La música invadía el lugar
Lilliam y Zoe escuchaban Where them girls al máximo volumen que les permitía la bocina Bosé que estaban empacando junto al resto de pocas cosas faltantes en la habitación (unos cuantos vestigios de ropa de Oliver, Piezas de maquillaje de Zoe, y CD's) en la adicción del sonido al estilo electronico era imposible no mover el cuerpo al ritmo de la música, sonreír al acompañante y reír invitando a pasos tontos y burlescos. Al término de la canción, tomaron asiento y se miraron la una a la otra mientras recuperaban el ritmo pasivo y calmado de una despedida.
Zoe pudo dilucidar a la chica que tanto la hacía sentir incómoda, era raro, sentía empatía por ella y una especie de celos, ella, su competencia en el grupo, ella era la que siempre era vista por los hombres, la que siempre llamaba la atención y resaltaba ¿Cómo no hacerlo? Sin importar que usara ya que sus atuendos siempre eran tan casuales, lograba verse tan bien con ese cuerpo que tanta mujeres envidian y tantos hombres desean, pero no era eso, no podría sentir celos, no podría guardarle rencor por eso, Lilliam siempre era una chica tan dulce, amable, con una voz preciosa que seguramente era cálida por lo que reflejaba en su interior, lograba siempre dar un aire tan cálido y tan seguro, sin contener ningún segundo, era como si fuera el fuego de euforia en todo lugar en el que se encontrara, incluso con ella, que en ocasiones tenían sus choques, era sorprendente cuan dulce y cariñosa podría llegar a ser, subiendo el ánimo a quien se tope, hablando y consolando a los demás, ¿Cómo se podría tener una pizca de rencor a una chica como ella? Zoe conocía la respuesta, aunque no le gustaba; era Mateo, era él, Zoe sabía que ella tenía el corazón de Mateo, él siempre estuvo enamorado de ella ¿Quién no lo estaría? Podía notarlo por cómo se notaba tímido ante ella, Mateo no es tímido con nadie, ¿Por qué con ella sí lo era? Podía darse cuenta de cómo la miraba, de cómo la escuchaba, de cómo quedaba cautivo de su encanto femenino, Mateo había preferido a Lilliam, y eso le provocaba unos celos inconscientes a Zoe, le provocaba cierta rivalidad, aunque seguía sin terminar de comprender él porque
Lilliam miraba a Zoe. Al verla no podía sentirse de otra manera más que avergonzada, quedaba intimidada por como siempre lograba superarla, como era tan grande y tan fuerte, veía el cómo (a diferencia de ella) lograba siempre mantenerse firme ante su opinión y mucho menos tenía miedo de expresarse, tenía un cuerpo esplendido, definido, y esa piel clara llena de pecas que conquistaban al hombre que se pusiera enfrente, sumado a esos ojos verdes tan hermosos que hacían de su belleza algo que incomodara y aplastara a cualquier otra chica alrededor, Lilliam se sentía un poco incomoda cuando estaba a solas con Zoe, no sabía de que hablar exactamente con ella, porque en todas las ocasiones en que se entabla una conversación siempre se termina hablando del amor, y consciente o inconscientemente, terminarían hablando Mateo, Mateo ¿Por qué le molestaba tanto? Ella tenía miedo y un poco de agonía al ver como Mateo estaba enamorado de Zoe, podía notar el cómo se hablaba con Zoe con tal confianza que siempre mostraba una seguridad y confianza que no tenía con ella, llevaban tanto tiempo juntos y su conexión era mucho más íntima que la que tenía con ella, se sentía derrotada, sin saber porque, no terminaba de comprender totalmente, solo era una pequeña astilla sentimental que picaba en su corazón
-¿te sientes bien con irte tan pronto? – Zoe logró sorprender a la Texana
-¿Por qué preguntas? – seguía confundida
-Claro, digo, vuelves a dejar tu tierra natal, y solo estuvimos cuatro días…bueno, y hoy partimos en la tarde, lo único que hicimos fue llegar, dar el recorrido, el zoológico, el airway, ir a downtown, el parque de diversiones y las salidas nocturnas, pasamos la noche y hoy nos vamos
-no, para nada, estoy muy bien, me siento bien, me la pasé aquí toda mi vida, me encantó que vinieran y que pudiera mostrarles a ustedes las mejores cosas
-¿el lugar de crepas es lo mejor de Texas?
-o por lo menos mis favoritas, y para ser sincera, aquí es mucho ambiente hogareño, creo que fue la elección perfecta para empezar el viaje, para calentar, venir a tocar con la banda, este hotel, el parque, el airway, todo ha sido fantástico
- tienes razón, da un reconfort bonito
-si, pero no me siento triste, estoy emocionada, iremos a otros lugares
-aunque todavía no sabemos bien el plan de Mateo
-¿crees que le haya gustado? – y como si fuera adivina, ahí estaba, estaban hablando de él.
Oliver pagaba las cuentas
Reía mientras guardaba el dinero en la cartera, tanto para otorgar una sonrisa a la recepcionista que se había enamorado de aquel hombre atractivo, alto y de excelentes modales. Reía al recordar la expresión de Mateo al beber su primera cerveza en Downtown, justo después de llegar, esa misma noche quiso ir a un bar para probarla, y fue grandioso en toda la extensión de la palabra, pues él tomaba con confianza la suya, mientra que el chico al que siempre se refería como hermano o “Calvo” ponía Gestos de horror al degustar lo que sería sus primeras gota de alcohol en la lengua “sabe a culo, ¿porque diablos la beben” e instantáneamente Oliver dijo la respuesta que venía preparando desde la llegada a Texas “porque hace que todo se sienta menos como el culo” todo sonrieron, impresionados ante tal respuesta, después rieron, irónicos ante esa soberbia. El viaje en Texas había sido maravilloso, pero el viaje debía proseguir, si bien, Oliver, el Capitán, era el que tenía puestas todas las locaciones hacía donde ir, era Mateo el verdadero líder a seguir, el viaje había sido idea suya, había sido pedido suyo y había sido su manera de despedirse según el… así que se acercaba al cuarto donde se encontraban Zoe y Lilliam, mientras pensaba en el siguiente objetivo y las maneras de llegar, la sorisa se borraba al recordar como su Hermano le había pedido el viaje, como con suplicas les decía a todos en la noche de la tormenta como quería y porque realizar al viaje…
Oliver cuestionaba si era correcta o incorrecta la manera de realizar aquella travesía que desde el inicio le sonaba suicida, pero llegó al cuarto y no le dio tiempo de responderse así mismo.