Reina De Corazones: El Nacimiento

U N O

Tenemos órdenes de jugar con el, señor.

¡Bien!

¿Qué tenemos que hacer, señor?

Por ahora, nada. Nuestro próximo movimiento tiene que ser con sutileza, no tan violento.

Y ¿Eso por qué, señor?

Los padres podrían sospechar. No voy a correr el riesgo, además, el Doctor me lo pidió personalmente.

Entendido.

¿Volveré con mis padres?

¿Ya te aburriste tan rápido? Creí que eras más resistente.

Solo quiero saber cuánto tiempo estaré en esto.

El necesario.

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¿Qué sucede cuando una persona pasa mucho tiempo sola y con heridas graves?, ¿Qué daño le hace al cerebro cuando es golpeado fuertemente? Y ¿Cómo debemos de reaccionar cuando no recordamos ni una maldita cosa de nuestras vidas?

─ Otra vez estas soñando despierta. – me dice aquella chica que tengo ante mí – Espero que dentro de esa cabecita tuya no estés planeando huir.

Alzo mi mirada y veo una sonrisa en su rostro, la misma desde que estoy en esta cama, con ella…con su familia.

─ Estas mejorando, pero tu recuperación es muy lenta. Con el tratamiento que te estoy dando es como para que ya te hayas mejorado. – me dice la chica con voz dulce y tranquila – Tienes que poner de tu parte o si no jamás, óyeme bien, jamás vas a salir de esta cama.

Lo único que puedo hacer es asentir ante sus palabras.

Veo todo a mí alrededor y está justo como la primera vez que lo vi, eso fue hace como… ¿Un mes? ¿Dos meses? La verdad no lo sé, no tengo noción del tiempo en esta casa movible. Y sí, estoy en una casa movible como las personas que la habitan la llaman, por cierto, uno de esas personas está en frente de mí en estos momentos. Su nombre es Ariana, una chica alta morena, cabello negro rizado que le llega a los hombros, sus ojos son marrones, su sonrisa le da paso a unos hermosos dientes blancos y derechos. En cuanto a sus atributos como mujer, diría que está cerca de esas mujeres que vi hace unas noches atrás en una revista de moda, ¡Esta buenísima!

─ Bien. Ya termine de revisarte en este lado, vamos con el siguiente. – se levanta del pequeño banco que está en la punta izquierda de la cama y se dirige a mi lado – Tu tobillo aún no está en condiciones para hacer las terapias físicas, pero pronto lo estará.

Oír esas palabras no me reconfortan ni lo más mínimo, saber que mi tobillo izquierdo esta hecho un asco no es para nada agradable, de hecho, yo no estoy para nada agradable. Cuando el padre de Ariana me encontró y me trajo a su casa movible pensó que solo estaba perdiendo el tiempo conmigo, mi cuerpo estaba, aun lo está, muy maltratado, pensaron que no sobreviviría en esas condiciones. Pero mírenme aquí, sentada en una cama, con una chica que me imagino que cuando no está atendiéndome, está en un hospital o, haciendo comerciales para televisión, la verdad es un poco loco pensar eso último.

Me sorprende que mis dientes estén todos en buen estado a como esta todo mi cuerpo. Mis pies, manos y espalda alta están tan quemados que los nervios de ellos no hacen presencia al momento en que Ariana me los pincha o cuando me aplica los masajes, como rutina de todos los días, también me comento que son quemaduras de 3 grado. El tobillo, que anteriormente ya había nombrado, está hecho nada, los tres huesos que ayudan a que mueva el pie ya no existen, solo pudieron salvarse dos o tres tendones importantes, lo que lo sostiene son estos y una lámina de acero inoxidable que Ariana y su padre me introdujeron hace unas semanas atrás. En mi pecho, justo debajo de la clavícula, tengo una herida que hasta la fecha aún no ha sanado, se necesitaron 30 puntos, tanto interna como externa. En la parte de atrás de mi cabeza tengo otra herida, pero no es tan grave como la de mi pecho. En todo mi cuerpo hay moretones y arañazos. Una que otra cortada en los brazos y piernas.

Todo mi cuerpo está hecho mierda, en pocas palabras. ¿Qué pasó para que este en este estado? Esas son unas de las tantas preguntas que me hago todos los días al levantarme y que me pregunta Ariana, pero me parece que ella lo dice más para sí misma que para mí.

─ ¿Por qué no me llevaron a un hospital cuando me encontraron? – mi voz es casi como un susurro. Desde que me encontraron solo he hablado 2 veces, incluyendo esta.

Deja de ponerme una crema en las heridas de las piernas y me mira. Su gesto es como si pensara en que palabras va a elegir. Cuando no creí que me iba a responder lo hace.




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