Qué curioso es, escuchando una alegre canción en la radio de pronto pensé: «A la música no le importa lo que pasa a su alrededor. Puede estar ocurriendo la mayor desgracia y ella no lo notará. La melodía seguiría a tiempo, el cantante diría su próxima línea... Mientras que del otro lado del parlante el diluvio, el asesinato o el solitario suicidio aún ocurrirían. Sería lo último que oirías con tu último aliento, esa alegre canción de rock de otros tiempos, de la década en la que hubieras amado nacer para vivir más conectado a la gente, menos atado a tu celular o la computadora. Pero ya eso no te importa. La próxima vez lo harás mejor»