En una calle de California vivía un joven llamado Anderson, no sabia leer, ni escribir, tampoco hablaba bien, no tenia amigos, ni familiares que lo pudieran ayudar; su madre lo había abandonado tras el rechazo de su padre, quien al saber que iba a tener un hijo los abandono.
Un día muy de mañana 11 de marzo Anderson estuvo caminando por las calles de California, un grupo de muchachos comenzaron a burlarse de él, Anderson con su triste rostro comenzó a correr desesperadamente y en un instante todo se movía lentamente y unas luces que lo señalaban se acercaban poco a poco a él, luego fue impulsado por un automóvil a una calle de donde estaba, al abrir los ojos se vio encontrado en una camilla, rodeado de personas con uniforme de color azul y un señor vestido con una bata blanca y colgándole del cuello un estetoscopio, en ese mismo momento su vista comenzó a nublarse hasta que sus ojos se hubieron cerrado quedando en un estado de coma.
Mientras Anderson dormía vio frente a él que había una puerta muy grande y arriba de ella había un letrero con letras escritas en oro cristalino que decía: “Regnum Sapientiae”, en un instante la puerta fue abierta y detrás de ella estaba un señor vestido todo de blanco e inmediatamente el hombre le dijo: -Bienvenido, te estuvimos esperando, yo soy Christus.
Un poco confundido Anderson pensaba que había muerto. Él impresionado por los hermosos paisajes cristalinos y de las muchas piedras preciosas que habían a su alrededor escuchaba atentamente lo que le decía y le enseñaba Christus. –Soy el dueño de todo lo que ves aquí –dijo christus-, aquí aprenderás todo lo que aquí sabemos y te servirá para el éxito, el estudio, el pensamiento y todo lo que te pueda ayudar en la vida, todo esto lo aprenderás en solo cinco días, pero hoy te enseñaremos cada uno de los lugares del reino de la sabiduría, y al ultimo día gozaras con nosotros y disfrutaras de un gran banquete que te estarán preparando, luego saldrás de este lugar y no te sentirás como antes, serás una persona nueva, sabia, buena, y serás una persona muy importante para la humanidad……
Llegado ya el ultimo día, Anderson ya había aprendido en cinco días lo que normalmente una persona se aprende en toda la vida. -Ha llegado el gran día –dijo christus-, vamos gocemos y disfrutemos de las maravillas de este reino.
Fueron Anderson y Christus a ver las grandes y maravillosas bibliotecas y los hermosos libros escritos por los más sabios y poéticos escritores de la historia en el universo, las palabras escritas por esos escritores cautivaban y tocaban hasta lo más profundo del corazón, le daban alegría a la vida y motivación al lector. Luego después de haber disfrutado de todo el banquete, Christus despidió a Anderson con gran discurso y al finalizar le dijo: sabiduría recibiste, da tú también de lo que te hemos dado.
Por un momento hubo gran silencio que sólo se podía escuchar el aire fresco y los pájaros cantando hermosas y relajantes melodías, luego lentamente el cuerpo de Anderson se fue alejando de aquel lugar, al cerrar los parpados, y al abrirlos había un doctor frente a él que le pregunto:
-¿Cómo te sientes? -Pero Anderson no respondió a su pregunta.
– ¿Qué día es hoy? -solo dijo.
–Hoy es 18 de marzo y son las seis de la mañana –respondió el doctor -, usted tiene orden de salida, en el vestidor le dejaron una muda de ropa. Anderson luego se vistió y salió del hospital, al salir encontró un papel en un bolsillo de su pantalón que tenia un numero de lotería, en ese mismo momento fue anunciado el numero ganador y resulto siendo el mismo numero del papel.
Al pasar los años Anderson llego a ser uno de los más grandes de la tierra, por lo que fue presidente de E.E. U.U. de América, dueño de unas de las empresas más reconocidas del mundo, escritor de mas de trescientos libros y un gran ejemplo para la humanidad por lo que regalaba una gran parte de sus bienes a los pobres diciendo: -Con esto cumplo y culmino con mi propósito aquí en la tierra y se cumple una parte de mis sueños...