El tren que llega.

Todo a tu alrededor es niebla.

Sientes que acabas de despertar pero en realidad no recuerdas haber dormido.

La niebla comienza a disiparse y muestra un camino en frente de ti, son vías de tren y alrededor solo hay piedras, empiezas a caminar.

Mientras mas te adentras la niebla desaparece y alcanzas a ver varias construcciones, parecieran casas, pero sin terminarse de construir, no parecen destruidas, sino, pausadas.

Sigues caminando, no reconoces el lugar pero empiezan a haber más caminos, todo esta lleno de pasto seco, decides desviarte de las vías.

A lo lejos se observa una construcción, es más alta que todas las demás casas, alcanzas a distinguir que es de tres pisos, pareciera que iba a llevar ventanas muy grandes, es impresionante.

Quieres ir ahí, no, necesitas ir ahí, sientes que esa es la razón por la que despertaste en este lugar (si es que despertaste y no que tu vida comenzo en el instante en el que abriste los ojos, porque tienes esa sensación).

Llegas al edificio, no hay nada a excepción de las escaleras en el rincón contrario de la puerta, caminas hacia ellas y tus pasos hacen demasiado eco, pero eso no importa mucho.

La última planta ni siquiera tiene techo, hace demasiado sol, puedes ver todo el lugar a través de los grandes espacios abiertos que probablemente serían para las ventanas, es muy relajante.

Decides sentarte en el suelo, cumpliste y llegaste a tu destino, pero algo perturba la paz, eco de pasos en las escaleras, tienes que irte de ahí, correr, no sabes porque, pero sabes que no es bueno que eso este pasando, tendrás que bajar y prepararte si es que encuentras a alguien.

Antes de bajar por completo volteas a esos grandes ventanales fantasmas para verlos probablemente por última vez, pero alguien esta haciendo exactamente lo mismo, es un  hombre demasiado alto, con una larga gabardina negra a juego con su sombrero, esta de espaldas observando a ese pueblo no construido.

Corres, bajas demasiado rápido y sales de ese edificio, escuchas que pasos bajan, también van muy rápido.

Sigues corriendo e intentas encontrar las vías para que te lleven a una posible salida.

Las encuentras y sigues corriendo, volteas y el hombre viene detrás de ti, también esta corriendo, quiere atraparte.

Escuchas algo, es un ruido demasiado fuerte, es un tren, esta cerca, lo empiezas a distinguir entre la niebla, decides que tienes que subirte.

Te haces a un lado para dejarlo pasar y después brincar hacia el, lo logras, no iba demasiado rápido, estás en un vagón pequeño, a penas y entrarían dos personas, tiene las puertas abiertas y no puedes cerrarlas.

Volteas para saber en donde esta tu enemigo y si te has librado de él, al parecer si, no se distingue en ninguna de las direcciones.

Te sientas en los acolchonados sillones que hay y suspiras, todo eso fue demasiado extraño, giras la vista hacia arriba y ahí está, justo frente a ti.