Relatos cortos de un cuervo colorido.

Las siete puertas.

Solía dormir a las ocho de la noche como costumbre, sin embargo, mi vida laboral se ha apoderado de mi horario de dormir y modificarlo a su antojo. Esas horas pasaban cosas extrañas, tal vez yo las considero extrañas por mi cansancio.

¿Cuáles cosas extrañas?, me preguntarás tú; y yo responderé: tengo la extraña sensación de que mi apartamento se agranda. No, no estoy mintiendo en ello. Una vez cuando me dirigí a mi habitación para dormir, me encontré la sorpresa de otras puertas parecidas a la de mi habitación. Tanto fue mi miedo que no me atreví a abrir ninguna.

Tengo miedo de abrir una puerta y encontrar algo que no sea mi habitación.

Una noche las conté, son siete puertas idénticas; con los mismos stickers que una vez pegó mi sobrino. Por eso prefiero dormir en mi escritorio.

Me tocó hacer un trabajo hasta tarde con un compañero, estuve más confiado, porque él se quedaría a dormir y tal vez esas siete puertas solo sean una alucinación mía. El trabajo que teníamos que realizar fue tan largo que nuestros ojos ardieron de tanto ver el monitor y las letras empezaron a distorsionarse.

―Tengo tanto sueño que creo que me voy a caer muerto en este mismo instante ―expresó tras un sonoro bostezo―. ¿Dormiré en tu sofá?

―Para nada, saqué otro colchón en mi habitación, puedes dormir ahí, tienes menos riesgos de ser devorado por los zancudos.

Okey, okey, voy a dormir ahí.

Mi compañero se levantó de su asiento y luego se dirigió el pasillo que conduce a mi habitación, al poco tiempo regresó y dijo:

―¿Cuál de todas estas puestas es tu habitación?

―¿Todas? Solo hay una puerta en mi pasillo a parte la del baño.

―No bromees, ¿por qué alquilaste un apartamento con tantas puertas?, pensé que vivías solo.

―Vivo solo.

Mi temor se había confirmado, no soy el único que ve esas puertas y eso más miedo me da, ¿ocurría lo mismo cuando yo dormía temprano?

―Si es así, deberías alquilarme una, pero ¿por qué todas tienen los mismos malditos stickers?

―Te digo la verdad, solo hay una habitación, es solo que parecen aparecer siete puertas a altas horas de la noche ―expliqué.

―Debes estar bromeando, si quieres inventarte algo con respecto a tu casa, invéntate un fantasma o qué sé yo. ¿Cuál de todas las puertas es tu habitación?

Me rendí en explicarle lo que estaba ocurriendo, así que dije:

―Abre cualquiera de ellas.

Él bufó y abrió la primera que tuvo cerca y se adentró en ella chistando y con mal humor, me imagino que se debe al cansancio.

Desde ese día no volví a verlo.



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En el texto hay: humor, de todo, lgbt

Editado: 27.02.2021

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