Desde el cajón.

Aquí me hallo en la oscuridad. Quiero decirle a Usted lector, ¡uff,! el aire, se me agota, pero quiero mencionarle. Que donde me encuentro, es un lugar muy cómodo, apacible. El terciopelo del forraje, la madera que aún tiene el olor al barniz de un pastel recién horneado, y mis ropas son tan elegantes como a mí me gusta. Un saco color negro de mis días de juventud, unos pantalones a rayas marrones, la camisa blanca color crema. En el bolsillo, una copia de nota que le escribí a ella. La verá en su mesa de luz. Me han dejado un libro de relatos, y antes de que esto termine, le expresaré todo este terror que me invade en el corazón que apenas late. Cada cuento que le narraré será una pesadilla en estas palabras póstumas, y lo comento a título de que ya ¡Uff! Las malditas bocanas carajo. Y como le expresaba, que a título de un último suspiro me iré al otro mundo causando el mayor de los pánicos en cada una de las palabras. ¡Ja!,¡ja!,¡ja! Si me rio, y me burlo de la maldita muerte.

Y aquí está en penumbras, y el olor del petricor se manifiesta. Tal vez este lloviendo. Huelo al barniz, y al tinte de este libro amarillento que comienza los relatos de terror y misterio.

¡Uff! Tomaré un respiro, poco, queda muy poco. Página número uno, arrancaré con la verosímil formación de palabras acotadas por mi debilidad. Apenas puedo moverme, tengo fobia al encierro, y fobia a los seres humanos, y a las razas, y las religiones, a las alturas, a los acontecimientos, a los encierros programados, a los chalecos de fuerza, a la carne, a la sangre, a las mentiras, e hipocresía, a la vida. Tengo fobia a todo menos a la verdad, y la tranquilidad que solo la soledad de éste cuarto diminuto me produce. Página número uno, y comencemos. No se asuste, no tema, el juego comienza.

¡Ahh!, respiro hondo, cada bocanada es un logro......