Capítulo 3. Estás ciega.

—¡Eh, eh! ¡Stuart suéltalo! 

—¡Aléjate de ella! —le ordena a Ryan. 

—Ni en tus mejores sueños me alejaré de ella. —dice Ryan. 

—¡Stuart! ¡Suéltalo! ¿Por qué haces esto? —digo en uno de mis desesperados intentos de bajar a Ryan. 

—¿Por qué no le dices por qué quieres que me aleje de ella, Stuart? —lo incita Ryan. Y al ver que no responde él continúa. —Yo te ayudo —empieza—. Temes que que pueda quitar la posibilidad de conq... 

—¡Cállate! —lo suelta—. ¡Vete! 

Ryan se sienta en su puesto de trabajo y yo me llevo a Stuart a mi despacho para que hablemos. 

—¿Por qué, Stuart? —repito. 

—Estás ciega. —escupe con rabia y se marcha. 

Yo me quedo parada en mi sitio. Pensando. 

RYAN:

Stuart está enamorado de Emma, teme que yo se la quite. Y teme bien, porque pienso conquistar a Emma

—¿Que ha sido eso, colega? —me pregunta mi amigo Steven. 

—Ese chico está enamorado de la jefa y teme que yo se la pueda quitar porque éramos mejores amigos de pequeños. —suelto. 

—¿La reina de hielo? ¿Quien quiere a ésa amargada? 

—No hables así de ella. Ha tenido una vida difícil. 

Me mira —. No me digas que... —asiento—. Te has vuelto loco. Ella es MISIÓN IMPOSIBLE. 

—Ryan Evans acuda a mi despacho ahora mismo, por favor. —Se oye que dice Emma a través del altavoz. 

Yo me levanto y empiezo a caminar hacia el despacho.