Capítulo 24
Después de tan agitado momento decidimos volver a bajar para seguir con la fiesta que había dejado abandonada, los dos teníamos una sonrisa de oreja a orea y literal no nos separamos por nada del mundo, y en caso de que pasara Andrés me volvía a encontrar agarrándome a besos sujetándome fuerte de la cintura haciéndome reír para luego agarrarme de la mano y seguir bailando con todos.
Solo puedo decir que todo salió súper bien, nunca había tenido una fiesta de gran magnitud por la falta de amigos o conocidos, siempre los festejaba en casa sola con un pastel para mi y para los empleados, después cuando me junte con Sebastián salíamos a comer o igual en casa de alguno de los dos, pero solos, no era nada comparado como lo de ahora, pero en este caso festejaba al chico de mis sueños viéndolo feliz y complacido.
Cuando dieron las 6 de la mañana todos se comenzaron a ir y los empleado llegaron sorprendidos por el desastre que le había dejado ya que yo no soy de ensuciar nada a menos que sea mi cuarto con mis pinturas, de ahí en fuera todo estaba en orden. Julio no quiso quedarse ya que tenia otro evento en México, así que se fue al hotel donde se había reservado una habitación para después irse, se despidió de mi deseándome lo mejor con el jardinerito y que no dejara de informarle sobre chismes que sucedan acá. En cuanto me di cuenta de que ya nadie quedaba en casa y que los empleados comenzaban a recoger decidí ir a mi cuarto a recostarme con la persona que ya estaba mas que muerta a un lado de esta, me quite el vestido de muevo y me quede en ropa interior metiéndome bajo las cobijas, en cuanto puse la cabeza en la almohada Andrés fue hacia mi abrazándome y pegándome a su pecho entrelazando nuestras piernas para si quedar profundamente dormida.
No me di cuenta cuanto había dormido pero lo único que sé es que desperté y lo primero que vi fue mi celular para checar la hora, solo habían pasado 2 horas desde que me acosté, supuse que los empleados ya habían limpiado la casa así que me acomode de nuevo junto a mi novio, pero creo que no pasaron ni 10 minutos cuando...
- ALESSANDRA ANTONELLI
Abrí mis ojos de golpe mirando a Andrés que también se había despertado con el grito y nos levantamos de golpe observando a mi padre en la puerta con mi madre detrás de él.
- Mamma, Papà – dije algo nerviosa y con una sonrisa como si nada pasara - Quando sono arrivati?
Creo que tener sexo tan seguido te puso tonta bestie
No lo niego, yo también lo creo
- Subito – contesta mi padre más que furioso
- Claro es mas que obvio – miro a Andrés que me comprende con la mirada y se pone de pie.
Se coloca sus vaqueros junto sus tenis y me da su playera para cubrir mi cuerpo semidesnudo mientras observo a mi padre con una mano en la cadera y con la otra se rasca la ceja derecha con su meñique cerrando los ojos para no perder el control
- Alessandra, Voglio che tu mi spieghi perché questo giovane è nel tuo letto e perché sono nudi?
- Lo que sucede es que...
- Tuvimos una reunión con unos amigos aquí en su casa y tomamos de mas – se echa la culpa Andrés - le pido disculpas sobre eso y sobre la ropa pues...
- ¿Crees que me trago todo lo que estas diciendo jovencito? – me acerco a Andrés y lo tomo del brazo
- Andrés no hace falta que hagas eso – deslizo una de mis manos hacia la suya para entrelazarlas – Papá, Andrés es mi novio, tuvimos una fiesta por su cumpleaños, lo siento por eso, no quiero que lo culpes por eso por que la fiesta fue mi idea ya que ustedes no estarían y...
- Eso no contesta el porque están desnudos
- Padre, es lo que las parejas hacen, tienen relaciones y... - veo que no me hace caso y solo lo mira a él
- ¿Usted por que no se ha ido? – dice mi padre
- ¿Disculpe?
- No quiero oír ni una palabra que salga de su boca así que retírese de mi vista - señala la puerta
- Señor, con todo respeto...
- Con todo respeto nada – comienza a subir la voz – le abrí las puertas de mi casa para tra-bajar, no para cortejar a mi hija
- Señor Antonelli, le puedo asegurar que yo amo a su hija, estábamos a punto de decírselo, pero...
- ¿Ah sí? ¿Cuándo? ¿Cuándo estaban en la cama revolcándose? – dice ando pasos hacia nosotros
- Lorenzo por dios, cálmate – dice mi madre sosteniéndolo del brazo para que no se fuera contra el jardinerito
- De nuevo, le pido respeto y no tanto para conmigo sino para con su hija que dice usted querer tanto y mire como habla de ella
- A MI NO ME HBALAS ASI NIÑO INSOLENTE
- BASTA PAPÁ – estaba harta de toda esta conversación – no tienes ningún derecho. Okey, no te contamos la verdad desde un principio e irrespetamos tu casa, pero no tienes ningún derecho de hablarnos así, lo amo y es la persona que quiero conmigo te parezca o no – agarro con fuera la mano de Andrés – y si piensas echarme de casa, me iré con él por que de todos modos nunca, nunca están.
Se quedo todo en silencio por unos momentos, mi papá se encontraba del otro lado de mi habitación con mi madre a su espalda soltando lagrimas mientras que nosotros, del otro lado, aun con nuestras manos entrelazadas fuertemente mirando y enfrentado a mi padre.
- Bien – dice el mayor de los Antonelli dejando el silencio de lado – ¿seria usted tan amable joven Herrera de retirarse para hablar a solas con mi hija?
- Con gusto señor Antonelli – se voltea verme dándome un beso en la frente y después en los labios – me voy mi flor, llámame para cualquier cosa que pase ¿de acuerdo?
Yo solo asiento con la cabeza mientras lo sigo con la mirada observando como saca otra playera de la mochila que había traído con sus cosas y se la coloca para después salir pasando por el lado de mi padre.