Capítulo XVI: Reunión de última hora.

Cada vez queda menos para la coronación y las cosas en palacio se ponen cada día más tensas, Ky se fue en la mañana a Silia. No me gusta esperar lo peor, pero tengo la sensación de que va a pasar algo malo, y es horrible no poder arreglarlo.

Oigo las cortinas de mi habitación abrirse y los rayos de sol pegan contra mi cara. Gruño.

– Venga Jade, tiene que levantarte, Amanda me ha dicho que tenéis una reunión de última hora en Mandex, por lo que tienes que coger un avión en... – hace una pausa. – una hora y media.

Vuelvo a gruñir y me levanto de la cama, al pisar el suelo un fuerte mareo me azota y me tambaleo, por suerte Abby me coge antes de caer.

– Voy a llamar a Rose para que te ayude. – me deja apoyada en la cama y sale de la habitación, a los poco minutos vuelve con Rose.

Una hora, muchas pruebas, dolores de cabeza y charlas después salgo de mi habitación para dirigirme al comedor junto con Abby, quién no para de hablar, aunque no tengo ni idea sobre qué. Recojo mi vestido verde menta para poder bajar las escaleras. Enserio, no entiendo la manía que tiene estos civis creaturae con que llevemos vestidos, quiero decir, son muy bonitos, pero la mayor parte de las veces son bastante incómodos, ¿cómo se supone que quieren que camine con tacones altos y vestidos largos por caminos de tierra o me hagan subir montones de escaleras con ellos?

Al llegar al comedor el silencio nos acoge, no hay nadie, así que desayunamos tranquilamente mientras hablamos de temas al azar. A la media hora exacta Amanda viene a por mí y me acompaña hasta una furgoneta aparcada junto a la fuente, subo a ella y Amanda se despide con la mano y se retira. 

Tenemos que ir al aeropuerto de la ciudad, porque, aunque podamos despegar un helicóptero en el terreno del castillo, no podemos hacer lo mismo con un avión, se necesita mucho más espacio de aterrizaje del que disponemos.

La furgoneta arranca y me fijo en mis acompañantes. en los asientos delanteros van dos guardias, en los tres asientos frente al mío van Kaos y otros dos guardias, a mi derecha están sentados dos civis creaturae que recuerdo haber visto en las juntas, creo que hablaban sobre...la guerra, el entrenamiento militar y las armas, sí, eso era, y en la última fila de asientos, justo detrás mío hay otros tres guardias, ocho en el coche más los que haya en el aeropuerto, me estoy cansando de estar rodeada de gente allá a donde vaya.

Al llegar al aeropuerto hay montones de periodistas, con cámaras y micrófonos, entre ellos hay un camino que lleva a la entrada del aeropuerto y hay montones de guardias intentando controlar la gran multitud. Respiro hondo, sé que en cuanto salga del vehículo me van a comer viva.

– Tranquila, has hecho esto millones de veces antes, cabeza alta, sonríe, pero no con suficiencia o arrogancia, y sigue hacia delante. Sobre todo, no contestes ninguna pregunta y no hagas nada que ellos puedan utilizar como primera plana. – dice Kaos notando mi inquietud. Asiento levemente.

Abren la puerta y al salir todos los guardias que estaban en el coche me rodean, unos cuantos de los guardias del aeropuerto rodean a mis otros acompañantes. Cuando los periodistas nos notan la lluvia de flashes da comienzo. Cabeza alta, me recuerdo, sonríe amable, pienso una y otra vez.

Las preguntas llueven, pero las ignoro todas.

– ¿Cómo va su adaptación al castillo?

– ¿Es cierto lo que dicen sobre su salida de Heartling años atrás?

– ¿Tiene pensado casarse?

Y muchísimas más. tras pasar las puertas acristaladas vuelvo a respirar con normalidad, eso ha sido extremadamente sofocante. ¿Cómo sabían dónde iba a estar? Si ni yo misma lo sabía hasta una hora y media antes de irnos.

Embarcamos y despegamos media hora después de llegar. Me recuesto en el sillón con intención de dormir todo el trayecto he estado durmiendo bien, pero esto del embarazo me tiene extremadamente cansada, quiero dormir días enteros.

El asiento junto a mí se hunde.

– Lo has hecho muy bien ahí fuera, se lo difícil que puede llegar a ser no contestar a las preguntas. – Kaos se acomoda en el sillón. 

– Sí, me ha costado un poco había veces que quería decir "soy una persona normal, no hace falta que sepan cada detalle de mi vida”. – me encojo de hombros y bostezo.

– Duerme, anda. – apoyo mi cabeza en el hombro de Kaos y minutos después caigo en un profundo sueño.

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Ig: s.sebilla