Francia, Paris 15/11/1682
salon de los espejos
El banquete empezó todos empezaron a llegar, mi padre y mi tío estaban asta adelante en dos sillas de trono ni Padre lo aprecia por la misma razón es su mano derecha kensi y London estaban a su lado izquierdo y yo del lado derecho de mi padre ellos estaban juntos a los lados estaba el banquete de un lado una extensión de comida del otro lado bebidas y postres el piso y paredes eran diradas de oro y en casa muro espejos grandes con solo dies sentimetros de distancia los bordes de madera combinaban perfecto, estaba tan aburrida aci que le hice señas a mis primos ambos fuimos a la mesa de postres pasamos por duques, pinsipes, princesas, reyes, etc.
Todos tomamos unas crepes suzette, nos encantas son como tartas rellenas de una mescla de mantequilla, azúcar, jugo de mandarina frameada con brandy y algunos duraznos, es un majar, kensi fue a bailar con el hijo del duque, Antonio su prometido y London invito a bailar a la cuñada de kensi Verónica es muy linda se parese un poco a su hermano ambos de cabello castaño piel durazno ojos azules mientras London y kensi tienen el cabello rubio de mi tío y los ojos verdes se su madre quien acaba de llegar y se sentó al lado de el rey kersink, me iba a dirigir acia mi padre cuando un hombre se me acercó era entre castaño y pelirrojo se notaba el tono rojiso más en el cabello delantero, piel clara, y ojos verdes con unos labios rosados, no lo conocia, fue cuando dijo - perdón su majestad no quería interrumpir, pero su belleza me a atraído acia usted- no le tome importancia y iba a seguir mi camino cuando de nuevo ablo - porfavor, permítame presentarme, soy el príncipe Valérian V del reino franco hijo del rey Antonio Vlll - nunca avía conocido de ese reino a nadie me sorprendió - un pracer príncipe Valérian yo soy la princesa Isabella- el me sonrió con ternura y dijo - me haría el honor de consederme está piesa?- me pidió mi mano con un brazo en su espalda inclinándose un poco le di mi mano y nos dirigimos al centro mis primos me miraban asombrados igual que mi padre y mi tío cuando empezaron a ablar muy serios.