Rodeados por una multitud de personas civiles y guardias de azul desesperados por atacar, ambos chicos se limitan a observar a cada uno de ellos esperando a que ataquen.
"-El primero en atacar siempre es el primero en caer. -piensan al unísono con una sonrisa pícara."
—Procuren no aburrirme y terminar rápido, quisiera unirme a la pelea que se está presentando por allá –les avisa Kaori a sus variados rivales señalando a sus espaldas como Haru estrella a un guardia de azul contra un muro, noqueándolo.
—Lo mismo digo. –se limita a acotar Rei estando de acuerdo con lo dicho, preparando el arco y flecha en sus manos.
Sin importarles realmente lo que piensen esos dos chicos, los demás se disponen a atacar. Primero al pelivioleta, se le abalanza un grupo de 5 guardias que con sus garras les araña partes vitales pero no a tal punto de morir.
Y como si estuviera en una danza, Kaori se sumerge en esa multitud de gente desgarrando brazos, piernas o estómagos para que quedaran incapacitados y no pudieran volver a pelear en esos momentos.
Por otro lado, Rei utiliza las flechas en sus manos y las va lanzando con su arco deformándolas en el proceso, atacando por grupos a una velocidad abismal; y con las mismas flechas ya lanzadas las redirige para clavarlas a variadas personas, mientras más rápido pudieran eliminar a gente, mejor para ellos.
Así se la pasan un corto periodo de tiempo hasta que cada vez empieza a llegar más y más gente; no es que no pudieran, es que a como iban no iban a terminar pronto. Debido a esto vuelven a estar en el mismo lugar en el que se encontraron en un principio, rodeados de una multitud de personas feroces.
—Esto no tiene fin, si seguimos así no llegaremos a ningún lado –dice Kaori ajustándose los lentes de sol mientras sacude su mano ensangrentada.
—Tenemos que cerrar las puertas si queremos que nadie más pase, pero para ello necesitamos deshacernos de todos los que están aquí y arrebatarle el conjunto de llaves a esos dos gorilas –analiza Rei mirando por el rabillo del ojo a los dos hombres de traje que acababan de entrar a la habitación.
El pelivioleta al escuchar esas instrucciones voltea a ver a esos dos "gorilas", recién entraban a la habitación y solo se disponían a observar todo de forma superior, les parecía que todo estaba bajo control y sin duda alguna si esto llegara a ser falso actuarían.
"-Gente externa pensaría que son del ministro o de la guardia real perteneciente al Rey J, pero no son más que una imitación –piensa Kaori mientras sostiene la cabeza de un guardia de azul –Aunque eso no quiere decir que no sean fuertes."
Lanza al guardia que tenía sujetado a un lado, sacudiendo su vestimenta y arreglándose los lentes.
—Entonces ese es el plan, deshacernos de estas molestas marionetas y robarles las llaves a esos mastodontes –repasa el plan el pelivioleta con una sonrisa, a la vez que responde al ataque de un grupo de personas civiles arañando con sus largas uñas; aunque sin hacer más daño del necesario –Vale, ¿Cuándo iniciamos?
—Ya hemos iniciado. –dicha tal afirmación de las escaleras de donde ellos llegaron y de las puertas por dónde estaban entrando las otras personas aparecen varias flechas.
Al notar esto Kaori alza una ceja dirigiendo su mirada a los ojos del peliazul; desde hacía un rato los notaba más vibrantes, un azul un poco más oscuro y eléctrico, posiblemente su poder.
—Pensé que estabas loco al lanzar flechas a diestra y siniestra antes de llegar, pero ya veo que no es así –dice el pelivioleta con una sonrisa recordando.
(.......)
Horas atrás, en la parte trasera del edificio.
Todos observaban lo que estaba haciendo Rei sin entender el porqué lo hacía; sin embargo, nadie decía nada, solo se limitaban a pensar que posiblemente ya había perdido la cordura.
—Rei ¿Acaso quieres quedarte sin flechas cuando estés peleando? –pregunta Haru sin ningún ápice de miedo o nervios por lo que le pudiera contestar o decir; a diferencia de los demás que al ver la mirada feroz del peliazul se mantenían en silencio.
—Eso no pasará Haru. Quédate quieto y espera a que termine para entrar –responde lanzando con su arco varias flechas al cielo, todo esto mientras éstas desaparecen misteriosamente dispersándose hacia varios lugares.
—Hey chico, no quiero tener que salvar tu trasero cuando no tengas con qué atacar –interviene Kaori con una sonrisa fugaz, realizando una mueca y chasqueando la lengua.
—Espero que no sea al revés. –contesta Rei observándolo por el rabillo del ojo unos minutos, provocando que el pelivioleta alce una ceja por el cambio de color en sus ojos.
El chico ya de por sí tiene una mirada feroz, como un animal sin domesticar; pero al tener activado su poder, esa mirada se intensifica aún más, poniendo a temblar a cualquiera que le faltara fuerza de voluntad.
—He terminado –avisa colocando las flechas sobrantes en su espalda; no había dejado muchas, pero tampoco pocas, lo necesario.
—¡Entremos! –exclama Haru con suma emoción, siendo seguido por los demás.
(.....)
"-Así que esto es lo que tramaba desde un principio.- piensa Kaori riendo por lo bajo."
—Prepárate para atacar, las flechas eliminarán a la mitad de las personas, pero después al ser reutilizadas varias veces y deformadas, se gastan –avisa el peliazul dando un paso al frente, y sin esperar una afirmación del contrario; cierra los ojos descansándolos un poco, para después abrirlos de golpe.
Un fuerte e intenso azul eléctrico con destellos más claros adornan sus ojos; su poder mágico estaba a flor de piel. Las flechas que están en los alrededores se empiezan a deformar convirtiéndose en cuchillas filosas, círculos filosos, y todo lo filoso que pudiera existir; inclusive algunas uniéndose para formar algun tipo de frisbee más grande.
Ya listas tal como quiere su dueño empiezan a viajar a diestra y siniestra por los alrededores de ambos chicos, discapacitando a; como dijo el peliazul desde un principio, la mitad de los que allí se encuentran, ahora ellos teniendo la ventaja.