Jamás he creído en las cosas paranormales, mucho menos religiosas y en algunos casos sorprendía pues provengo de una familia con mucha devoción al señor de los cielos. Sin embargo debo admitir que aunque no creo en espíritus ni al temible y oscuro ángel caído nombrado lucifer, me atrae de cierta forma las oscuras historias que puedo encontrar navegando desde mi celular. Aquellas historias jamás me han hecho sentir miedo, pero provocan en mi mucha curiosidad e intriga.
Por ello, aun sabiendo que es cerca de las 3:00 a.m., me encuentro buscando algún relato paranormal desde el navegador de mi celular. Me encuentro sentada en la silla con ruedas del escritorio que se haya apegado a la pared de mi cuarto, dándole la espalda a la cama y paseando la vista por la pantalla del celular encontré una peculiar sala de chats, la temática de aquella sala era sobre lo paranormal, compartir experiencias, historias, anécdotas cortas, e incluso imágenes mórbidas y que te hielen la sangre.
Mi curiosidad me llevo a pulsar el enlace directo a la sala, se abrió una pestaña de color amarillo con un mensaje escrito, Sonreí con el ingenioso mensaje
NO SIENTAS MIEDO, ELLOS PODRIAN OLERLO.
En mi pantalla se desplego la sala de chat. Ahora me encontraba en la sala general, donde todos interactuaban y hablaban entre sí. También se podía enviar mensajes por privado pero sinceramente creí más divertido interactuar en la sala general, algunas personas del chat me mandaban mensajes internos pero yo prefería ignorarlos y cerrar todas las ventanas de chats privados.
Tenía expectativas muy altas sobre la sala de chat, sin embargo me decepcione muy rápido al ver lo aburrido que era. Creí que sería interesante estar con más personas que compartieran mi miso deseo de curiosidad con el terror y lo sobre natural, sin embargo la sala parecía una página de ligue diseñada para conocer personas en vez de una de terror, eran pocas las personas que compartían relatos o experiencias del más allá, y esas pocas historias no merecían la pena ser leídas.
Tapando mi bostezo con una de mis manos creí que era hora de salir de la penosa sala e ir a dormir, lo hubiera hecho de no ser por un nuevo mensaje que tenía por interno, el nombre del usuario era raro pues simplemente llevaba tres ceros. Aunque el nickname me parecía raro pues creí que debías poner por lo menos una letra o un numero en tu nombre de usuario para ingresar a la sala, no le tome mucha importancia, tampoco quise abrir el mensaje y solo dirigí mi dedo índice a la equis (x) que se debía presionar para cerrar el chat, sin embargo este no cerraba.
Pulse repetidas veces sobre el icono de salida para cerrar el chat privado, sin embargo no funcionaba, al final me aventure y abrí el chat con curiosidad picándome en todo el cuerpo.
000: ¡Hola!
No estoy interesada en hablar a estas horas con alguien, por ese motivo intente cerrar nuevamente el chat, pero fueron esfuerzos en vano. Otro mensaje apareció en la pantalla de mi celular y este logro llamar mi atención por completo, incluso me atrevo a decir que al terminar de leer el mensaje mi piel se erizo y un escalofrió subió por mi espalda.
000: No trates de borrar la conversación, es inútil.
Confundida y excesivamente curiosa coloque mis manos en el teclado y mis dedos se guiaron solos por las letras.
SandraPesantez19: ¿Quién eres?
Creí que respondiendo a los mensajes podría abandonar la sala de chat, pero nuevamente me equivoque. El usuario al otro lado de la pantalla comenzó a escribir un nuevo mensaje. Por mi nuca sentía recorrer un fino hilo de sudor el cual activo mis sensores nerviosos.
000: El chat general es muy aburrido, como habrás visto ¿No te apetece oír una verdadera historia de miedo?
000: ¿Crees en lo paranormal?
Mis manos temblaban y mi cuerpo se comenzó a estremecer debido al repentino frio que comenzó a producirse en mi habitación, aun así nunca despegue los ojos de la pantalla de mi móvil. Mi nuca comenzó a doler y en algunas ocasiones las masajeaba un poco con la yema de los dedos mientras seguía pensado en lo que debía responder.
SandraPesantez19: No, no creo en esas cosas.
El usuario volvió nuevamente preguntar lo que no respondí.
000: ¿No te apetece oír una verdadera historia de miedo?
La conversación no estaba teniendo sentido, el desconocido con el que me encontraba hablando simplemente parecía ser un gracioso sin nada que hacer más que querer dar miedo en una sala de chats, era una de esas personas que querían asustar con patéticas historias de terror que encontraban en la primera página web que les apareciera.
Editado: 16.01.2019