Respira Conmigo

Debbie y Carlos Capítulo 31-35

Capítulo 31 Quién acosó a mi novia 

Cuando la cajera dudó en tomar la tarjeta, Debbie perdió la paciencia y dijo:"¿No me escuchaste? ¡Dije, toma mi tarjeta y dame el tique!". La verdad era quese sentía mal por tener que enojarse con la cajera, sabía por qué la mujer detrásdel mostrador no quería hacer su trabajo; debía haberse dado cuenta de a quiénhabía llamado Olivia."Señorita, disculpe, pero ¿podría esperar un minuto? Esa señora... parecehaber llamado al subdirector general de nuestro centro comercial", explicó lacajera mientras miraba de un lado a otro entre Debbie y Olivia. No tenía idea delo que estaba pasando, solo sabía que no quería ofender a ninguna de las clientas.'¿Eh? ¿El subdirector general del Plaza Internacional Shining? ¿Y por quétanta importancia? Mi esposo es el dueño', contestó ella para sí.Caminó hacia Olivia con cara de enojo y dijo en tono sarcástico: "¿Cuántasveces has estado en la oficina de la decana? ¿Me tomaste por estúpida? Sé quefuiste tú quien me delató. Si pudiera, te sacaría esa máscara, pero simplementeestoy demasiado ocupada como para molestarme en este momento. Ambassabemos que eso no significa que te tenga miedo. Afortunadamente para ti, no heestado de humor como para tener una discusión contigo, a pesar de que meseguiste apuñalando por la espalda. Ganaste la última vez, pero si crees queseguir con esa actitud me vas a derrotar, será mejor que te prepares. Te loadvierto, Olivia Mu. Si te atreves a provocarme una vez más, me aseguraré deque seas tú la que sale perdiendo". 

Olivia palideció al escuchar las amenazas de Debbie. Sabía que la exaltadachica que tenía en frente no le tenía miedo en absoluto; si tenía que derribarla, lohará. Se estremeció al pensar que estaba discutiendo con alguien que no le teníamiedo a nadie."¿Qué clase de tonterías estás escupiendo ahora? ¡Yo no le dije nada a ladecana!", negó Olivia, con la esperanza de escapar de la ira de Debbie. Esa erasu estrategia: rechazaría cualquier acusación en su contra porque tenía la certezade que Debbie no tenía ninguna prueba concreta de que había sido ella la que selo había contado.Sin embargo, su mirada nerviosa ya la había delatado y la voz le temblabacada vez que intentaba justificarse. Debbie se anticipó a la reacción de Olivia,así que le sonrió con desdén, y maldijo en silencio a la perra. "Por tus padres, note voy a dar una paliza hoy, pero, por última vez, te diré que este broche es mío,así que es mejor que elijas otro o de lo contrario, saldrás de aquí cojeando", leadvirtió Debbie. Tenía los brazos cruzados, en una actitud y con un gesto dealguien que no tenía miedo.

Kristina y Karen se rieron detrás de Debbie porque sabían que su amigaestaba mintiendo. Debbie podía estar un poco irritada, pero tenía un corazóntierno.Realmente no golpearía a Olivia porque la chica que la enfrentaba era la hijade su tía; de hecho, eran primas de sangre, por lo que en realidad era bastantetolerante con ella; incluso después de lo que Olivia le había hecho, le rogó aCarlos que no la expulsara.Sin embargo, Olivia no sentía lo mismo, se enojó y gritó: "¿Quién crees queeres? No creas que no conozco tu secretito: el BMW que manejas... debe de serde tu viejito, ¿no? Tu amante debe ser un viejo. No creo que el broche le quedebien". Alzó la voz a propósito para que todos escucharan de qué hablaba.Se rumoreaba que Debbie tenía un amante mayor y casi todos los estudiantesde la universidad creían que era verdad.Olivia creía que solo un hombre de negocios exitoso como su novio merecíaese broche sobre el que estaban discutiendo para comprar y de ninguna manerase lo dejaría a Debbie.Las personas que las rodeaban se giraron para mirar a Debbie con ojoscríticos y condenatorios.Cuando la muchacha se dio cuenta de que todos a su alrededor habían creídolo que su prima malcriada había dicho, golpeó el mostrador con la palma de lamano, provocando un ruido lo suficientemente fuerte como para silenciar a todoslos que estaban murmurando sobre ella. 

De repente, Karen se apresuró hacia Olivia, quien generó los rumores;furiosa, le dijo con los dientes apretados, "¿Crees que no sé lo que le hiciste aDebbie a sus espaldas? ¿Cómo te atreves a inventar historias para tenderle unatrampa? ¿Buscas tu sentencia de muerte? ¡Discúlpate con ella, ahora!".Olivia, que estaba frente a la enfurecida amiga, sabía de qué hablaba Karen,había inventado la historia de que Debbie era lesbiana.De modo que la arrinconaron y ella no sabía qué hacer. Pero tuvo suerte, yaque en ese momento un hombre de traje negro y zapatos de cuero entró en latienda.Tenía unos treinta años y se veía muy frágil porque era tan delgado como unpalo. Sin embargo, fue el salvador de Olivia. '¿Quién es este tipo? ¿Conoce aOlivia?', pensaron las tres para sí con asombro.Los ojos de Olivia se iluminaron cuando vio al hombre, lo miró, lastimera,antes de lanzarse a sus brazos. "Víctor, finalmente estás aquí. Estaba muerta demiedo".

'¿Muerta de miedo? ¿Por mi? ¿Soy un animal rabioso? Como si la hubieraatacado', pensó Debbie y luego puso los ojos en blanco.El hombre, Victor Liu, le dio unas palmaditas en la espalda a su chica y laconsoló por un rato.Luego caminó hacia las vendedoras. "¿Quién acosó a mi novia?", preguntócon voz severa. Las vendedoras, que temían a ambas partes, sacudieron lacabeza de inmediato, fingiendo no saber para no involucrarse.Cuando las tres se dieron cuenta de que el hombre que había defendido aOlivia era su novio, intercambiaron miradas de asombro e incredulidad, ya queel hombre con quien estaba Olivia era al menos diez años mayor que ella.Debbie se cubrió la cara, sintiéndose avergonzada por su prima, nuncahubiera esperado que fuera tan descarada como para llegar a salir con un viejo.Le dolía el corazón por su tía y su tío que si supieran de esto se les romperíael corazón. Ya no quería discutir más y en todo lo que pensaba ahora era encontarle a su tía lo que había descubierto cuando la viera la próxima vez. Todo loque tenía que hacer ahora era pagar por los regalos. Así que se dirigió a la cajeray una vez más le pidió que su artículo fuera empacado para llevárselo, pero lacajera siguió en silencio y rechazó la tarjeta de Debbie; después de todo, elhombre era el subdirector general del centro comercial, por eso no queríaarriesgarse a perder su trabajo por una pelea tan mezquina. 



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En el texto hay: amor juvenil, amistad

Editado: 22.07.2021

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