- Sabes que Niel, déjala si, déjala para que otra persona ocupe el lugar que tu deseas, sabes que aprovechare esta oportunidad para yo acercarme.
- De que hablas Bastián, tu, tu la quieres. No es posible es nuestra hermana.
- Y no hay lazo sanguíneo ni lazo legal que nos una simplemente es por que vivimos juntos y ya, y si yo no puedo por que tu si, dime.
- No lo se, ella, yo soy mas cercano.
- Entonces ve, ve por ella los dos sabemos que entre tu y ella, tu la extrañaras mas que nada, trataras de verla siempre pero adivina que, ella estará del brazo con ese otro tipo.
- Pero y tu por que no vas.
- Si pude reprimir mis sentimientos una vez, puedo dos veces. Eso si si eres tu quien va a su lado, puedo ser feliz.
- Esta bien iré por ella. Gracias.
- De nada Hermano.
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Ella caminaba desconsolada por saber que no le importaba a Niel, pero un abrazo la detuvo. Era el Niel la abrazaba y le pedía que no fuera a aceptar el compromiso con ese tipo.
Mientras que ellos se abrazaban a unos metros del lado derecho de esa cafetería, su hermano salía de la cafetería con una maleta dispuesto a irse pero no por siempre solo el tiempo para olvidar sus sentimientos y asimilar lo que le esperaría al regresar.