Bella estaba sentada en el sofá junto a Trent, su esposo, viendo una película. A ratos Trent la hacía apartar la mirada de la pantalla para llenarla de besos, provocando que riera por lo intenso que estaba siendo esa noche.
— ¿Me vas a dejar ver la película tranquila? Me estoy perdiendo la parte interesante por tu culpa— preguntó entre pequeñas carcajadas por las cosquillas que le estaba haciendo su nariz en su cuello.
— Ya la has visto muchas veces, amor— respondió dejando más besos por su hombro, Trent sentía que nunca tenía suficiente de ella, que necesitaba hacerla saber que la amaba cada segundo del día.
— Pero quiero verla otra vez y no me dejas— su voz carente de reproches, pues estaba encantada con todos los besos que la estaba dando, pero no se lo diría o estropearía el juego.
— Es nuestra noche de amor, Bell, tengo que aprovecharla bien, no se cuando tendremos la próxima— Trent la miró fascinado e hipnotizado con su sonrisa, su cosa favorita de ver, y acarició su mejilla antes de besarla tiernamente.
— Listo, que importa la película, te prefiero a ti— sonrió pícara y se lanzo a sus brazos, cayeron tumbados en el sofá, él la abrazo riendo para seguir con los besos.
…….
Bella despertó de ese maravilloso sueño, un recuerdo tan preciado para ella, sintiendo ganas de llorar, últimamente no hacia más que eso.
Se dio la vuelta en la cama sabiendo que Trent ya no se encontraba en ella, mas se sorprendió al verle allí aun mirando a la nada.
Trent solo pensaba en como habían cambiado las cosas entre ellos en solo unos pocos meses. Bella se negaba a dejar que la abrazara, besara o hiciera el amor, sus ojos ya no lo miraban igual y no sabía que había pasado para que fuera así.
Sin ganas, se levantó de la cama yendo al baño. Al salir la vio, sentada en la cama con lágrimas en sus ojos, el corazón de Trent se estrujo por ello.
— Sé tu secreto— dijo, mirándolo— sé la razón de que te vayas tan pronto por la mañana y vuelvas tan tarde— Trent se asustó, lo había guardado tan bien.
— ¿Cómo te has enterado?— preguntó, logrando ocultar sus emociones, si de verdad lo sabía…
— Es demasiado obvio, lo iba a saber tarde o temprano— maldijo en su cabeza por no haber sido más cuidadoso— sé que tienes una amante— esperó pensando que había escuchado mal.
— ¿Qué yo qué?— la miró como si se hubiera vuelto loca.
— Que tienes una amante.
— Si ya pensaba que habías perdido la cabeza me lo acabas de confirmar— río sin rastro de humor— no tengo ni idea de como se te podría ocurrir algo así.
— Deja de negarlo, se que me estas engañando.
— Con mi mano te engaño, ya que no me dejas tocarte tengo que buscar mis propios medios— abrió la puerta del armario con enfado y sacó la ropa arrojándola en la cama— no sé para que sigo intentándolo, pensaba que solo seria momentáneo toda esta cosa pero ya veo que no— se vistió sintiendo la ira más intensa cada segundo que pasaba— cuando quieras decirme que mierda te pasa hablamos, hasta entonces dormiré en el salón, me voy a trabajar en el proyecto que esta consumiendo mis energías— cerró la puerta con un portazo, asustando un poco a Bella.
— Trent— susurró a la puerta, sin atreverse a seguirlo.
(… )
Trent llevaba ya semanas durmiendo en el sofá y Bella seguía sin decirle lo que estaba pasando realmente. Estaba desesperado por ello, extrañaba tanto a su mujer de siempre, pero más extrañaba dormir con ella entre sus brazos.
Entró a la cocina a beber un poco de agua cuando sus ojos fueron al calendario, por curiosidad, viendo que faltaban solo unos días para su aniversario de boda. Suspiró rendido, casi cinco años de matrimonio y más cerca de que se desmoronara la vida que habían construido juntos.
Hacia tanto tiempo que no escuchaba las palabras te amo de su boca que no sabía si seguía allí. Ya no sabía nada referente a Bella y eso lo estaba matando.
Bella lo observó escondida desde el marco de la puerta, respiró para darse valor pero no pudo reunir el suficiente para animarse a enfrentarlo. Sintió las lágrimas llenar sus ojos impotente por lo cobarde que era. Salió disparada a su cuarto buscando refugió en él.
Se dejó caer en la cama donde se hizo una bola, los sollozos llenaron el lugar en segundos.
No comprendía porqué Trent seguía allí, estaba haciendo todo lo posible para que la dejara y sin embargo parecía no ser consciente de sus intentos.
Creyó que si lo acusaba de tener una amante se enfadaría tanto que la dejaría, había estado saboteado su matrimonio durante meses y nada parecía surtir el efecto que ella quería.
— ¿Qué esta pasando, Bella?— Trent preguntó rodeándola con sus brazos tras acostarse con ella en la cama— dímelo, todo estará bien— negó refugiándose en su abrazo— ¿crees que no sé lo que has estado haciendo los últimos meses? En las buenas y en las malas, pero sobretodo en las peores, prometo estar siempre a tu lado— recitó uno de sus votos.
— Soy estéril, no puedo darte hijos— soltó sin anestesia, Trent se alejo por la sorpresa que esa noticia de produjo— por eso estaba intentando que me dejaras, mereces a alguien que pueda darte lo que yo no puedo— más sorpresa, pero más que nada ira.
— Lo has conseguido, Bella, me voy— Trent se levantó y con furia azotó la puerta de salida, no podía creer la estupidez que Bella había sido capaz de decir.
Bella gimió antes de intentar ir tras él pero de nada sirvió, ya se había marchado de allí, cayó rendida en el suelo. Quería que se fuera pero ahora que lo había logrado se arrepentía mucho, su mundo se vino abajo en unos segundos, solo le quedaba ver lo que ocurriría en los próximos días.
(…)
Trent suspiró antes de dejar el regalo, uno de ellos, sobre la cama, siguió dejando regalos por el resto de la casa, aprovechando que Bella no estaba en casa en ese momento.