Reino De Monstruos (libro 1)

CAP 14: SANGRE

CAP 14: “SANGRE”

Sujeto a Aurish con fuerza contra mi cuerpo. Me da miedo que se resbale de mis brazos. Pego mis labios a su sien y clavo mis dedos en su espalda y cintura, sujetándola más fuerte.

–Aguanta, por favor…–le digo, casi suplicándoselo, aunque no parece oírme.

Al principio estaba consciente–mínimamente–, pero ahora está casi desmayada y se está desangrando. Siento como su sangre me empapa por completo la ropa, pero eso me la trae floja; solo quiero matar al hijo de puta de Calíope, que se ha atrevido siquiera a mirarla.

Una de sus manos se resbala de mi espalda y se queda colgando. Su cabeza deja de hacer fuerza y se cae hacia atrás como un peso muerto. Joder… Está desmayada. Ahora pesa mucho más. La intento agarrar mejor y consigo ponerle la cabeza en una posición un poco más sana que esa.

Esko nos sigue con una cara totalmente preocupada.

Sé de sobra que somos enemigos, no hace falta que nadie me lo recuerde, pero… Mierda, si se muere juro que todo lo que pertenece a Calíope –él incluido– arderá.

–Riot–me llama Eoghen con preocupación en la voz–, Aurish…

La miro y es entonces cuando veo que está mucho peor de lo que esperaba. Miro hacia atrás y veo como hemos ido dejando casi un rio de sangre por donde hemos pasado.

Me la separo un poco del pecho y veo como está completamente manchada. La herida le sangra tanto que incluso le gotea por la mano. Contengo la respiración y me la agarro con más fuerza a la vez que empiezo a caminar todo lo rápido que puedo, contando que llevo a una persona encima.

Aurish no es una chica delgada. Ni de coña, tiene unas piernas fuertes y anchas, igual que todo su cuerpo. Es fuerte pero con sus curvas. Lo malo: que ahora todo ese músculo y fuerza no me deja poder correr con ella en brazos.

En cuanto veo la puerta de la sala de Umani al final del pasillo me pongo casi a correr. La abro de una patada y lo veo a él, preparando sus medicinas y ungüentos mágicos.

No me paro ni a saludarlo y lo miro con la necesidad ardiendo en mis rasgos.

–Se me muere.

Se le tensa la garganta y corre hacia mí, la coge en brazos como si fuera un jodido saco muerto y la tumba sobre una mesa de madera que Eoghen acaba de despejar de un manotazo.

–No le cortes la ropa, Umani, sácasela, porque no tenemos nada más–aclara Eoghen con agilidad.

–De acuerdo.

Me acerco a ellos rápidamente y empiezo a sacarle con cuidado, pero sin reservas la ropa. La dejo en bragas y sujetador. En otras circunstancias me habría calentado como un puto horno de fundición, pero ahora mismo no hay nada más que temor en mí. Si no la salvan, juro que quemaré todo Gapath hasta que no queden más que las cenizas.

Me quedo mirando las brillantes marcas de Aurish como si fueran parte de mi ser. Envuelven su torso como si fueran los tentáculos de un pulpo. Miro su estómago y me cubro de ira hasta la cabeza solo de ver la herida que le han hecho. El rojo carmín de su sangre contrasta espeluznantemente con el azul eléctrico de sus cicatrices.

Umani no se anda con tonterías y empieza a colocar sus manos sobre la puñalada. El cuerpo de Aurish se retuerce y de pronto veo como abre los ojos de golpe y se muerde los labios hasta hacerse sangre. Empieza a gritar y a clavar las uñas en la madera, dejando varios surcos en esta.

–Señorita, por favor, no se hiera más.

No parece escucharlo porque sigue con las manos como garras. Se las agarro con fuerza y hago que me agarre los antebrazos.

–Aprieta todo lo que quieras.

Me mira como si suplicara que dejáramos de causarle dolor y vuelve a hacer una dolorosa mueca de angustia. Aprieta mis antebrazos con fuerza y me clava las uñas, haciéndome sangrar. Me da igual. Solo… Solo necesito que se ponga bien.

Cuando Umani consigue curarle la puñalada empieza a reparar su piel, la cual tiene marcas de rayos quemados como si le hubiera picado una medusa. Jamás me cansaré de repetirlo: mataré a Calíope.

Aurish jadea, grita y llora como aún no le había visto hacer nunca. Me dan ganas de encogerla y protegerla entre mis manos. Sé que no debería decir ni sentir esto, porque en realidad soy yo el que le ha jodido la vida, pero es lo que siento y no puedo mentir.



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En el texto hay: fantasia, romace, spicy

Editado: 20.10.2024

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