En la mente de la rubia genérica.

Otro día de clases más, no me gustaba estar en el instituto, es más, por mí me esfumo para unas vacaciones en la playa, y no porque fuera mala en clase, sino que detestaba la actitud condescendiente con la que me trataban los maestros, antes me encantaban las matemáticas y ahora se me hacen insufribles, si intentaba levantar la mano para responder, de una vez el maestro me decía: “ ¿Qué pasa?, ¿no entendiste?” con un tono que me irritaba; desde que me teñí el cabello a rubio, sentí como si ya no me tomaran en serio y mucho más al saber que tenía una vida sexual activa.

¿Qué había de malo en querer tener sexo con un chico que me llame la atención y que esté soltero?, me cuido y es mi cuerpo, no de ellos. Yo solía tener encuentros con el chico malo del instituto, su actitud se me hacía insufrible, tenía el ego más grande que Rusia, él se mete en problemas, a veces no asistía a clases, era serio en todo momento, en fin, un pedazo de mierda que no lo quisiera ni de novio, pero el sexo con él no era malo, con tal de que no hiciera algo que me desagradara.

Ponerme ropa corta me hacía sentir cómoda conmigo misma, hasta yo me piropeaba frente al espejo, ya que prefiero yo misma darme halagos en vez de un viejo pervertido de la calle, una vez uno me nalgueó diciéndome que yo le había provocado con mis shorts cortos, tanto fue mi enojo que me saqué un tacón y se lo encajé en la cara para después salir corriendo.

Mi amigo Tobías me llevó hasta el instituto en su auto, al bajar me reuní con mis dos amigas, compartía hobbys con ellas, un ejemplo: la ropa, nos interesaba estudiar para ser diseñadoras de moda, Abigaíl quería que las chicas que no cumplieran con la altura estándar para el modelaje, pudiesen participar; Cassandra quería que personas con discapacidad pudiesen participar, ya que su hermana, quien tenía el sueño de modelar, tuvo un accidente que la dejó sin un brazo y con su sueño destrozado; yo, por mi parte, me interesaban sus puntos de vista y las apoyaba, aunque yo estaba interesada un poco en hacer prendas unisex.

―Oigan, sé que dije que no me gusta que me celebren mi cumpleaños, pero mi hermano no ha dejado de insistir en hacerme una fiesta, supongo porque quiere ser popular en su universidad ―nos dijo Abigaíl en modo de queja―. Me gustan las fiestas, pero detesto que sea por mi cumpleaños.

Yo me reí.

―Espero que no hagas como en tu anterior cumpleaños ―dije intentando no reír―. Te metiste con el policía para que tu hermano no acabara en prisión por haberse golpeado con otro chico en estado de embriagues, y de paso, echaste a todo el mundo para quedarte con el pastel tú sola.

Cassandra y yo carcajeamos al ver el entrecejo de Abigaíl fruncido y con sus brazos cruzados.

―No se burlen de mí, además ese policía de mierda aprovechó de que se trataba de mi hermano para meterme mano, al final, me vengué, me comuniqué con su esposa y ella se divorció de ese imbécil, ya que no era la primera vez que se aprovechaba de su “poder” para meterse con una mujer.

―Me asombra, por un momento pensé que iba a ser de esas viejas casadas que le echan la culpa a las amantes en vez de a su marido ya que “fue seducido por una puta” ―comentó Cassandra―. Cambiando de tema, tienes unas tetas que me seducen.

―Gracias ―dije siguiéndole el juego― Y tú tienes un culo espectacular, si fuera un hombre, te la metería por detrás.

―Creo que ya te excitaste ―opinó Aby con una sonrisa pícara mientras sostenía su bebida―. A veces pienso que ambas son capaces de echarse mano cuando menos me lo espere.

―Quién sabe ―pronunció Cassy con una sonrisa ladina antes de que nos empezáramos a reír― Oigan, ¿no se les hace extraño a Tyler?

Yo arqueé una ceja cuando habló de nuestro chico malo de instituto.

―¿Qué pasa con él?

―Parece que se fijó en la chica nueva que va a las mismas clases que tú, Ámber.

―¿La chica guapa, inteligente que siempre anda callada, que usa anteojos y que se pone ropa holgada? ―inquirí, intentando recordar un poco más de su aspecto, no era de extrañar que nuestro bad boy se hubiese fijado en ella, esa chica estaba guapa incluso sin maquillarse, me extrañaría de que la pasara de largo.

―Sí, con esa chica, no me acuerdo de su nombre. No deja de acorralarla cuando piensa que nadie los ve, piensa que así la logrará conquistar.

―Pobrecilla, espero que use su intelecto para quitarse a ese zoquete de encima, bueno, a menos de que solo quiera sexo, yo no se lo negaría, ni a ella.

―A veces pienso que te follarías a una mujer si quisieras, Ámber ―bromeó Abigaíl.

―Tengo mente griega, admiro la belleza de cada quien.

[…]

Hubo un momento de descanso, el cual, tuve sexo con el bruto de Tyler en el baño intentando no ser descubiertos, es el lugar poco higiénico que se le ocurrió a este bad boy, pero admito que me emocionaba la idea de no ser descubierta mientras lo hacía y creo que a Tyler también. Sonó la campana para que todos entráramos a clases.

―Bueno, ya tengo que irme ―dije, ya que me tocaba clases de arte y ni loca me pierdo esas clases, eran fundamental para la carrera que iba a estudiar.

―¿Por qué no nos quedamos un poco más? ―incitó con una sonrisa de medio lado.

―Me encantaría, pero no quiero preocupar a mi profesora de arte. ―Admito que es mi profesora favorita, nunca me cuestionaba en cómo iba vestida o por mi forma de vida, ella le encantaba saber que yo la tomaba en serio a diferencia de muchos de mis compañeros y tiene un perro encantador.

―Qué aburrido.

Empecé a acomodar mi ropa, pero me quedo congelada al ver que alguien nos descubrió y ese alguien era la chica nueva de mi clase, y como no recuerdo su nombre, le diré Guapa en mi mente. En fin, Guapa estaba atónita por la escena y hasta pareció enojarse e irse.

―¿No es la chica que te interesa?

Sé que Tyler quiere correr detrás de ella, pero pone la sonrisa ladina, supongo que quiere conservar su cara de chico malo y mujeriego.