Capítulo 710: No me importa quién seas

Todos notaron que había una química muy real entre ellos, pero ninguno de los dos se confesaba su cariño, por lo que necesitaban un poco de ayuda. Por lo tanto, nadie más en la sala privada se adelantó a ayudar a Cao Wenxin a levantarse, excepto Xin Bei.

Aunque Xin Bei no estaba dispuesto a dejar que Cao Wenxin dejará sus brazos, después de todo no eran pareja, por lo que no era apropiado.

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Cao Wenxin se sonrojó y no se atrevió a mirar a Xin Bei a los ojos. Xin Bei también se sintió incómodo.

-”Xin Bei, ¿por qué no llevas a Wenxin a casa?”, dijo Xu Jinchen y era obvio que les estaba dando la oportunidad de pasar un tiempo juntos a solas.

-”No, gracias, yo….” Cao Wenxin negó inconscientemente, no porque no quisiera que Xin Bei la llevará a casa, sino porque se sentía demasiado avergonzada de enfrentar a Xin Bei ahora.

-”¿Está segura? Ya es muy tarde y no es seguro coger un taxi para ir a casa”, le dijo Xu Jinchen a Cao Wenxin antes de que pudiera terminar la oración. -”Xin Bei es el único que no ha bebido demasiado, por lo que es el único que puede llevarte a casa”.

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Xu Jinchen salió de inmediato. Había bebido mucho y ahora tenía ganas de dormir. Todos los demás se fueron sin demora y solo Cao Wenxin y Xin Bei se quedaron en la habitación.

Cao Wenxin abrió la boca, pero no sabía qué decir. Además, no había nadie que quisiera escuchar, por lo que solo podía cerrar la boca.

-”¿De verdad me odias?” XIn Bei preguntó de repente, sintiéndose herido y triste.

-”Por supuesto que no” Cao Wenxin lo negó de inmediato. Ella no lo odiaba. En cambio, ahora le gustaba, razón por la cual se sentía tan tímida. Sin embargo, no podía decirlo en voz alta.

-”¡Bueno, entonces vámonos!”. Cao Wenxin se puso de pie y salió.

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Xin Bei mostró una sonrisa malvada, pero no dijo nada. Sin embargo, antes de que Xin Bei alcanzará a Cao Wenxin, un hombre la detuvo. 

-”¡Wenxin, qué coincidencia! ¡Vamos, ven a divertirte en mi habitación privada!”.

El hombre parecía amable, pero Cao Wenxin frunció el ceño con odio. -”¡Fuera de mi camino!”.

-”No seas tan agresiva. Yo…”

-”Ella te dijo que te apartaras de su camino” Xin Bei caminó hacia el lado de Cao Wenxin y miró fríamente al hombre.

-”¿Quién eres? ¡No es asunto tuyo!” El hombre era muy arrogante.

Xin Bei lo ignoró y cogió la mano de Cao Wenxin, caminando hacia adelante. El hombre, sin embargo, no estaba dispuesto a rendirse. Agarró la otra mano de Cao Wenxin. Cao Wenxin intentó en vano deshacerse de su mano, su rostro cubierto con una expresión de fuerte enfado.

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Xin Bei agarró la muñeca del hombre y la apretó con gran fuerza. El hombre sintió un gran dolor y soltó la mano de Cao Wenxin. Miró a Xin Bei con una cara de enfadó. -”¿Cómo te atreves a lastimarme? ¿Sabes quién soy? ¡Nací en la familia Xie!”.

El hombre se llamaba Xie Dongyan y era hijo de una familia relativamente súper rica en la ciudad B y solo unas pocas personas se atrevieron a molestarlo. Cao  Wenxin fue una excepción. No solo se atrevió a molestarlo, sino que también se atrevió a golpearlo. Aún así, admiraba a Cao Wenxin y se acercaba a ella cada vez que la veía.

Xie Dongyan conocía algunas habilidades de lucha, por lo que pudo protegerse hasta cierto punto, aunque no pudo ganar una pelea con Cao Wenxin.

-”¡No me importa quién seas, pero te golpearé si te atreves a acosar a Wenxin!”, dijo Xin Bei y no parecía asustado en absoluto, pero ahora era bastante protector con Cao Wenxin.

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Cao Wenxin disfrutó de la sensación de estar protegida por un hombre fuerte y su odio hacia Xie Dongyan pronto fue reemplazado por felicidad. Esperaba que este sentimiento pudiera durar para siempre.

La mayoría de los hombres se preocupaban mucho por salvar las apariencias. Entonces, después de ser atrapado y herido por Xin Bei, Xie Dongyan estaba furioso porque pensó que dañaba su dignidad como hombre. Cuando vio a Cao Wisin mostrando felicidad por el hombre fuerte y guapo frente a él, se enfadó aún más y perdió el control de sí mismo. Con poca antelación, apretó el puño y trató de golpear a Xin Bei.

Xin Bei era un soldado bien entrenado en las fuerzas especiales, por lo que era imposible que Xie Dongyan pudiera lastimarlo. Xin Bie atrapó el  puño de Xie Dongyan en un segundo y luego se giró para preguntarle a Cao Wenxin: -”¿Puedo golpearlo?”.

Xin Bei ansiaba golpearlo, pero temía que eso pudiera causarle problemas a Cao Wenxin.

-”¡Por supuesto!” Cao Wenxin dijo con odio evidente en sus ojos.

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Xin Bei dislocó el brazo de Xie Dongyan con un sonido claro. Xie Dongyan gritó de dolor y su rostro se puso pálido de inmediato.