelli, sé que es un buen muchacho, pero no es de nuestro nivel, no me incomoda que sean amigos, pero hasta ahí llega mi permiso. Así que disfruta esta nueva amistad que apareció en tu camino y ya conocerás a alguien mas apropiado para ti - me separe de él - bueno, dejando todo eso de lado, diviértete y llega antes de la media noche
- Si padre, lo que tu digas - salí de su despacho algo confundida pero feliz.
Esta mas que claro que de amistad no puede pasar entre Andrés y yo, eso es un hecho, pero me sentía algo consternada por como había dicho mi papá sobre no tener una relación mas allá con el jardinerito. Creo que él debería de entender que en el corazón no se manda, es como mi enfermedad, no se fija en si eres pobre o rico, triste o feliz, joven o viejo, les da a todos por igual y sin excepción.
Eran las 8:40 pm, Andrés me había mandado un mensaje con la dirección de su casa y ha decir verdad me sentía algo nerviosa, hacia tanto tiempo que no salía con nadie, prácticamente me había alejado de todos para ya no sufrir mas. Estaba toda loca, no sabia que ponerme, quería verme bien pero no tan elegante, fresca pero no descubierta. Me decidí por unos pantalones de tiro alto y pierna ancha, color beige, con una top halter con cordón color blanco y por último unos tenias blancos, me planché el cabello y me puse una diadema de perlas. Agarré mi bolso poniendo mi celular, cartera y me dispuse a ir al coche.
Llegué a donde el GPS me había indicado, era una casa bonita con muchas flores por todo el camino hacia la puerta principal y del lado derecho un enorme árbol; la casa no era ni tan grande ni tan pequeña era una mezcla entre varios tonos de café. Me dispuse a seguir ese camino de flores hasta llegar a la puerta, con todos los nervios del mundo toque el timbre y espere a que abrieran.
La puerta se abrió y me recibió una señora, me mostro una enorme sonrisa con dientes muy perfectos, su cabello color castaño y con rulos en las puntas, se veía de unos 35 años, supongo que es la madre de Andrés ya que tenia ciertos rasgos de él en su rostro y los mismos ojos color avellana que me hipnotizan.
- Hola buenas noches, ¿es aquí la casa de Andrés? - pregunte para asegurar de no haber cometido un error
- ¡Hola! - se escucho muy emocionada - claro, aquí es, tu debes de ser Alessandra Antonelli
- Si, mucho gusto - extendí mi mano para saludar, pero ella me abrazo
- Oh, cariño, pasa, te estábamos esperando - se hizo a un lado para que entrara a su casa - me llamo Elizabeth, pero puedes decirme Eli - tan solo le sonreí, no sabia que decir, estaba súper nerviosa - dile a tu padre que muchas gracias por aceptar que Andrés trabajara en su casa, de verdad que gracias a él Andrés me ayuda con los gastos de la casa - sonó algo apenada, pero muy sincera
- Claro y no se preocupe que nosotros somos los agradecidos con Andrés por darle un poco mas de vida a nuestra casa con sus hermosos trabajos de jardinería - le dije con una enorme sonrisa mientras caminábamos por la casa - y ¿Dónde están todos?
- Oh cierto, estamos todos reunidos en el patio, ven acompáñame - me tomo de la mano y me guio hasta la puerta trasera.
Mientras caminábamos trataba de no perderme ningún detalle de esta casa, se sentía tanta armonía, felicidad y tranquilidad, justo lo que el jardinerito me transmite cuando estamos juntos. Llegamos y Eli grita para llamar la atención de todos.
- Ya llegó nuestra invitada especial, espero que no me la maltraten - yo reí nerviosa por lo que decía y por las miradas que estaban puestas en mi. Tan solo hice una seña y sonreí para saludar a todos de lejos.
Andrés giro su cabeza de donde se encontraba sentado - con quien supongo que era su novia ya que la tenia en sus piernas - se levanto emocionado y se fue directo a mi a darme un abrazo.
- Creí que no vendrías - me dice soltando su agarre y dándome una de sus sonrisas matadoras
- Si disculpa, lo que pasa es que me puse algo nerviosa y me enloquecí porque no sabia que ponerme - me señale con la cabeza - ¿crees que vengo bien?
- Tu siempre te ves bien, veo que le caíste súper bien a mamá - dice volteando a verla - ni siquiera soporta a Lu, solo hace el intento por mi
- Pues por lo que me has contado es un poco... - fuimos interrumpidos por su madre
- Ale te presento a mis hijos - me dijo acercando a sus hijos - él es Axel, tiene 13 años
- Ho-hola - su mirada parecía brillar, le di una sonrisa y vi como sus mejillas se ponían algo rojas