Yo nunca pensé enamorarme de una mujer tan bella. Siempre sentía que merecía estar con cualquier mujer, pero apenas conocí a esa chica, mi mundo cambio, pero cambio para mal. Una tarde iba caminando por el parque y aquella mujer me llamó, casi nadie me conoce, y pocos saben mi nombre, por eso, me pareció extraño que esa mujer tan bella lo supiera.
*Mujer: Hola Gabriel ¿Cómo estás?
*Gabriel: Hola linda ¿Bien y tú? ¿Te conozco de algún lado?
*Mujer: Estoy bien, te he visto por aquí bastantes veces, pero no, no nos conocemos.
*Gabriel: Bueno ¿Me puedes decir tu nombre?
*Mujer: (Coqueta)- No, no me gusta mi nombre, pero quizás algún día lo puedas saber, hablamos luego, tengo cosas que hacer.
Aquella mujer se había ido. Jamás había visto una mujer tan bella, tenía un traje negro que apretaba muy bien sus pechos y le marcaba la cintura de una manera hermosa, para mí era perfecta. No sabía cómo nos íbamos a encontrar nuevamente, pero estaba seguro de que ella me encontraría. Esa noche no deje de pensar en esa mujer, me estaba volviendo loco por ella, por conocerla más, y aunque sea, saber su nombre, aquella chica era demasiado misteriosa. Intente dormir pero no pude, cada vez que cerraba los ojos, escuchaba una voz que me decía "Aléjate de ella, o sufrirás eternamente". Quizás fueron locuras de mi mente, lo sentía real. A pesar de aquellas advertencias, sentía que debía saber más de ella. Al día siguiente, pase por el mismo lugar donde la había conocido, y justo cuando me iba, ella apareció más radiante que nunca.
*Mujer: ¿Me esperabas Gabriel?
*Gabriel: Algo así, ya me iba pero ¿Me puedo quedar un rato contigo?
*Mujer: Por mí no hay problema, me encantaría que todos me vieran contigo, eres muy bello.
*Gabriel: Gracias, pero los halagos te los llevas tu, hoy estas muy hermosa.
Ella sonreía cada vez que le hablaba, de verdad esa mujer me encantaba. Pasaba su mano por mi cuello, y en la entrepierna, me estaba tentando. Cada segundo que pasaba me mostraba su hermoso escote y se acercaba a mí para sentir sus pechos. Todo parecía un sueño, recién la había conocido y ¿Ya la iba a llevar a mi cama?, no, quería pasar más tiempo con ella. Luego de estar varias horas sentados en el parque, me habló al oído lo cual hizo que se me erizara la piel.
*Mujer: ¿Por qué no vamos a tu casa un rato?
*Gabriel: ¿Te gustaría?
*Mujer: Por mí no hay problema.
Ambos nos levantamos y nos fuimos tomados de la mano. Mi casa no quedaba muy lejos, asi que no nos apuramos en llegar. Le ofrecí comida y dulces, pero ella me los rechazó. Cuando íbamos llegando a mi casa, la tomé por la cintura y la acerque a mí, pero ella me empujo y la misma voz que me había fastidiado la noche anterior volvió a decirme los mismo "Aléjate de ella, o sufrirás eternamente". Sacudí mi cabeza y no preste atención, pero me estaba preocupando, ella notó lo que me pasaba y decidió preguntarme.
*Mujer: ¿Estás bien Gabriel?
*Gabriel: Un poco preocupado, anoche una voz no me dejo dormir, me decía que me alejara de ti, o si no, sufriría eternamente.
*Mujer: (Alterada)- ¡¿Qué?! No escuches esa voz, solo te fastidia.
*Gabriel: Tranquila, no me alejare de ti hermosa.
Esa mujer estaba nerviosa después de que le conté lo que sucedía, había cambiado, la notaba distante y menos cariñosa. Al llegar a mi casa, ella se quitó el chaleco que tenia y dejó al descubierto su hermoso escote, me la quede mirando por un instante, ella notó que la miraba y se acerco a mí, me abrazo y luego comenzó a besarme. Después de un rato de besos y abrazos la cargue y la lleve a mi cama, ella empezó a desabrocharme la camisa y yo intentaba quitarle la suya, me dejo tocar sus pechos, pero ella evitaba que la desnudara. Al rato de estar besándonos, le pedí que fuéramos más allá de las caricias, pero ella se siguió negando. Varios minutos después de intentar estar con ella, se levantó de la cama y se puso su chaleco, su actitud había cambiado.
*Gabriel: ¿Qué pasa? ¿Ya no quieres estar conmigo?
*Mujer: No, ya no quiero.
*Gabriel: ¿Por qué?
*Mujer: Debes saber quien soy en realidad.
*Gabriel: Desde un principio te pregunte tu nombre, y no quisiste decírmelo, este es el momento.