Reinos Ocultos

Capítulo VI - Ikiafara -

No sabría explicar que paso después. Solo sé que de alguna manera al sentirme bien con Kirk una parte de mi mente se relajó y luego estaba despertando en la sala de mi vecino. De Kirk. 

Hace unos minutos que me desperté pero nadie ha dicho nada, mi hermano me observa sin parpadear. Ahora sus ojos son normales. Mis amigos están tomando algo que Abac les dio y escucho que dicen que se sienten mejor. Kirk está sentado a la par mía. 

Nadie dice nada. Y este silencio me está matando. De cierta forma preferiría estar luchando contra esas cosas horribles de afuera ya que al menos estaría haciendo algo y nadie me estaría viendo como si tuviera un cuerno en la frente.  

Aunque seguramente tengo una espinilla. 

— Tengo poderes — decido decir en voz alta, no para llamar la atención porque eso ya lo estoy haciendo sin hacer nada, sino porque en verdad ya no puedo estar ocultando esto. 

Ocultar que hago cosas fuera de lo normal no es fácil. Sería mucho más fácil ocultar un perro en la casa. A esto se le suma la culpa de haber utilizado estas habilidades anormales para matar a mis padres. Hay días, como hoy, en los que daría lo que fuera para no tener que recordar o aún mejor, que alguien drene esto de mí. 

Mis amigos me voltean a ver, Amarilis es la primera en acercarse y me ve con compasión.  

— Está bien que estés asustada. Esas cosas de afuera son anormales, estoy segura que nadie se espera ver esas horribles criaturas querer comerte. Pero tú estás bien. — estoy segura que en otro momento ella diría algo totalmente diferente.  

Creo que lo que Abac le dio la puso un poco tonta. Lo digo de esa forma, porque ella es la más aventurera y si por ella fuera sería capaz de comprar una pastilla que le adquirir poderes por al menos unas horas. 

—¿Qué quieres decir con poderes, Raven? — Marvin no se acercó, desde lejos me observaba con desconfianza, veía a Abac y luego a mí. Seguro piensa que saco fuego de las manos. 

Estoy segura que trata de asegurar de las cosas antes de acercarse o decir algo más, porque el sí ya me hubiera dicho que estoy loca. 

— No preguntes eso, Marvin. No ves que está asustada — le regaña Amarilis. — Ella necesita descansar, todos lo necesitamos. 

Volteo a ver a Dennice, pero ella está callada. Mira a todos pero a nadie en particular. 

Respiro hondo y me levanto. 

Si una vez pensé en decir mi gran secreto nunca imagine que fuera de esta forma. Vi una planta cerca de la cocina, así que estiré mi mano con intenciones de hacerla crecer hasta donde estaba y así mostrar lo que quería sin decir mucho. 

— No es momento de demostrar a tus amigos tus poderes, sí lo haces te sentirás débil y no tengo ganas de ver como este tarado te toma en sus brazos. — mi hermano se acercó y me volvió a sentar pero esta vez en otro sofá, cerca de él. 

Me separé lo que pude de él. No quería estar tan cerca de él, ahora mismo estoy enojada con él porque si tan solo me hubiera contado antes que él también tenía poderes esto de ocultar las cosas hubiera sido mucho mejor. Pero aun así quiero sentirme protegida por él. 

— Bueno, si yo no puedo demostrar mis poderes alzo tu. Explícame como es que tus ojos cambian y tienes una espada que no veo en tu espalda. Dudo mucho que a los dentistas se les enseñe a usar una espada para partir monstruos a la mitad. 

— Yo también quiero escuchar eso — dijo Kirk.  

Y Kirk no lo dijo como si no supiera, porque pude notar una sonrisa maliciosa cuando lo dijo. Este imbécil de alguna manera lo conoce. De alguna manera Kirk sabe cosas. 

¡Cómo carajos una persona desconocida sabe más de mi hermano que yo! 

Tenía muchas preguntas sobre él y para él, pero ahora mi foco de atención está sobre mi hermano. Ya luego veré que hago con ese hombre que está hasta en mis sueños. 

Si un hombre estará en mis sueños y también en mi vida real preferiría que fuera Robert Pattinson o Zack Efron. 

— Humanos, humanos. Ustedes que no saben cómo controlar sus emociones les sugiero que pospongan esta platica para cuando Raven esté mucho mejor y estos niños pubertos no estén presentes. ¡Oh! Y por si lo habían olvidado, estamos rodeados de criaturas nocturnas que solo quieren consumir nuestros huesos. 

No sabía si agradecer o decirle a Abac que no se metiera en asuntos de familia, pero pude sentir el miedo de mis amigos crecer de nuevo y no me agrado esa sensación de poder protegerlos bien.  

— Yo de verdad no sé qué demonios está pasando, solo sé que me quiero ir ahora mismo — Dennice se acercó a mí y agarro mi brazo — pero quiero que te vengas conmigo, no puedo dejarte entre estos hombres. Ya sabes, no hay que confiar en ellos. 

Abracé a mi amiga y nuestros ojos se llenaron de lágrimas. 

— Yo no debería estar sintiendo miedo — dijo Amarilis y se unió al abrazo. 

— Y yo debería protegerlos — Marvin me abrazo desde atrás y me sentí con más fuerza. 

Tenerlos, a los tres, me hacen sentir con fuerza con ganas de hacer cosas. Incluso de ahora me siento con la energía de luchar contra esas criaturas de afuera. 

— Esa fuerza que sientes solo es tu autoestima mejorada pero no tus poderes más fuertes, así que no te quieras hacer la valiente ni la héroe. — la voz de Kirk me estaba estresando. Decidí ignorarlo. 

— Los sacaré de acá y tendremos que irnos a otro lugar. — empezó hablar mi hermano pero lo ignoré de igual forma, estoy muy bien con mis amigos que no quiero moverme — tus amigos tendrán que venir porque esas cosas ahora conocen su olor y seguro los seguirán para desprender la piel de sus huesos. 

Lo de irme con mis amigos me gusta, pero eso de que esas cosas conocen su olor y los seguirán no me gustó. Con pesar tuve que separarme y ponerme frente a mi hermano. 

— ¿Qué?  

Sé que es estúpido preguntar por algo que escuche bien pero estoy buscando un poco más de explicaciones.  




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