Mi madre se reía junto a mí y parecía feliz, de repente cayó al suelo, me acerqué con lágrimas en mis ojos
—!Mamá, estás bien¡
—Si, lo estoy, no te preocupes soy fuerte —la abracé
El sueño me abandonó y recordé que mi madre ya no se encontraba con vida y mis lágrimas cayeron sin cesar.