Ya me tengo que ir,
no quiero hacerlo,
pero no tengo otra opción.
Tengo que dejarte solo,
abandonarte a tu suerte,
al riesgo de morir de hambre
o muerto por alguna desgracia del destino.
Me llevo tu amor,
tu cariño,
tu sonrisa,
tu mirada,
el olor al café y cacao,
los rayos del catatumbo,
el sol naciente de los llanos
y el agua del gran lago,
me llevo todo en la maleta.
Me voy lejos,
sin envidiarle el vuelo al turpial,
llevo en mi sangre la espuma del mar
y tu horizonte en mis ojos.
El ritmo de las gaitas
y llaneras guiaran mi camino,
y el Gloria Al Bravo pueblo retumbará
en el aire.
Volveré a ustedes,
volveré a brillar.
Soy el viento en la miez,
soy el sonido del cuatro,
soy el olor de las arepas,
soy la belleza de la selva y los médanos,
soy la imponencia de los tepuyes.
... Soy Venezuela.