Capítulo 18.

Ese día... 

El piso del hospital ya ni siquiera estaba frío, o al menos eso podía sentir Kasch, no tenía noción de lo que pasaba a su alrededor, había entrado en una especie de limbo, no había nada a su alrededor o mejor dicho no quería saber nada de lo que sucedía, se negaba a comprender la situación más allá de lo que los doctores decían. 

A pesar de las terribles noticias, él como uno de los Alfas debía estar junto a los demás, y a esto no le tomó importancia hasta que Niklas comenzó a hacerlo entrar en razón. 

— Vamos, necesitas salir de aquí — Dijo el moreno tomando el brazo del mayor provocando en el una muy mala reacción — No puedes hacer nada, además debes terminar lo que comenzamos, o cuando despierte sabrá que la bala que recibió fue en vano — Volvió a hablar el moreno con desespero al ver el pálido rostro de su hermano mayor, a quien debía decir nunca había visto tan afectado. 

— Tiene razón — Dijo ahora Volker, atrayendo la mirada de ambos hermanos — No hay nada que se pueda hacer, además — He hizo una pausa para inmediatamente mirarlo — Sabrás perfectamente cuando le ocurra algo, tú siempre serás el primero en saberlo... — Volvió a decir el rubio haciendo referencia al lazo que compartían su hermana y el león. 

Esa fue la única forma de que Kasch abandonará aquel lugar con la esperanza de que al volver ella estuviera despierta, estable y tan maleducada como desde el primer día que la había visto. Al llegar hasta el lugar donde se encontraban los demás ambos morenos se encontraron con un lugar bastante desordenado, lleno de sangre y destrozado por completo, sin duda todos habían peleado con los mejor que tenían. Desde la entrada de aquel lugar Kasch pudo escuchar a todos hablar de la “terrible tragedia” de los lobos. 

— Que pena lo que sucedió — Dijo el rey de las panteras, un hombre castaño de mediana edad, quien parecía genuinamente preocupado, y al ver a Kasch no dudo en preguntar por Vanya — ¿Ella se encuentra bien? — Aunque la pregunta había parecido sobrar cuando todos observaron la expresión de desconsuelo que Kasch tenía en el rostro. 

Nadie preguntó nada más y solo se limitaron a comprobar que no hubiera bajas, lo cual se había logrado con éxito, ya que al parecer todos los presentes no habían sufrido más que golpes y rasguños, nada que pudiera poner su vida en peligro. 

— Una buena jugada por parte de ellos... — Comentó uno de los Alfas con pesar — Aunque aun no comprendo el hecho de solo herirla a ella... — Dijo también con curiosidad — No es que ella no sea un excelente pilar, pero ¿Qué más ganaban con herirla? ¿Qué pensaron cuando lo hicieron? — Todos sabían que todo hecho tiene una razón de por medio y nadie hace nada solo porque si, entonces ahí fue donde el nombre del moreno entraba, donde él tenía mucho que ver con lo que ahora sucedía. 

— Matar a dos Alfas, ese era el objetivo — Pronunció el Kasch sin titubear y con bastante determinación en cada palabra que decía, dejando a todos atónitos. 

— Alfa, ¿Esta declarando lo que creemos? — Preguntó el Rey de las panteras con mucha sorpresa al mismo tiempo que se podía percibir preocupación, ya que esto podría traer muchas más consecuencias de las que imaginaban. 

— Si, Vanya Novikov es, mi compañera — Eso era lo que ella era, ya que no podía llamarla su luna sin su consentimiento, pues después de todo él le había dicho que no la necesitaba, aunque ahora mismo, Vanya era como el mismo aire que se le escapaba de las manos. 

Con la seguridad que teñía su voz a nadie le había cavido la duda de que sus palabras eran una rotunda verdad, una que dejaba al descubierto uno de los lazos más poderosos de todos, una unión entre dos reyes Alfa. Ante la sorpresa nadie se dio cuenta cuando el alto y fuerte hombre cayó rendido en el suelo, parecía desmayado, tenía fiebre y parecía que temblaba, era esa la evidencia de lo fuerte que podían llegar a ser los lazos de la diosa y de lo profunda que era la conexión entre mates. 

Nadie supo lo que a él le había ocurrido hasta que la noticia de la casi muerte de Vanya había llegado hasta la mansión, al comprender la crítica situación en la que se encontraban, Niklas fue quien termino todo lo que habían comenzado, logrando que cada líder regresará a sus territorios, prometiendo mantener la boca cerrada y buscar por cielo mar y tierra a los que habían logrado escapar con vida ese día.  

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Había pasado ya día y medio desde la trágica noche, Niklas había estado especialmente ocupado, sin siquiera poder tomarse un tiempo para saber más sobre la loba de su hermano, de quien seguro preguntaría cuando despertará, y esperaba que fuera pronto. 

Kasch por su parte, estaba en un momento de paz completamente, no sentía que estuviera muerto, pero, tampoco podía llamarse vida el hecho de sentir muy poco a su compañera. Tal vez su cuerpo estaba en su momento de negación, ese que pudo ocurrir en el momento en el que dejo de sentirla, podía parecer que estaba desmayado, pero recordaba a la perfección lo que había sentido antes de caer en el suelo, un frío vacío. Su mente no quería enfrentarse al hecho de que la había rechazado, y de lo cual ahora se arrepentía bastante.  

Comprendía que llevaba bastante tiempo ya en cama, parecía que su ser león se negaba a despertar hasta que su otra mitad lo hiciera, en pocas palabras, era como si ambos hubieran caído en un sueño profundo, del cual él solo despertaría si Vanya lo hacía. 

Fue entonces cuando al sexto día desde aquello, que Kasch había escuchado un suave pero furioso reclamo de quien reconoció como Niklas. 

— ¿Qué haces aquí? — Dijo el moreno con ira, estaba más que furioso, pero, al mismo tiempo parecía no querer armar un escándalo. 

— ¿No miras?... — Ante esa pausa Kasch quiso reconocer la voz femenina — Cuido de MI prometido — Y en ese momento, Kasch supo de quien se trataba, sin duda era “esa mujer” a quien en su vida deseo volver a ver, aquella que le había hecho pasar la peor humillación en su vida y que ahora se encontraba en su mansión aprovechándose de la situación en la que se encontraba, era ahora cuando más deseaba poder abrir los ojos y estar junto a Vanya, junto a su Luna...