Sordo bullicio del silencio:
El palpitar bombeante del alma carmesí
que se inflan junto a los pulmones
agitados por la violencia serena,
el torrente estruendoso de la vida
que fluye roja a través de las
vías
del recipiente al que llamamos cuerpo,
la bruma invisible susurra en nuestro interior
entra y sale por nuestra boca callada,
los sonidos del oído sordo llenan lo vacío sin llenarlo nunca.
Soy el ruido que calla,
el silencio que grita mudo,
llenando la silla de la sala de mi mente
mientras las alucinaciones de la locura
afloran en la cabeza,
la misma que extraña la música.
El hombre no puede vivir en silencio,
la paz ruidosa nos llena,
y el silencio apacible nos lleva a la locura.
La oscuridad luminosa de estar mudo
queriendo gritar
lo mucho que nos gusta el silencio
cuando hace ruido para hacernos callar.